(*)
El Presidente y su mesa chica ya no tienen
dudas: Cristina Fernández, su ex monje negro Carlos Zannini, y un grupo de
dirigentes que no se muestran en público para no espantar a los votantes, (¿El
Comité Nacional de la UCR? ¿Se rompe “Cambiemos”?) están trabajando para
"voltear" a Mauricio Macri. Su objetivo de máxima es que el jefe de
Estado se vaya cuanto antes. El de
mínima es que Cambiemos pierda las elecciones en la provincia y Cristina se
transforme en la gran candidata a sucederlo. (O sea golpe. O ganarle en las
urnas, es todo lo mismo, digamos)
La ex presidenta y sus muchachos estuvieron
exultantes la semana pasada. Las "condiciones objetivas" para
propiciar la movida desestabilizadora que hasta enero parecían un delirio hoy
son percibidas como bastante probables. (Ajá, ¿y la culpa la tienen ellos?) Favorecen
su estrategia "destituyente" la demora en el arranque del crecimiento
de la economía, (Pero Macri dijo que hace seis meses estamos creciendo y
generando empleo, y Dujovne que el país salió de la recesión. ¿Los abdujeron
ovnis kirchneristas?) la legitimidad de los reclamos de los trabajadores en
general (Salvo los docentes bonaerenses, nos acota acá María Eugenia Vidal) y
el clima enrarecido que se vive en la calle, alimentado por un cronograma interminable
de cortes de calles y avenidas, (El famoso bacheo desestabilizador) movilizaciones,
instalaciones de carpas en zonas estratégicas (¿Expoagro, la Time Wrap, la
Rural en Palermo?) y un cronograma de paros que será coronado por la huelga
del próximo 6 de abril, convocada por la CGT. (Demoraron la coronación los
muchachos, menos mal que no eran los encargados de elegir Miss Argentina, sino
nos quedábamos sin representante en Miss Universo)
El Presidente y los integrantes de la mesa chica de Cambiemos
cometieron el peor de los pecados: (No fueron felices, como decía Borges) la
subestimación de la capacidad de daño de Cristina y quienes la rodean. (Ah,
ese pecado) Macri supuso, de manera muy equivocada, que después del
desplante del traspaso de mando de la ex presidenta no tendría que soportarla
más. (¿Le iba a mandar a Lagomarsino con la 22?) Creyó, o le hicieron
creer, que no debía machacar, al comienzo de su mandato, con la muletilla de la
herencia recibida ni el enorme desaguisado de corrupción después de más de una
década de poder casi absoluto. (Claro, por eso todos esos temas solo los
mencionaban al pasar, unas 100 o 200 veces por día, en todos los medios.
¿Tendrían que haber sido más insistentes, decís vos?) Que sería mucho mejor
mirar hacia adelante, para no tirar mala onda y transitar de inmediato el
camino del crecimiento de la economía, montado en las expectativas de lo que
recién empezaba. (A juzgar por los resultados, no resultó. Igual, capaz que
algo tuvieron que ver las medidas económicas del gobierno, eh, manejálo como
una posibilidad) Ahora, tarde y mal, Macri y muchos de sus ministros están
empezando a blanquear lo que ocultaron por consejo de sus asesores políticos. (¿Qué
no son “la nueva derecha” de la “revolución de la alegría”, sino los mismos
garcas de siempre?)
Esto es: la asunción del gobierno de Cambiemos no
fue muy glamorosa, (¿Cómo que no?, si Mau imitó a Freddie Mércury, tiró pasitos y Gaby cantaba los temas de Gilda) pero evitó una crisis económica de consecuencias gravísimas.
