LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

sábado, 10 de enero de 2015

¿Y LOS QUE QUERÍAN ALAMBRAR LA PROVINCIA DONDE ESTÁN?


La imagen -se sabe- le pertenece a Reutemann, que la lanzó antes de que apareciera el kirchnerismo; pero que desde entonces la llevó a su máxima expresión: "alambrar la provincia" significaba transformar al PJ santafesino en una fuerza política provincial, absolutamente desvinculada de las viscisitudes de la política nacional, como condición necesaria para disputar las elecciones locales con chance de ganar.

"Alambrar" significaba -entre otras cosas- dejar de lado acá en Santa Fe toda disputa interna del peronismo originada en los alineamientos nacionales de cada sector, y juntar -si fuera necesario- el agua con el aceite, para ganar a como dé lugar.

Sin embargo y como quedó demostrado en el conflicto con las patronales agrarias, la provincia era "desalambrada" y se la zambullia de pleno en los conflictos políticos nacionales, cuando se lo creía conveniente. Y no precisamente para ponerle el cuerpo al gobierno nacional; que por cierto es el más peronista desde los tiempos del propio Perón.

Complemento necesario de la teoría del "alambrado" era pintar al kirchnerismo en Santa Fe como un contrapeso a las chances electorales del PJ provincial, de modo que, si lo que se buscaba era ganar una elección, había que eliminar de la campaña toda referencia a Cristina, el gobierno nacional y sus políticas; hasta el extremo de pegarse a muchas de las críticas de socialistas y radicales, con la excusa del "federalismo" y la defensa de los intereses de la provincia. 

En las últimas elecciones municipales de Santa Fe -sin ir más lejos- la teoría se llevó a sus extremos no ya "deskirchnerizando" la campaña, sino lisa y llanamente, desperonizándola, con la vana ilusión de captar de ese modo a los sectores medios, que reparten su voto entre el FPCyS y el PRO. Demás está decir que los resultados comprobaron que eso tampoco funcionó.

Y hablando de resultados: como se dijo en su momento acá, las elecciones del 2013 demostraron que el problema del peronismo santafesino era bastante más complejo que el kirchnerismo, o la candidatura del "Chivo" Rossi; y pasaba por encontrar la brújula perdida y orientarla hacia un proyecto político con matriz peronista, que sedujera a los santafesinos. 

También se dijo entonces que, si el problema era el gobierno nacional, no se entendía como las únicas dos elecciones que ganó el peronismo en Santa Fe desde el 2007 para acá fueron las dos últimas presidenciales, en ambos casos con Cristina como candidata.

Así las cosas nos encontramos con un cronograma electoral fijado para las elecciones provinciales, a la estricta medida del oficialismo (que en tanto mea agua bendita republicana), para evitar el afianzamiento de un polo opositor interno en torno a Barletta; tanto como para comprometer las chances electorales de Miguel Del Sel, o las perspectivas de una recomposición del PJ santafesino, que le permita encarar con dignidad el desafío electoral.  

Un cronograma electoral del que resulta que para el 13 de febrero (o sea, en poco más de cinco semanas) haya que presentar las candidaturas a todas las categorías de cargos electivos provinciales; incluyendo por supuesto la de gobernador.

Y en un panorama absolutamente negativo para el PJ provincial (hoy por hoy, tercero cómodo en la disputa, detrás del FPCyS y el PRO, y sin chances a la vista de mejorar), no hay al parecer muchos dispuestos a asumir el desafío; que no es para nada sencillo.

De hecho, todos los que hasta acá lo han hecho y manifestaron abiertamente su intención de competir por la gobernación, provienen del kirchnerismo y están claramente alineados con el gobierno nacional (Leandro "Quico" Busatto, Marcos Cleri, Alejandro Ramos); o por lo menos forman parte del dispositivo del oficialismo a nivel nacional, como Omar Perotti, que integra el bloque de diputados del FPV.  

Ellos son los que hasta acá dan la cara, mientras muchos esperan una definición de María Eugenia Bielsa, a ésta altura transformada en una versión femenina de Reutemann: pretende imponer condiciones sentada sobre una pila de votos que supuestamente le pertenecen, y sólo estaría dispuesta a competir, cuando tiene la certeza de ganar; algo que por supuesto en el peronismo santafesino, nadie puede garantizar.

El resto, bien gracias, mirándose el ombligo y jugando a la chiquita: retener la banca de senador para seguir usufructuando la Fapnelco de Bonfatti, especulando con colarse en la lista de diputados provinciales, o retener una que otra municipalidad o comuna; absolutamente desentendidos de la suerte de la elección provincial, como resignados de antemano a una nueva derrota, imposible de revertir.

No son pocos en el peronismo santafesino los que en estos años de gobierno del FPCyS se han sentido muy cómodos siendo oposición; y no precisamente implacable como la que tiene que padecer Cristina en la nación. 

Sin embargo los otrora cultores de la teoría del "alambrado" (reiteramos: hoy ausentes de la pelea por volver a gobernar la provincia) juegan sus posicionamientos en la elección nacional (con Scioli algunos, con Massa otros), mientras no pocos especulan con el cierre de la interna del PJ provincial y la evolución de las encuestas; para pegar el garrochazo al PRO y proveerle aparato territorial a Miguel Del Sel.

De allí que en medio de tanta miseria y pequeñez de miras, la actitud de los compañeros que han decidido dar la pelea por la provincia (cualquiera sea la valoración individual que se tenga de cada uno de ellos, y de sus posibilidades concretas) nos parece un gesto para destacar; porque pone aun más en evidencia la mentira del discurso con el que se pretendió justificar años de derrotas electorales del peronismo en Santa Fe.

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