A NO QUEJARSE DESPUÉS

Vos ves la imagen de apertura y suponés que a los tipos se les despertó de golpe la sensibilidad social, y quieren que aumenten el gasto estatal en los sectores más desfavorecidos, pero no.

Porque cuando te vas a la nota en El Cronista de hoy podés leer: "Los subsidios económicos a las tarifas de transporte, energía y gas más el déficit operativo de las empresas públicas, explican el déficit fiscal del gobierno nacional. Es decir, si se excluyen las erogaciones destinadas a subsidiar el consumo y a financiar el rojo de las empresas públicas, el déficit fiscal se torna superávit", explicaron desde la consultora Economía & Regiones."

Es decir entonces que el problema de los subsidios viene enfocado -como siempre- por el lado del gasto público; de modo que la comparación con la AUH es un cazabobos para embellecer la idea de un ajuste de las tarifas, que desde luego y de producirse, sería calificado como "un golpe al bolsillo", que alimentaría la inflación.

Porque si la preocupación real fuera que se gasta en realidad poco en la AUH, la solución sería muy sencilla: se toma todo el dinero destinado a subsidiar las tarifas y se lo destina a aumentar el valor del beneficio; que pasaría entonces a ser algo así como de 4500 pesos para cada uno que lo percibe, mas o menos.  

Contáme entonces en ese caso la reacción de estos mismos tipos, y ni hablar de los que tendrían que pagar los servicios sin subsidio, por su valor real, y de su bolsillo.

Y otro detalle no menor es que la misma regla de comparación (cuanto se gasta en dos rubros distintos del presupuesto estatal) no lo utilizan para otros ejemplos que siempre suelen tener a la mano; como por ejemplo el "Fútbol Para Todos".

Debe ser porque un titular que dijera "El gobierno gastó en la AUH más de 15 veces lo que gasta en Fútbol Para Todos" (tal cual se sugiriera acá), sonaría muy kirchnerista.