LA FRASE

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martes, 2 de abril de 2019

MALA LECHE


La situación nutricional de la población argentina se ha visto deteriorada por el aumento en el precio de los alimentos saludables que generan barreras de acceso a los alimentos de buena calidad nutricional. A la disminución en el consumo de frutas y verduras, se suma una baja considerable en el consumo de leche. En ese marco ha aumentado el precio de la leche, escasean los productos incluidos en el Programa Precios Cuidados o las marcas más económicas y en los últimos días comenzaron a venderse productos similares a la leche de peor calidad nutricional.

El consumo de estos productos, con precios significativamente más bajos, impacta en la salud de la población al privarla de la ingesta de ingredientes necesarios para la salud que, a diferencia de la leche, no están contenidos de manera suficiente en estos alimentos lácteos alternativos.

En septiembre de 2018 Hilal Elver, relatora especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, realizó una visita oficial a la República Argentina y se reunió con funcionarios del gobierno nacional, representantes de gobiernos provinciales y municipales, miembros de la comunidad indígena Qom, familias de agricultores, representantes de organizaciones no gubernamentales (entre ellas representantes de la Fundación Soberanía Sanitaria), y diversos actores pertenecientes a la sociedad civil. Presentó un reporte preliminar con las siguientes observaciones:

• La crisis económica y financiera que enfrenta Argentina tendrá un impacto directo en el derecho a la alimentación de la población.

“He observado el incremento en la cantidad de personas que concurren a comedores, que saltean comidas por falta de dinero y niños que concurren a la escuela porque es en el lugar donde pueden obtener un plato de comida.”

• Argentina hizo un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para recomponer la crisis financiera y si bien todos los funcionarios de gobierno aseguran que no habrá impacto negativo sobre los esquemas de protección social, consideró que deben tomarse todas las medidas necesarias para proteger las condiciones de vida de los grupos más vulnerables y de la clase media. Es obligación legal del gobierno garantizar el derecho a la alimentación en situaciones de crisis. 

La crisis económica y social que atraviesa nuestro país afecta en forma diferencial a los sectores históricamente más castigados. La inflación descontrolada, tiene a los alimentos como uno de los rubros en los que más impactó el aumento de precios en 2018. La inflación acumulada en 2018 fue de un 43,9%, el transporte fue el rubro con mayor índice de inflación, con un 62,9%, seguido por los alimentos y las bebidas no alcohólicas con un 48,6% de aumento 6. Este rubro es el de mayor importancia en el consumo de los hogares." 

El aumento en el precio de los alimentos saludables (frutas, verduras, lácteos y carnes) disminuye el poder adquisitivo frente a estos productos y obliga a las familias a reemplazarlos por alimentos de peor calidad nutricional7. Tal es el caso de la leche fluida, alimento fundamental en una dieta saludable, sobre todo para niños y niñas. Durante 2018, la leche presentó un aumento promedio del 37,8%. Este aumento en los precios explica una caída acumulada en la venta interna de leche del 10,75%, si se comparan las ventas de 2015 con las de 2018 según datos de la Dirección Nacional Láctea de la Secretaría de Agroindustria.

Esta caída en las ventas, y por lo tanto en el consumo, fue acompañada por el cierre de más 600 tambos en 2018, según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina y una baja del 8,1% de los tambos desde 2015 que termina de componer el panorama de retracción de este sector. El cierre de tambos y de plantas de algunas empresas lecheras, como Sancor, sumado a los beneficios económicos que tiene la exportación por sobre la venta al mercado interno para estas empresas y la nula regulación estatal para garantizar el acceso a un alimento de primera necesidad como la leche, hacen que las grandes empresas del sector prioricen la exportación y dejen de fabricar segundas marcas, generando faltantes de los productos más económicos.

