Leemos a la pitonisa en la tribuna de doctrina: "La diputada Elisa Carrió , quien logró renovar su banca por UNEN, advirtió hoy que los argentinos "no saben" si la presidenta Cristina Kirchner "vuelve" a la Casa Rosada, por lo que llamó a "los líderes opositores" a dar "certezas" desde el lugar de responsabilidad que ocupen, sin adelantarse a la lucha electoral de cara a 2015.
En declaraciones al canal de cable TN , la legisladora nacional enfatizó: "No sabemos si vamos a tener Presidenta; hoy Cristina no está, no sabemos si vuelve, no sabemos cuál es el papel de (Amado) Boudou", tras señalar que "como hay tanta incerteza, las certezas las tenemos que dar los líderes opositores en las bancas". Sostuvo que "la sucesión presidencial tiene que ser de todo el PJ; los que hoy aparecen como opositores son kirchneristas, eran kirchneristas hasta ayer y tienen que hacerse cargo de esto. El ajuste lo tiene que pagar el PJ".
Insistió en señalar que en los comicios de ayer "todos fuimos elegidos para ser diputados de la Nación. A mí me tocó otra experiencia -resaltó- donde los que ocupan las bancas después se desocupan de los problemas hasta la próxima elección".
"Ahora hay que estar en las bancas, ese es el lugar para el cual nos eligieron a todos. Vamos camino paso a paso a la República", aseveró.
"El autoritarismo del kirchnerismo terminó, la prepotencia del kirchnerismo terminó, el maltrato terminó; ahora tenemos dos años donde hay que pagar la fiesta populista que hicieron", afirmó." (las negritas son nuestras)
No tiene demasiado sentido detenerse en las expresiones abiertamente desestabilizadoras de esta desquiciada, ni sorprendernos porque especula con la salud de Cristina: al fin y al cabo dijo en su momento que cuando murió Néstor fue el día más feliz de su vida, y pudo dormir en paz.
Como tampoco tiene mucho sentido remarcar que llama a estar en las bancas, cuando es público y notorio que -cada vez que puede- se raja de viaje por algún lado, y ni aparece por el Congreso.
Nos interesa en cambio detenernos en lo que resaltamos en negritas, y no se trata de una nueva profecía del oráculo naranja, no señor: se trata de lo que muchos saben, pero sólo una inimputable como Carrió dice abiertamente.
Y es que la idea de "fin de ciclo" se complementa con la de que "el gobierno tiene que escuchar el mensaje de las urnas", y eso conduce al ajuste; a que Cristina haga el trabajo sucio en estos dos años que le restan de mandato, para allanarles el camino a los que vengan después: tarifazos, devaluación, levantamiento del cepo al dólar y a todos los controles de movimientos de divisas y capitales; y si mal no viene -so pretexto de combatir la inflación- baja del gasto público, frizzado de paritarias y demases.
Para alguien borderizo que se mueve siempre en el filo como Carrió, no es casual encontrar ocasiones para parar la oreja y escuchar cosas que no se deben repetir en público, porque no reditúan ni son de buen tono, sobre todo en tiempos electorales.
Pero el megáfono carriotista no reconoce frenos inhibitorios, y dice estar compelida moralmente "a decir la verdad, aunque duela".
Es posible que, como dice tantas taradeces a diario, estas declaraciones de Carrió pasen desapercibidas, pero son para tomarlas bastante en serio: Lavagna De Mendiguren, Redrado y los demás cerebros económicos que rodean a Massa, no deben pensar muy distinto; aunque no lo digan.
De acá al 2015 y más allá de los problemas que el país tiene, van a querer ir sembrando la idea de la ingobernabilidad política (sobre todo luego de que el reparto de las bancas en el Congreso que arrojaron los números del domingo no los dejó satisfechos), y de la profunda crisis económica.
Porque en esos escenarios la gente está más preparada para aceptar sin chistar soluciones extremas, la famosa terapia de shock que le dicen.
Y sin que esto se interprete como una alusión a la salud mental de Carrió.
No tiene demasiado sentido detenerse en las expresiones abiertamente desestabilizadoras de esta desquiciada, ni sorprendernos porque especula con la salud de Cristina: al fin y al cabo dijo en su momento que cuando murió Néstor fue el día más feliz de su vida, y pudo dormir en paz.
Como tampoco tiene mucho sentido remarcar que llama a estar en las bancas, cuando es público y notorio que -cada vez que puede- se raja de viaje por algún lado, y ni aparece por el Congreso.
Nos interesa en cambio detenernos en lo que resaltamos en negritas, y no se trata de una nueva profecía del oráculo naranja, no señor: se trata de lo que muchos saben, pero sólo una inimputable como Carrió dice abiertamente.
Y es que la idea de "fin de ciclo" se complementa con la de que "el gobierno tiene que escuchar el mensaje de las urnas", y eso conduce al ajuste; a que Cristina haga el trabajo sucio en estos dos años que le restan de mandato, para allanarles el camino a los que vengan después: tarifazos, devaluación, levantamiento del cepo al dólar y a todos los controles de movimientos de divisas y capitales; y si mal no viene -so pretexto de combatir la inflación- baja del gasto público, frizzado de paritarias y demases.
Para alguien borderizo que se mueve siempre en el filo como Carrió, no es casual encontrar ocasiones para parar la oreja y escuchar cosas que no se deben repetir en público, porque no reditúan ni son de buen tono, sobre todo en tiempos electorales.
Pero el megáfono carriotista no reconoce frenos inhibitorios, y dice estar compelida moralmente "a decir la verdad, aunque duela".
Es posible que, como dice tantas taradeces a diario, estas declaraciones de Carrió pasen desapercibidas, pero son para tomarlas bastante en serio: Lavagna De Mendiguren, Redrado y los demás cerebros económicos que rodean a Massa, no deben pensar muy distinto; aunque no lo digan.
De acá al 2015 y más allá de los problemas que el país tiene, van a querer ir sembrando la idea de la ingobernabilidad política (sobre todo luego de que el reparto de las bancas en el Congreso que arrojaron los números del domingo no los dejó satisfechos), y de la profunda crisis económica.
Porque en esos escenarios la gente está más preparada para aceptar sin chistar soluciones extremas, la famosa terapia de shock que le dicen.
Y sin que esto se interprete como una alusión a la salud mental de Carrió.
5 comentarios:
Elisa expresa lo mismo que hizo Henrique Capriles cuando Chávez estaba enfermo.
Luego de asumido Nicolás Maduro y al ser tan duramente atacado, un día imprevisible salió a hablar de las aptitudes morales y de los gustos personales de don Capriles que metió violín en bolsa y se dio a silencio, pese a que la gorilada de la CNN lo acicateaba para que siga.
La gorda no está loca, es igual que Lanata y Nelson Castro, o en lo local Binner que tiene pinta de boludo pero es un perverso.
Ahora que lujo el suegro de Sergio Massa, el Pato Galmarini que junto a Petinatto eran los favoritos jodones de la comadreja Menem.
A propósito de escuerzos resentidos y bocones:
http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/94208-la-argentina-plural-y-los-funerales-del-kirchnerismo
feliz...pero ojo, clarín no cumple......ahora POR UNA REFORMA INTEGRAL DEL SISTEMA DE SALUD...matias
Buenas CKSF,
Viste el fallo de hoy de la CSJ?
Qué me contursi?
Saludos,
Andrés
En la próxima entrada lo comentamos
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