Es sabido ya que el principal
anuncio de Macri en el payaseco acto del Día del Trabajador organizado por el
“Momo” Venegas fue el supuesto lanzamiento de un programa de subsidio al empleo
para los beneficiarios de planes sociales que ya existía.
Más concretamente desde el 2006
cuando el Ministerio de Trabajo por entonces a cargo de Carlos Tomada dictó el
19 de enero de ese año la Resolución 45, que instituía el “Programa de
Inserción Laboral” (PIL), que tuvo luego varias modificaciones, en 2010 y 2014
durante los gobiernos kirchneristas; y el 3 de marzo de éste mismo año por la
Resolución 103 de Triaca.
En cada caso se fueron
incorporando nuevos programas sociales al PIL, porque originariamente era para
los beneficiarios del Jefes y Jefas de Hogar; y luego se agregaron “Jóvenes por
Más y Mejor Trabajo”, el seguro de capacitación y empleo, el Progresar,
“Ingreso Social más Trabajo” (las cooperativas de “Argentina Trabaja”) y el
Programa de Prestaciones por Desempleo.
El 29 de
marzo de éste año por la Resolución 103 de Triaca se incorporó al PIL a
los trabajadores que quedaran
comprendidos en el “Programa de Reconversión Industrial” impulsado por el
gobierno de Macri (explicado antes acá); que es un
subsidio al despido, más que un subsidio al empleo.
Peor aun: en esa misma resolución
de marzo Triaca facultó a su Secretario de Empleo (el del famoso “comer y
descomer”, como ejemplo de lo flexible que debería ser el mercado del trabajo)
a incorporar al programa a beneficiarios de otros programas sociales no
expresamente mencionados.
Para que el anuncio de Macri en
el acto del “Momo” no quedara en el aire, el martes salió publicado en el Boletín Oficial el Decreto 304, que no dice nada: ni como se
financia el Programa, ni quiénes entran, ni que pasa con las contribuciones
patronales y cargas de la seguridad social. Es decir, básicamente, un decreto
al completo pedo.
Que no puede ocultar que se trata
de un subsidio a los empleadores, no un beneficio para los trabajadores
(artículo 3 del decreto); que ahora se extiende a 24 meses, cuando antes eran 9
como máximo.
Pero hay más: de acuerdo al
artículo 11 de la Resolución 45/06 de Tomada (con la modificación introducida
por la Resolución 753/14) el aporte mensual a cargo del Estado debe ser
contabilizado por el empleado como parte de la remuneración normal, mensual y
habitual del trabajador empleado; a los fines del cálculo de las contribuciones
patronales y los aportes personales del trabajador a la seguridad social.
Habrá que ver (porque el decreto
de Macri nada dice al respecto) si eso continuará vigente, o el Estado
absorberá esa parte de las cargas sociales eximiendo de ellas a los
empleadores; o si lisa y llanamente desaparecen, y se sigue desfinanciando la
seguridad social; privando de recursos genuinos a la ANSES, y perjudicando la
fórmula de movilidad de los haberes jubilatorios.
Pero detengámonos por un momento
en el contexto político del anuncio de Macri; que es más relevante que el
anuncio en sí: es evidente que en el gobierno primó la necesidad de hacer algún
anuncio concreto para los trabajadores en el bizarro acto del “Momo”.
Con cepo a las paritarias, y el ostensible fracaso de la “reparación histórica” a los jubilados y de todos los indicadores de la economía (en especial los que atañen al
empleo y el salario) como telón de fondo, es evidente que la maquinaria de
propaganda macrista quiso echar algo a la olla del locro del sindicalismo
amigo; pero tuvo gusto a poco.
Por otro lado, el anuncio revela
además la decisión del gobierno de Macri de no cumplir lo comprometido con las
organizaciones sociales en cuanto a la “emergencia social”, porque el subsidio
a los empleadores tomará fondos de los programas que debían financiar el
“Aguinaldo social”.
Lo concreto es que lo único que
puede crear empleo genuino es que la economía crezca (algo que aun está por
verse si sucederá éste año), y no precisamente por los sectores a los que
apuesta el gobierno como la minería, la energía y el campo, sino a los que está
destruyendo con sus políticas; como la industria manufacturera y las Pymes.
Mientras tanto y como se puede
observar en la tapa de Clarín del miércoles que encabeza el post, los medios salen a
ponerle el hombro a la máquina de humo duranbarbista, echándole la culpa a los
vagos piqueteros que prefieren cobrar un plan, en lugar de trabajar. De manual.
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