“Ante esta situación, y como parte de una estrategia comercial los supermercados han impuesto restricciones a la adquisición de esas leches, algunas incluidas en Precios Cuidados, que están en falta o escasean en muchos comercios. Este es el caso de la leche La Armonía, fabricada por Mastellone Hnos. al igual que La Serenísima, que cuesta $25,47 pero que no se encuentra en las góndolas y tiene restricciones en la adquisición a un litro por familia y por compra.

Además, para seguir vendiendo sus productos, algunas empresas de lácteos han comenzado a comercializar “Alimentos lácteos a base de leche”. Se trata de productos que buscan suplir a leches, yogures y quesos a un menor costo para el bolsillo de los consumidores pero que no advierten en forma clara que no son leche fluida. En el caso de la leche, la diferencia de precio ronda los $ 10 por litro, en comparación con leche más económicas de otras marcas y de más de $20 en comparación con las más caras.  

Esto representa un ahorro significativo para aquellas familias en situaciones más desfavorables. Como ejemplo, para una familia con dos niñes, con un consumo de un litro diario de leche, implica al finalizar el mes, un ahorro de alrededor de $270 comprando el alimento lácteo a base de leche La Suipachense en comparación con la compra de la leche más económica del mercado y de $740 si se compara con las leches más caras. En relación al consumo, recientemente se publicaron datos sobre hábitos de consumo relevados por el Centro CEPA y Proyección Ciudadana. Considerando la evolución de los consumos por nivel socioeconómico, se observa un comportamiento diferencial entre estratos, siendo el nivel socioeconómico bajo el que más disminuyó el consumo en todos los rubros considerados con excepción de las harinas. Específicamente un 35% reportó que disminuyó el consumo de lácteos.

De acuerdo a los precios en góndola de cada uno de los productos es posible afirmar que para cubrir 1300 mg de Calcio con Leche La Armonía se necesitarían $31,53. Para hacerlo con Alimento a base de leche OPI, se requerirán $32,99. Sin embargo, para alcanzar la recomendación con Leche La Serenísima, será necesario contar con $ 48,90.Si se realiza un análisis respecto a las proteínas que aporta cada producto y el costo de los mismos, tomando la Dosis Diaria Recomendada de Proteínas para una mujer embarazada o en período de lactancia (71 gr proteínas por día) se observa que para cubrir esa dosis, utilizando únicamente estos productos, será necesario contar con $60,28 en el caso de la leche La Armonía, $93,48 para el caso de la leche La Serenísima, $108,82 si se trata del Alimento a base de leche La Suipachense y $180,18 en el caso de la marca OPI.

Con ello queda evidenciado que estos productos “sustitutos” de la leche se venden a un precio más económico en la góndola, pero no aportan la misma cantidad de un nutriente esencial como es la proteína de alto valor biológico, como la que se encuentra en la leche. Es decir, son más baratos porque nutren menos.

La crisis económica viene produciendo un deterioro en la alimentación de la población. Si bien no se cuenta con datos oficiales que den cuenta del escenario de malnutrición actual dado que la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud data del año 2004, es de esperar que el aumento del precio de los alimentos produzca una disminución del consumo. Este es el caso de frutas, verduras y leche.”

“Ante esta situación es probable que la población, sobre todo los sectores más golpeados por el modelo económico actual, opten por productos de menor calidad como sustitutos de la leche que aportan menor cantidad de nutrientes. Las restricciones impuestas en distintos eslabones de la cadena de comercialización de la leche (productores y supermercados) y la falta de intervención del Estado en la regulación genera escasez de productos de primera necesidad, de calidad, y afecta el derecho a la alimentación.”

“Resulta urgente la reorientación del modelo económico y social porque como decía Ramón Carrillo, primer ministro de salud de nuestro país, en Teoría del Hospital (1951): “Los problemas de la medicina, como rama del Estado, no podrán ser resueltos si la política sanitaria no está respaldada por una política social. Del mismo modo que no puede existir una política social sin una economía organizada en beneficio de la mayoría”.

(Textos e imagen tomados del informe de la Fundación Soberanía Sanitaria)

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