El primero que tiró la piedra (en público y con todas las letras) fue Méndez, el presidente de la UIA, planteando que es necesario que el Estado haga un ajuste de sus gastos: acá en Ambito lo intenta disfrazar por lado de "la transparencia de saber en qué se gasta el dinero público".
Por supuesto que nunca dirán -en público al menos- en qué habría que recortar a su criterio: en éste post señalábamos nosotros hace un tiempo como se compone la estructura de gastos del Estado nacional; donde las prestaciones de la seguridad social (jubilaciones, pensiones y asignaciones familiares) se llevan casi el 39 %, y las "Transferencias Corrientes" (que involucran desde los subsidios a las tarifas, hasta las pensiones no contributivas) otro 26 %.
Recordemos que cuando se anunció hace poco la baja gradual de los subsidios al gas y el agua (esto último en el AMBA), las industrias quedaron expresamente excluidas: ¿estaría reclamando un tarifazo que los alcance quizás, para recomponer los números del Estado?
Muy por el contrario, estos mismos que reclaman ajustar el gasto, plantean sacarle recursos al Estado: vemos acá como Massa se hace eco del reclamo de la UIA para derogar la Ley 26.929 que subió los impuestos internos a los autos de lujo o alta gama, y a los modelos importados; con la excusa de la crisis automotriz.
Y el Frente Renovador lo plantea a través del "UIAdiputado" De Mendiguren, como podemos ver acá:
No dicen, por supuesto, que la crisis de la industria automotriz tiene que ver con la concurrencia de una serie de factores de los cuáles el aumento del impuesto es -por lejos- el menor; porque abarca a un número muy reducido de los vehículos que se comercializan en el país, que serían menos si las propias automotrices no hubieran aumentado escandalosamente los precios antes y después de la devaluación de enero. A lo mejor -en la jerga de Méndez- hicieron un "ajuste".
Claro que la ecuación de las finanzas del Estado se compone de sus ingresos y sus gastos, y los que reclaman que bajen estos, en realidad lo que quieren lograr es que bajen aquéllos; como lo comprueba el ejemplo del impuesto interno a los autos, que no es el único.
Al respecto, leemos en El Cronista sobre las cifras de la recaudación de mayo: "las retenciones a las exportaciones sí aumentaron un 62,8%, frente a la devaluación del 54% y sumaron $ 8.789,6 millones "
"En el Impuesto a las Ganancias, en un mes en el que vencieron las obligaciones de sociedades con cierre de ejercicio en diciembre y de personas físicas con participación en sociedades, la suba interanual de la recaudación fue de 38,6%. Dal Poggetto consideró que el alza corresponde al impuesto inflacionario." (las negritas son nuestras)
Y tomando nota de los efectos de la merma de la acticidad en lo recaudado por IVA, agregan: "Esto se da a pesar del efecto positivo que supuso para la recaudación la devaluación nominal del peso, el atraso de impuestos como Ganancias y Bienes Personales respecto de la inflación y la negativa al ajuste por inflación de los balances, dijo la consultora Ledesma.".
Ganancias fue el impuesto con más peso en la recaudación de mayo (algo inédito en mucho tiempo), y el rubro que más creció interanualmente, los derechos de exportación (las retenciones). Dentro de Ganancias, el aporte de las personas físicas en tanto tales (la 4º categoría, la del famoso mínimo no imponible) representó el 16 %, unos 4800 millones sobre casi 29.500.
El resto lo aportaron las ganancias de las empresas gravadas con el impuesto, entre las que sobresalen (con un 38 % del total del impuestos) las de los bancos: tomen nota los que dicen "hay que gravar la renta financiera".
En éste contexto, el "ajuste" que está pidiendo el presidente de la UIA en los gastos públicos, tiene su correlato con el ajuste que están pidiendo en los balances, para pagar menos Ganancias: algo que en éste blog señalamos varias veces (por ejemplo acá), y para lo cual el propio De Mendiguren presentó un proyecto en el Congreso, aprovechando la discusión por la incidencia del impuesto en los salarios más altos.
El sustancial aumento interanual en lo recaudado por derechos de exportación (en su mayoría provenientes del complejo agroexportador) sería uno de los beneficios que supuso para el Estado la devaluación (contra múltiples inconvenientes); por eso no es de extrañar que sus promotores reales redoblen los esfuerzos en el reclamo por la baja o eliminación de retenciones: otro "ajuste" digamos.
Para el cual no le faltan valedores en el sistema político, como podemos ver acá:
3 comentarios:
Lo más gracioso es que el PO, a través de Pitrola, salió a pedir la derogación del impuesto a los autos de alta gama.
Si, nace la izquierda VIP
Son tan leeendos, incluso la gordita republiquita que no se prendió bien el gamulán o bien le saltaron los botones y mató algún ruralista.
Payasoooooooooooossssssss
Publicar un comentario