(La famosa "crisis asintomática". Que rara forma de evitarla, causándola. Igual, a los tomadores de deuda les
dijeron todo lo contrario. ¿Vos decís que los estafaron?) Una especie de
choque de trenes de frente a muy alta velocidad, con vagones cargados de una
inflación que iba camino a la híper y una recesión que podía terminar en
explosión social. (A la mierda, es una versión de “Duro de matar” más o
menos. ¿No será mucho, Luis?) Ellos lo sabían. Pero no lo comunicaron. (Que fea la
actitud, sobre todo por la pobre gente que estaba en los andenes sin saber que
se les venían encima dos trenes cargados de inflación) O no lo comunicaron
con claridad y precisión. (¿Qué pasó, falló la maquinaria de precisión suiza
de Marquitos Peña y Durán Barba?) Y a mitad de camino de semejante actitud
zen, (“Zen” medio boludos, y medio hijos de puta) implementaron un
tarifazo que sacudió a buena parte de la clase media y los sectores de menores
recursos. (O sea actitud “zen” mientras nos rompían el tujes a todos,
digamos)
Al mismo tiempo, la situación judicial de Cristina
Fernández se empezó a deteriorar con prisa y sin pausa. (Claro, “al mismo tiempo”
y por obra de las mismas manos de la “actitud zen”) Los bolsos de José
López, la presión social a quienes imparten justicia bajo la consigna de que
los metan presos y que devuelvan que se robaron (“presión social”, claro, la
gente en la calle no habla de otra cosa. Y a juzgar por la columna de Bonelli,
Felipe González y los inversores extranjeros también) terminaran de
configurar un contexto muy particular. (¿Qué sería?) Lo que sucedió
durante todo el año pasado le sirvió a la ex presidenta para trazar un mapa de
su futuro para los próximos años. (Una rayita entre El Calafate y Ezeiza,
digamos) Ella tiene la certeza de que si no le hace al gobierno el mayor
daño posible ahora mismo, (¿Le plantó ella al rabino Bergman en el gabinete
a Macri? Que hija de puta) más precisamente, entre marzo y agosto de este
año, su próxima estación será la cárcel. (Viene ferroviario el tema de las
metáforas hoy)
Por lo tanto su incentivo para agitar el clima de
enrarecimiento no puede ser más poderoso. (Pero basado en que la economía
anda como el culo, los reclamos de los trabajadores son legítimos, y el
tarifazo destrozó todo. El kirchnerismo siempre tuvo coyunturas favorables
digamos) Y el temor de que junto con ella detengan e intenten quitar la
libertad ambulatoria (¿Estuviste leyendo un libro de derecho procesal Luis,
te explicaron que no es la libertad de andar en ambulancia, no?) a su
propio hijo acrecienta el deseo de Cristina de que a Macri le vaya cada vez
peor. Esto es algo en lo que coincide la mayoría de la dirigencia política. (¿Por
ejemplo quiénes, sacando los de “Cambiemos”?)
Incluso la líder del GEN Margarita Stolbizer. (Ah,
ella, claro, quien iba a ser si no) La autora de del libro "Yo
acuso" (Dos por 45 pesos, en la mesa de saldos y retazos de todas las grandes
librerías del país) considera que Cristina no va a dejar de hacer todo lo
que esté a su alcance, porque la enorme culpa de haber involucrado a sus hijos
en los negocios del padre con Lázaro Báez y Cristóbal Lopez, entre otros, la
transformará en una tigresa al acecho. (Uyyy, estás ardiendo papi, parecés
Oggi Junco o Flavio Mendoza)
La ex jefa de Estado tiene la voluntad pero ¿también posee
los recursos necesarios? El ex agente de inteligencia, Jaime Stiuso, cree que
sí. (Ah, listo, cerremos el debate entonces, ya no hay más nada que
discutir) Enormes recursos y una locura de poder sin límites. (Terrible,
cuando te ponen las pruebas a la vista así, te dejan sin habla) No lo anda
susurrando por los sótanos de las oficinas del Estado. (No, va directamente
a los despachos) Se lo dice a los fiscales y a los jueces que lo llaman a
declarar. (¿Y del motivo por el cual lo llaman a declarar que dice, Luis?) Stiuso
considera que Zannini, con el conocimiento de Cristina y la participación
activa del ex jefe de la AFI, Oscar Parrilli ,y la procuradora general de la
Nación, Alejandra Gils Carbó, fueron partícipes necesarios de un plan para
detenerlo en 2014. (Sí, y lo terminaron rajando. Una pena que se haya
escapado) Stiuso declaró que Gils Carbó había "manipulado" al
fiscal José María Campagnoli para apresarlo en una causa vinculada al secuestro
del ex empleado ferroviario Enrique Alfonso Severo. (El fiscal ultra k
Campagnoli, que como todos sabemos es íntimo amigo de Gils Carbó. El pedido de
destitución que le hizo fue una jodita del día de los inocentes) Stiuso
cree que se salvó de morir "fusilado" como su amigo el espía
Leornardo ‘Lauchón’ Viale, a manos de policías de la provincia de Buenos Aires,
solo porque el juez de instrucción rechazó el pedido de Campagnoli. (Que
flojos los sicarios, los frena una resolución de un juez rechazando el pedido
de un fiscal. Deben ser los famosos sicarios garantistas. Igual, nos fuimos al
carajo, hablábamos de que Cristina quiere voltear a Macri, Luis, retomemos
please)
El ex director de Contrainteligencia (Es verdad:
estaba en contra de todo lo que fuera inteligencia) entiende que esa fue la
primera tentativa para neutralizarlo de manera definitiva con el objeto de
evitar que su trabajo y la investigación del fiscal Alberto Nisman sobre el
atentado contra la AMIA llegaran a buen puerto. (Que agradezca entonces que
le dieron diez años de changüí, pese a que los dos se venían rascando los
huevos, fugando guita del país, armando cuentas truchas y empresas fantasmas y
gastándosela en gatos caros) Stiuso repitió una y mil
veces, ante fiscales y jueces, que él considera que Nisman fue asesinado. (Lo
cual debiera bastar para condenar por eso a ¿el Petiso Orejudo?) Incluso se
lo dijo en la cara a Daniel Scioli, en el marco de la visita que le hizo el
entonces gobernador al número dos de "la Casa" Paco Larcher, en sus
oficinas de la ex SIDE. (Como estás ampliando las fuentes servilletas Luis,
vas camino a superarlo al “Tata” Yofre) "¿A cuántas personas más van a
tener que matar para seguir ocultando un secreto?", le preguntó Stiuso a
Scioli, desde su escritorio, donde había apoyada un arma de fuego. (¿No era
Moreno el que ponía los chumbos arriba de la mesa? Igual, volvamos a Cristina,
Macri y su desestabilización Luis, ya nos perdimos todos) Y el ex motonauta
empalideció. (¿Quedó naranja clarito?) La idea romántica y edulcorada de
que Cristina Fernández de Kirchner es una militante más, emponderada (“empoderada”
es, burro) para devolver la dignidad a los argentinos, absolutamente
honesta e ignorante de los negocios de su marido, se terminó de hacer añicos
cuando se empezaron a conocer las escuchas (Filtradas por Marijuan, que te
las dio a vos) donde trataba a Parrilli como un felpudo y también en otras
donde mandó a un grupo de dirigentes peronistas a que se "suturen el
orto". (Ah, y de ahí surge que lo quiere voltear a Macri. ¿Nos hacés
una línea de puntos o un camino con migas de pan entre las dos cosas, que nos
perdimos?)
