(*)
Si el Presidente Mauricio
Macri pudiera, contrataría una nave espacial (Peero, una pena que haya
decidido suspender la construcción del ARSAT 3) y mandaría a la luna a los
cerca de 600 argentinos que, según él, son los verdaderos responsables de la
eterna decadencia del país. (¿Tantos eran de familia los Macri?) Los
conoce a casi todos por sus nombres y sus apellidos. (No es gran mérito, son
todos parientes) Son los empresarios, sindicalistas, dueños de medios,
fiscales y jueces que forman parte del "poder permanente". (Ah, el
famoso “círculo rojo”. Igual se vienen portando bastante bien todos con él,
salvo los empresarios. Debe ser porque les ganaba al fútbol en los torneos del
country)
Algunos de ellos hablan
seguido con el jefe de Estado. A casi todos Macri les "sacó la
ficha". O para ponerlo en palabras de una persona que conoce el
pensamiento íntimo del Presidente: "Mauricio los ve venir”. (Claro, es
como si fuera uno de ellos, ponéle) Se llenan la boca hablando de lo que el
Gobierno debería hacer, pero al final terminan pidiendo siempre lo mismo:
ventajas o prebendas para su sector. (De todo esto se enteró en una reunión
de gabinete, hablando del problema de los conflictos de intereses) Regulaciones
o medidas que le permitan seguir sacando ventaja". (¿Ves? Los conoce
porque es lo que los Macri hicieron toda su vida, y con lo que ganaron su
fortuna)
El último gran berrinche
que el Presidente se agarró fue con los directores de la cooperativa Sancor.
Parece que, ni bien les cedió la palabra, los directores le pidieron $ 5000
millones para tapar "todos los agujeros" de la cooperativa. (Obvio,
y él está acostumbrado a sacar guita, no a ponerla) El Presidente se paró,
se metió la mano en el bolsillo, movió la cabeza hacia ambos lados y les
respondió: "En este mismo instante me quedé sin efectivo". (Pero
les podía hacer un cheque, que por ese monto es obligatorio, claro que pagando
el impuesto) Pero de inmediato se sentó y les dio a entender que le parecía
un delirio que dieran por descontado que el Estado podía seguir manteniendo lo
que él consideraba una gestión como mínimo ineficiente. (¿Por qué “seguir”,
cuando la mantuvo?) La industria lechera está afectada, entre otros
motivos, por las inundaciones y los costos de producción.
Pero el Presidente, después
de revisar los números, les sugirió: llamen a convocatoria de acreedores y
firmen un nuevo convenio laboral, porque lo que están haciendo ustedes es
inviable. (Faltaron unas comillas ahí, es que se transportás y te sentís
Mau, Luis, es tanta la identificación. Igual, que loco que la solución es
siempre modificar los convenios laborales) Cerca del jefe de Estado, creen
que lo que le pasa a Sancor es producto de políticas de connivencia
irresponsable. Señalan a ex funcionarios como Guillermo Moreno y Carlos Tomada,
a los directores de la cooperativa y al secretario general del gremio lechero,
Atilra, Héctor Etín Ponce, un excéntrico sindicalista al que cada tanto, dentro
del gobierno, suelen comparar con el ex mandamás del Sindicato de trabajadores
marítimos SOMU, Omar Caballo Suárez, quien permanece preso y con el gremio
intervenido. (O sea, lo piensan meter en cana e intervenirle el sindicato.
