ES POR LA OBRA SOCIAL

Después de que el voto de la gente en octubre del año pasado la pusiera en su lugar (aunque en realidad, para ingresar al Borda o al Moyano no se vota), este tenebroso personaje se llamó a silencio por un tiempo; y prometió -por enésima vez- retirarse de la política electoral, y no volver a presentarse nunca más como candidata a nada.

Por supuesto y aunque alardea de ser la reserva moral de la República, no cumplió; como tampoco lo hizo tras ser derrotada por Cristina en las presidenciales del 2007, triunfo que -por cierto- hasta el día de hoy no reconoció, y sigue agitando los fantasmas del fraude y la legitimidad segmentada.

Esta vez vuelve peleada incluso con su propio partido, rodeada de su corte de eunucos y adulones, aunque disminuída como consecuencia del 1,82 %; para contemplar como el monstruo que engordó por años (no nos referimos a ella, sino a Patricia Bullrich) y que fue la única cosecha en bancas de las elecciones del año pasado para la Coalición Cívica, está virtualmente dentro del PRO: lo que se dice una brillante estratega política Lilita; además de una pitonisa consumada con múltiples éxitos en su haber, como sabemos.

En sus breves apariciones en el Congreso desde diciembre del año pasado para acá, enfatizó en cuanta oportunidad pudo que estaba asqueada del vaciamiento moral de nuestra democracia; diciendo además que le daba vergüenza ese mismo Congreso del que es parte, por ver (según su percepción) en lo que se había convertido; la última ocasión fue en su intervención durante el debate en Diputados por el voto joven: el exabrupto del "Cuervo" Larroque hizo que las barbaridades que dijo Carrió esa noche pasaran desapercibidas.

Sin embargo ahora parece arrepentida (aunque esa palabra no figura en el léxico de Lilita), y vuelve a la pelea electoral, por una razón muy sencilla: el año que viene se termina su mandato, y se quedará sin banca ni fueros; y ni siquiera tendrá el subterfugio de la dieta para explicar su rumboso estilo de vida entre Recoleta y Punta del Este.

A menos que sepa fehacientemente que Clarín -más tarde o más temprano- deberá cumplir con la ley de medios y desguazar sus medios; y por ende se dificultan sus chances de conseguir un conchabo pago como columnista de los programas de TN, la única explicación posible es que trate de capitalizar el voto cacerolo porteño, para renovar su banca.

Y de ese modo, conservar la obra social; como dijo cuando le preguntaron por qué había aceptado un cargo en la justicia chaqueña, durante la última dictadura militar.