Dos encuestadores que no siguen a la manada (¿El
profesor Giacobbe y Berenztein?) explicaron que esas expresiones le
hicieron a la ex jefa de Estado más daño en su imagen que muchas causas
judiciales. (Pfff, no sabés como cayó en el conurbano desde entonces) Porque
más allá de la relevancia judicial, (Que no tienen: Canicoba Corral acaba de
archivar la denuncia) revelan que establecía, con casi todos sus
subordinados, un vínculo donde no faltaban la humillación y la descalificación. (Ajá, ponéle, no todos
pueden tener la simpatía que mostró Mau, por ejemplo con Baradel. ¿Y, adónde
vamos?) De hecho, existe, en el marco de la serie de diálogos que fueron
interceptados entre Cristina Fernández y Parrilli, uno donde la primera define
a Scioli como "un mar de mierda". (Uno que tenés vos, porque hasta
acá no lo difundieron. ¿Tenés claro que es delito, Luis, no?) Y esta misma
semana, en la causa que tramitan el fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio
Bonadio, Stiuso explicó que Cristina y Zannini le habían ordenado que le
pincharan el teléfono a Scioli y que el ex gobernador lo sabía, pero lo
toleraba. (Che estamos terminando la columna y hasta acá la única fuente que
citaste es Stiusso, al cual Cristina rajó y por ende tiene motivos para decir
cualquier cosa de ella, y seguimos sin saber que catzo tienen que ver todos
estos puteríos con el supuesto plan para voltear a Macri) Ahora, muchos de
los interlocutores de Scioli en la etapa preelectoral comprenden por qué era
tan breve y conciso para hablar por teléfono. (Claro, sin su locuacidad
habitual, digamos)
La existencia de una red de inteligencia paralela, (la del gobierno es para lelos, como vos) de
operadores que pretenden presionar a fiscales y jueces desde fuera del poder (Claro,
aprovechando que cuando estaban en el poder les fue bárbaro en ese ramo) y
el manejo en detalle del cronograma interminable de la protesta social (¿El
manejo por quién, por el gobierno, por Cristina?) es lo que terminó de
convencer al Presidente que vienen, de nuevo, por todo. (¿Por qué “de nuevo”
Luis, cuando hicieron un golpe antes?) "Te diste cuenta tarde" le
mandó a decir un sindicalista con más de 30 años en su gremio. (Se más
específico Luis, con esa descripción pueden ser unos mil, más o menos) Es
alguien al que le gusta hablar con metáforas de la corrupción y los enjuagues
del poder. (Ah, Barrionuevo. Y después Macri le mandó la AFIP, pero esa
parte mejor no la contemos) El va a participar del paro. (El viene de
paro, desde que nació) Pero se va a cuidar mucho de no empujar, por ahora,
a Macri. (“Por ahora, solo por ahora”, como decía Marcelo Araujo) "Mejor
es tarde que nunca" le envió, como una respuesta, el primer mandatario. (¿Y
qué mierda quiso decir con eso?) Y después argumentó: "Ni esta es la
economía de la crisis de 2001, (Gracias a la “pesada herencia”, y no
precisamente a las políticas del gobierno) ni yo soy (Fernando) De la Rúa".
Esto es lo que deberá demostrar el Presidente a los argentinos cuánto antes. (Ah,
debe ser por eso que anduvo haciendo papelones en la tele, y después se fue a
una fábrica de helicópteros)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.
3 comentarios:
Cuánto más leo a Majulo, más quiero a Cristina.
P.D.: ¿no era que la "red de inteligencia paralela" estaba conformada por inútiles? Ahora, de golpe y porrazo, es "una fuerza desestabilizadora imparable". ¡Chupáte esa, John le Carré!
Cada vez que leo al imbécil de Majul, además de cagarme de risa, me convenzo de que está muy ¨papeado¨ el hdp. Jajajaj.
Que manera de escribir boludeces, por favor!!
Publicar un comentario