LA FRASE

"LE DIJE AL PRESIDENTE MILEI QUE ESTOY MUY INTERESADO EN INVERTIR EN SU PAÍS, ESPECÍFICAMENTE CONTRATANDO A LOS CIENTÍFICOS DEL CONICET, ARSAT Y EL PLAN NUCLEAR QUE SU GOBIERNO ESTÁ DESPIDIENDO." (ELON MUSK)

sábado, 4 de agosto de 2012

ACADEMIA DE CARADURAS


A ver como la explicamos: el abogado de Clarín en la causa de ley de medios (Badeni), el que planteó la cautelar ante el juez Carbone pidiendo que al Grupo no se le aplique la cláusula de desinversión del artículo 161, y se tomó un año para notificarle la demanda al Estado (para que siguiera la cautelar sin siquiera empezar a discutir el fondo del asunto), dice que el Congreso tiene que tomarse su tiempo para discutir la reforma de los Códigos Civil y Comercial; y tiene que abrir el debate a toda la sociedad. 

Y por qué ponemos el ejemplo de la ley de medios: porque como todos sabemos, la Ley 26.522 -antes de llegar el proyecto enviado por Cristina al Congreso- fue discutida en foros a lo largo y a lo ancho del país, y tuvo como base el trabajo de la Coalición Para Una Radiodifusión Democrática, que debatió los contenidos que tenía que tener la ley con las organizaciones de la sociedad, a lo largo y a lo ancho de todo el país.

O sea: justo lo que ahora pide Badeni que se haga con los Códigos; el mismo Badeni que se cagó en los foros, en la Coalición,  en el debate y en el Congreso, cuando fue a los tribunales a presentar la cautelar para defender las 301 licencias de televisión y radio de Clarín.

Pero guarda que no fue él solo el que pidió que el debate por los Código (cuya reforma, alerta, puede "perturbar la seguridad jurídica del país", o sea: joder los intereses de las empresas que representa), sino los 30 miembros de la Academia Nacional de Derecho de Buenos Aires (¿en qué quedamos, es nacional o de Buenos Aires nada más), cuya nómina vemos acá:  



Repasando la nómina, vemos que en realidad sería la Academia Nacional de la Derecha: dos ex ministros de la dictadura (Rodríguez Varela, ministro de Justicia de Videla, Aguirre Lanari, canciller de Bignone), gente experta en buscar consensos y dialogar con la sociedad; Horacito García Belsunce (al que le preocupan sobre todo los cambios en el régimen de familia, al parecer), Jorge Vanossi (ex diputado radical, funcionario de De La Rúa y Duhalde, hoy hombre de Macri), Horacio Fargosi (uno de los abogados de Clarín en las causas de Papel Prensa, uno de los vaciadores de Aerolíneas con Marsans) y Juan Carlos Cassagne (hombre del Opus Dei que durante el menemismo estuviera de los dos lados del mostrador en las privatizaciones eléctricas: redactó los pliegos y hoy es apoderado de Edesur y Metrogas); entre otros.

Lo que se dice un verdadero seleccionado de académicos, cada uno de los cuáles tienen un "sitial" con un nombre evocativo (vinculado a algún abogado famoso), del cual nosotros elegimos a Bartolomé Mitre (recuadrado con rojo).

No porque sea el fundador de La Nación (aunque Badeni también integra el equipo jurídico que asesora a Papel Prensa en todos los balurdos legales en que está metido contra el gobierno); sino porque era senador nacional por Buenos Aires en 1869, cuando se discutió en el Congreso el proyecto de Código Civil que había redactado Vélez Sarfield, y que con sus reformas, es el que nos rige hasta hoy.

Y fue justamente Mitre el que mocionó en el Senado para que los 4051 artículos del Código Civil redactado por Vélez (así identificado en la Ley 340 que lo sancionó) se aprobaran a libro cerrado (es decir sin debate alguno), como finalmente sucedió.

Cosa de académicos, vieron: suelen cambiar de opinión con el paso del tiempo.

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