El año político se termina con la confirmación de Cristina de que no será candidata a cargos electivos en el 2015 (leer al respecto el interesante análisis que hace acá Bruchstein), y los "lanzamientos" opositores, como si se tratara de los elencos que hacen teatro en la costa o en Carlos Paz.
El sábado fue el turno del massismo con una versión remizada de lo que sería una mezcla de menemismo, peronismo federal en sus diferentes variantes y el Grupo Mausoleo del que hablaba Kirchner.
Y anoche en Rosario una cumbre del "panradicalismo" encabezada por Binner y Sanz (a la que en algunos medios califican como "centroizquierda", en una clara falta de respeto a la inteligencia), que entusiasma a Pagni en La Nación de hoy con el surgimiento de una nueva Alianza.
Que sería justo lo que la gente está reclamando, para resolver problemas como la inflación o los cortes de luz.
Por fuera de esos dos alineamientos, en el campo opositor con aspiraciones de cara al 2015 queda el macrismo, del que probablemente nos ocupemos en otro post.
Hacia el interior del kirchnerismo, queda el debate por la sucesión de Cristina, el rol que ella jugará en adelante y el rumbo del gobierno; que no son cuestiones menores.
Pero con el 2014 asomando y el fin de ciclo ya decretado mediáticamente (una vez más y van) a lo mejor algunos empiezan a prestar atención a lo que verdaderamente hay enfrente como alternativa; e imaginar o intentar develar, como enfrentarían los principales problemas del país, empezando por aquéllos que señalan ellos mismos con más insistencia; cuando discuten la herencia del kirchnerismo.
Y ahí si uno profundiza un poco el análisis se puede imaginar ciertas cosas, y no se trata de instalar la disyuntiva "nosotros o el caos", o reducir todo el activo político del kirchnerismo a tener enfrente una oposición impresentable.
Sino de tomar nota del retorno de una lógica política desplazada desde Néstor Kirchner para acá, la vuelta al "país normal" del cual habla Binner por caso.
La anomalía kirchnerista -como la definió alguien- lleva ya demasiado tiempo, y se ha vuelto intolerable para muchos; amén del innegable desgaste que supone gobernar por más de un década un país como el nuestro.
Las fotos que abren y cierran el post son tomadas de eventos bien recientes: la convocatoria de la iglesia para firmar un documento contra el narcotráfico y la de la Mesa de Enlace para ilustrar sobre como debería ser la política agropecuaria.
En ambas se puede ver a casi toda la oposición y sus dirigentes más relevantes -con la previsible excepción de la izquierda- codo a codo, juntos, reconociéndose como pares y lejos de los vedettismo que a diario los separan; y los ponen a competir entre sí.
Como un signo de los tiempos por venir, para el que lo quiera ver: voten a quien voten, hay ciertas cosas que estarán garantizadas, habrá un estilo político de gobernabilidad más emparentado con nuestras tradiciones previas al 2003; como bien lo apunta acá con sorna Nando Bonatto en su blog.
Y a fuer de ser sinceros, no tienen demasiado pudor en ocultarlo.
En todo caso lo que se cuidan bien de decir son las consecuencias prácticas que trae aparejada esa lógica, en términos de políticas públicas con beneficiarios y perjudicados bien concretos; en seguimiento de ciertos manuales preestablecidos que conocemos porque fueron aplicados, con resultados también conocidos.
No hay nada demasiado nuevo entonces por allí bajo el sol, y no sería razonable esperar que lo haya, con los emergentes de un sistema político fragmentado, estructuras partidarias en crisis y una renovación dirigencial más biológica que de ideas o métodos de construcción política.
Cuestiones centrales que -en nuestra modesta opinión- no hay que dejar de lado en cualquier análisis, para evitar perderse en la jungla de posicionamientos, realineamientos, candidaturas y roscas; que son en todo caso un aspecto superestructural de un fenómeno más profundo.
Como tampoco hay que dejar de señalar que -por un conjunto de factores, entre ellos el desgaste y los errores del gobierno- esta apuesta a la "normalidad", esta "renovación" con más de lo viejo y conocido presentado en otros envases, puede gozar de cierto consenso social hoy.
Para medir la aceptación electoral falta bastante todavía.
3 comentarios:
Lo que vendría sería como un progresismo neoliberal, onda Uruguay.
Alguien que hable de combate a la pobreza, la corrupción, pero liberando de retenciones al agro menos a la soja, ajustando las tarifas, revendiendo p/ej. AA, FPT, pero reteniendo algunos servicios públicos. Insertarnos en el mundo de la mano de los arreglos con fondos buitres y demases, y por supuesto tomar deuda, liberar el ingreso de productos importados para que compitan con los nacionales y dolares vas a poder comprar los que quieras.
Sería bueno empezar a investigar en serio sobre lo economíco, lo social, la salud en Uruguay y la intromisión de la embajada y la posible instalación de bases en la ROU y por ahí seguro sera el camino que eligan en el 2015.
Qué linda mescolanza! Pará que la voto! Auch!!!
por favor no caigamos en manos de todos estos dinosaurios por favorrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
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