Bien, sigue la política del diálogo en busca de unir a los argentinos) Ponce
se jacta de haber logrado uno de los niveles salariales más altos de la
Argentina. (Y, viste como son los sindicalistas: se jactan de conseguirles
buenos sueldos a sus afiliados. Así no se puede, tendrían que ser todos como el
Momo Venegas)
Pero los empresarios del
sector sostienen que son inviables. (Lopetégui, Quintana, Marcos Peña y
Miguel Braun, que son dueños entre todos de una empresa que fabrica quesos y
tienen que pagar los sueldos de ese convenio laboral, y por eso lo quieren
tumbar) La estrategia del Presidente es bastante trasparente. Está tratando
de voltear o disciplinar, uno por uno, a cada uno de los dirigentes que
considera "parte de la mafia". (Por fin nos dejamos de boludear
con la “revolución de la alegría” y estamos blanqueando las verdaderas
intenciones, punto para él. Que nadie diga después “me engañó y le creí”) La
semana pasada festejaron, por ejemplo, el reemplazo del eterno jefe de la
Confederación Argentina de la Mediana Empresa, Osvaldo Cornide, por Fabián
Tarrió. (O sea que la elección la digitó el gobierno. Bien, sigamos)
Cornide presidió CAME durante tantos años. Fue cómplice de la dictadura y un
entusiasta de los negocios. (Un Franco Macri, digamos)
Durante la semana que se
inicia los hombres de Macri volverán a la carga contra la Procuradora General,
Alejandra Gils Carbó. (Van por todo, da lo mismo un sindicalista, una
procuradora, un dirigente empresarial. ¿No era que evitamos convertirnos en
Venezuela?) Aunque todavía no tienen asegurado el número para el inicio de
su juicio político. El Presidente pidió a sus hombres que aporten a la justicia
toda la información que el fiscal Eduardo Taiano y el juez Julián Ercolini
soliciten en la causa que aparece involucrada en el presunto pago de una coima
a un funcionario de su máxima confianza, para la compra del nuevo edificio de
la Procuración. (Y que la que no soliciten se las hagan llegar desde la AFI
en un sobre anónimo. Feo eso de que el presidente usa el aparato del Estado
para colaborar con la justicia solo cuando las causas le interesan para sacarse
de encima a alguien que le molesta. Acordáte como le pegaban al kirchnerismo
por el mismo motivo) Al mismo tiempo dentro y fuera de Comodoro Py (“Fuera”
es la AFI, bien, seguimos “sincerando”) acopian información para probar el
abuso de autoridad de Gils Carbó.
Aparentemente, sigue siendo
muy generosa, desde el punto de vista político y económico, con los fiscales
que le responden, (¿Les regala cosas?) y muy tacaña y hostil, con los
críticos e independientes, como Carlos Rívolo o José María Campagnoli. (O
sea que si les mandara un sobre, serían gilascarbosistas de la primera hora) El
Jefe de Estado quiere que Gils Carbó se vaya ahora mismo. (Y como sabemos,
en estos asuntos todo se reduce a lo que quiere Macri, y lo quiere ya) Dicen
los hombres del presidente que a Macri no le preocupa tanto las cincuenta
imputaciones que recibió de fiscales y jueces que apoyan a Cristina Fernández
desde que asumió, en diciembre de 2015, (Pero no, por favor, Luis, como
pudiste suponer que alguien relacionaría ambas cuestiones, nada que ver boloooó)
sino el pánico en el que entran algunos de sus funcionarios, cuando reciben
la cédula judicial. "Mauricio tiene el cuero duro, (Sin dudas, un
auténtico paquidermo) y sus abogados le explicaron que la mayoría de las
denuncias son un delirio. (“Y si así no fuera, quedáte tranquilo que
apretamos a los jueces y fiscales, y listo el pollo”, agregaron) El
problema son algunos ministros, secretarios y directores, (Algunos 300 o
400) a quienes sus familiares les preguntan, casi todos los días. ¿Para qué
te metiste en la función pública si sabías que ibas a terminar así?"
dicen. (“Para currar, pero sin que se notara tanto ¿o cómo creés que
financio nuestro estilo de vida, trabajando?” les contestan)
Al líder de Cambiemos no le
preocupa tanto la hiperactividad de la precandidata a diputada nacional por la
Ciudad, Elisa Carrió, (Sobre todo porque su hiperactividad consiste en ir de
un estudio de TN a un viaje de un mes en el exterior, y así sucesivamente) ni
los ataques de ésta al jefe de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo
Lorenzetti. (Que están acordados entre los dos, como parte del operativo
para ablandar jueces que tienen las denuncias contra Macri y sus funcionarios.
