LA FRASE

"NO ES TAN DIFÍCIL DE ENTENDER: ESTELA DE CARLOTTO ES GOLPISTA Y EL GENERAL VIDELA LO ÚNICO QUE HIZO FUE COMBATIR AL TERRORISMO." (VICTORIA VILLARRUEL)

lunes, 30 de octubre de 2017

LA VUELTA DE LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL


En medio de la expectativa previa por los anuncios de Macri en la “cumbre” del CCK, leemos en El Cronista: “Macri tiene previsto abolir el decreto reglamentario 727/2006, que puso en vigencia la ley de Defensa Nacional (23.554), sancionada en 1988, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, pero que entró en vigor 18 años después, siendo presidente Néstor Kirchner y ministra del área Nilda Garré. Aquella reglamentación, interpretan los impulsores de la reforma, puso un "cepo" al accionar de las Fuerzas Armadas al establecer que el sistema de defensa nacional debía orientarse estructural y organizativamente "hacia la conjuración de situaciones de agresión externa perpetradas por fuerzas armadas de otro Estado".
En el Gobierno ven necesario ampliar ese horizonte, considerado bajo la órbita de Defensa toda "agresión de origen externo", entre las que cabrían las organizaciones criminales trasnacionales y otros agentes de naturaleza no militar, denominados comúnmente como "nuevas amenazas". Las fuentes consultadas niegan que, bajo este nuevo marco, sea posible un involucramiento castrense en el combate al narcotráfico si así se lo define, más allá de las tareas de apoyo logístico y presencial que ya se brindan.” (las negritas son nuestras)
El Decreto 727 fue dictado por Néstor Kirchner en 2006 para reglamentar la Ley de Defensa Nacional 23.554, sancionada en 1988 durante el gobierno de Alfonsín, pero que permaneció 18 años sin ser reglamentada; porque todos los gobiernos en ese lapso coquetearon en algún momento con la idea de expandir los roles de las Fuerzas Armadas, y emplearlas en la seguridad interio,r e incluso en la represión de la protesta social.
El artículo 1º del decreto dispone claramente que “Las Fuerzas Armadas, instrumento militar de la defensa nacional, serán empleadas ante agresiones de origen externo perpetradas por fuerzas armadas pertenecientes a otro/s Estado/s”, para acto seguido definir en el mismo artículo que “Se entenderá como "agresión de origen externo" el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de nuestro país, o en cualquier otra forma que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas.”.
Para mayor claridad, el artículo 3 del decreto establece que “El Sistema de Defensa Nacional no podrá contemplar en su formulación doctrinaria, en la planificación y adiestramiento, en la previsión de las adquisiciones de equipos y/o medios, como así tampoco en las actividades relativas a la producción de inteligencia, hipótesis, supuestos y/o situaciones pertenecientes al ámbito de la seguridad interior, conforme la misma aparece delimitada en la Ley Nº 24.059 de Seguridad Interior.”.
Clarísimo, ¿no?: las Fuerzas Armadas tienen un claro rol que cumplir, que no es otro que el que corresponde a su creación; luego desvirtuado por las oligarquías gobernantes cuando en diferentes períodos de nuestra historia las pusieron al servicio de sus proyectos políticos y en contra del pueblo al cual deberían servir; proceso que alcanzó su máxima expresión con las dictaduras cívico-militares del siglo pasado y en la última de ellas, con la tristemente célebre “doctrina de la seguridad nacional”; en la que las FFAA acababan reducidas al rol de policía del orden interno, con base en la idea de las fronteras ideológicas, con los tristes resultados por todos conocidos.
No es casual que estas ideas plasmadas en el decreto de Kirchner (que forman parte del trabajoso proceso de construcción de nuestra institucionalidad democrática post dictadura) sean puestas en tela de juicio en momentos como éste, cuando voceras oficiales como Elisa Carrió están planteando la revisión de las condenas en juicios por causas de lesa humanidad: cambiamos de “clima de época”.
Cuando hace un tiempo se conoció por una denuncia del programa de Roberto Navarro que el gobierno de Macri planeaba una gran compra de armamento y equipamiento militar en Estados Unidos decíamos acá que “Inquieta pensar que el gobierno de Macri encare tan vasto proyecto de reequipamiento militar sin que los argentinos sepamos cual es la hipótesis de conflicto que se pretende atender con esos medios, descartando desde ya que se trate de disuadir la amenaza que representa la creciente militarización británica en Malvinas: la mega-compra comenzó el año pasado, mientras éste mismo gobierno de “Cambiemos” resignaba progresivamente nuestro secular reclamo a las islas como moneda de cambio del apoyo inglés a la candidatura de la canciller Malcorra a la ONU; y ya en éste año cuando se conocieron los aprestos militares ingleses en las islas (luego del vergonzoso acuerdo firmado entre ambas chancillerías que omite toda referencia a  la cuestión), la respuesta de nuestra diplomacia no pudo ser más decepcionante. 
Por otro lado es poco racional suponer que los Estados Unidos accederían a equipar a nuestras FFAA si la principal hipótesis de conflicto de éstas fuera un enfrentamiento con su principal aliado y socio en la OTAN, y su más firme acompañante en cuanta aventura bélica a lo largo del planeta deciden emprender, generalmente invocando el fantasma de “la guerra contra el terrorismo”. Lo que nos lleva a ensayar nuestra propia hipótesis al respecto: es mucho más racional en cambio -se nos antoja- suponer que la apertura yanqui a proveer a nuestras FFAA tiene que ver con compromisos del gobierno de Macri de adscribirlas a las hipótesis de conflicto que plantea para la región el Comando Sur (el terrorismo, las migraciones, el cambio climático); ...”.
Evidentemente a la luz de estos anuncios, muy errados no estábamos: lo que subrayamos en negrita párrafos más arriba de las declaraciones oficiales coincide como dos gotas de agua con la doctrina del Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos y del Pentágono para América Latina.; que si se concretan los anuncios pasaría a ser la doctrina oficial de las Fuerzas Armadas Argentinas, como en los tiempos de la doctrina de la seguridad nacional.

1 comentario:

gorila gorila dijo...

Un gobierno que se plantea equipar a las FFAA con armas cortas, chalecos y aún hasta lanchas rápidas o aviones subsónicos de entrenamiento es evidente hacia dónde apunta.
Pero la cosa no es tan fácil, como pensar que como se decreta se cumple. Se puede acatar a lo sumo.
No cuentan que después de la experiencia 76-83 las FFAA le van a hacer un corte de mangas. Después de todo los únicos que no pagaron por la dictadura Civico-Militar fueron los Cívicos.
A eso hay que sumarle el cambio en la composición de clase de las FFAA desde 1983.
No les va a ser tan fácil. Hasta pueden tener un 1943 (adaptado a las formas de los tiempos que corren).