Por eso no le moestan, Luis) Muy cerca suyo dicen que "Lilita"
acordó dejar de hostigar a Lorenzetti todos los días por los diarios (De la
tele y las radios no prometió nada) y concentrarse más en la campaña que
acaba de comenzar. (Alguien le tendría que avisar que está violando la ley
de las PASO, Luis) Macri tampoco parece muy preocupado por las últimas
encuestas. (O sea que le dan como el culo) Al contrario. Sugiere que la
tendencia que se viene registrando desde hace tres semanas de mayor apoyo a su
figura y a la gestión, podría consolidarse durante las próximas semanas, y
dejaría a Cambiemos en inmejorables condiciones para las próximas PASO de
agosto. (Basado en la data de Dujovne, que dijo que el país salió de la
recesión y viene generando empleo hace siete meses...en Brasil)
Lo que le preocupa cada vez
más es la dificultad que tiene su gobierno para bajar el déficit fiscal. Para
el Presidente, esta, es la madre de todas las batallas. Más que hablar de
porcentajes, prefiere hablar de plata contante y sonante. (“Contante” debe
ser que se puede contar, como la de Calcaterra que contaban en “La Rosadita”) Cada
vez que alguno de esos 600 dirigentes argentinos que lo vienen a ver para
expresarle su apoyo y le terminan pidiendo algo les (“Le” Luis, pusiste
“cada uno” antes, es singular. Si no no se entiende quien dijo cada cosa que
decís que dijeron todos los involucrados) habla de la economía, él les
recuerda: "La Argentina está $ 600.000 millones abajo. Por fortuna el
mundo nos está prestando dinero a tasas razonables. (“El mundo”, claro, no
son los bancos de los que Caputo y Prat Gay fueron empleados, y a los que van a
volver si es que alguna vez se fueron. Igual, definíme “tasas razonables”
porque son más del doble de la que calculaban cuando arreglaron con los fondos
buitres) ¿Pero cuánto tiempo podemos
seguir viviendo así?". El jefe de Estado hace dibujos en sus papeles de
trabajo con la cantidad de jardines de infantes, puentes, rutas, mejoras en los
puertos y otras obras de infraestructura (El presidente de la nación ocupa
su tiempo haciendo dibujitos en un papel. Pero el problema es “la pesada
herencia del kirchnerismo”, en fin) que se podrían estar haciendo ahora
mismo si semejante déficit no amenazara al Estado. (Pero hacer todo eso
cuesta guita Luis, y si sigue rebajando impuestos, generará cada vez más
déficit, o sea ¿hay que explicarle como funciona la partida doble?) Si por
él fuera sería menos gradual y de paso los mandaría a pasear más seguido. (Cosa
que a Carrió le encantaría, por ejemplo)
Durante
la última conversación con Carrió sobrevoló la idea de "profundizar el
combate contra las mafias". (Pero cuando cayeron en la cuenta de que la
principal mafia son ellos, la llamaron a Pato Bullrich y le aplicó la ley de
derribo, a la idea) Ambos saben que no puede ser solo un slogan de campaña.
Que si lo declaman, tienen que trabajar para cumplirlo. (Sobre todo porque
llegaron al poder en base a slogans de campaña, de los que no cumplieron
ninguno. Contáte uno de borrachos ahora, Luis) La diferencia entre el jefe
de Estado y la diputada está en el método. Carrió no suele medir el riesgo ni
las consecuencias. (Claro, por eso se tira siempre contra los pesados, como
Magneto, Paolo Rocca o Rattazzi. Ah, no, pará...) Macri, en cambio, no
quiere que un ataque masivo termine uniendo a sus adversarios y se le pueda
volver en contra. Prefiere el camino más largo. Uno por uno. Nombre por nombre.
Apellido por apellido. (Bien al estilo de la mafia calabresa o siciliana que
le enseñó el padre digamos) Se niega a poner a Cristina Fernández dentro
del mismo paquete. (Obvio, a ella la pone primero que ninguno) Solo
espera que la justicia "haga lo que tiene que hacer", pero de manera
metódica. Y que su condena, y su eventual prisión, sean decisiones
"técnicamente impecables".” (Ta jodido entonces, porque los fallos
de Bonadío y Ercolini son unos mamarrachos)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.
2 comentarios:
Es una variante del "deep state" Yanqui. La "Revolución Mauriciana" (¿Marciana?) transformaría a la Argentina en un paraíso terrenal, si no fuera que un "retardatario/reaccionario establishment" le impide...
Andá a cagar, Majulo.
Bueno, pero no van a negar que es una idea interesante ésta del, ahora, virrey espacial, explorar el cosmos..... mucho más si cuenta con el apoyo entusiasta de luisito, todo un perro laiko, o mono con escafandra o, incluso, un señor spock de inteligencia superior en la revolución de la alegría cósmica.... Debieran darle oportunidad al pobrecito bufón....
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