LA FRASE

"NO ES TAN DIFÍCIL DE ENTENDER: ESTELA DE CARLOTTO ES GOLPISTA Y EL GENERAL VIDELA LO ÚNICO QUE HIZO FUE COMBATIR AL TERRORISMO." (VICTORIA VILLARRUEL)

lunes, 3 de septiembre de 2018

GOBIERNO TU SAM


La idea de que como son ricos, no necesitaban robar, podía fallar y falló: son ricos, porque robaron, roban y seguirán robando. De lo contrario, no tendrían tantos "conflictos de intereses" por los curros privados que arman y gestionan desde el Estado, no hubieran hecho el blanqueo de capitales más amplio y generoso de la historia, sin obligación (por primer vez) de traer la guita al país; y no estarían fugando dólares a lo pavote ahora, y organizando la fuga para ellos y sus amigos, dejándonos a nosotros la deuda.

La idea de que como eran empresarios exitosos y un país es como una gran empresa, iban a resolver fácilmente todos los problemas que los políticos tradicionales no resolvían podía fallar, y falló: un país es muy diferente a una empresa y bastante más complejo y difícil de manejar, y el "mejor equipo de los últimos 50 años" es una banda de fascinerosos chapuceros que han destrozado todo a su paso, empeorando lo que estaba mal, y destruyendo lo que estaba bien.

La idea de que eran "la nueva derecha moderna y democrática" que había aprendido de los fracasos de la vieja derecha, y aceptaba cosas que aquella rechazaba como defender una educación y salud públicas gratuitas y de calidad, la tolerancia, el pluralismo, las libertades individuales, podía fallar y falló: la educación y la salud pública son variables principales del ajuste y han sido abandonadas a su suerte, y su plan político es una mezcla de Revolución Libertadora con redes sociales, y dictadura del 76' con patotas judiciales.

La idea de que Macri finalmente traicionaría a su clase porque personalmente está hecho, y siendo rico bajó al barro de la política para dar una mano terminar con la pobreza podía fallar, y falló: su gobierno es una máquina de fabricar pobres y agrandar cada día más la verdadera grieta, la de la desigualdad social en la distribución de la riqueza; y desde el primero al último de sus actos está atravesado por un inocultable sesgo de clase.

La idea de que nada mejor que un empresario con antecedentes de capanga en sus empresas como el tipo adecuado para mejorar la situación de los trabajadores (empezando por eximirlos del pago de Ganancias) podía fallar, y falló: desde el primer minuto de su gobierno le declaró la guerra al salario, al empleo, a los sindicatos, los convenios colectivos y los derechos laborales; a los acusó y acusa de ser los causantes de todos los problemas del país, "privilegios" que hay que eliminar, o "ventajitas" que hay que ceder.

La idea de que había que arreglar con los fondos buitres como fuera para "volver al mundo" y que llovieran las inversiones, que iban a venir por la sola presencia de un "gobierno market friendly", podía fallar y falló: las únicas inversiones que vinieron (y como vinieron, se fueron) fueron las de la bicicleta financiera montada por el propio gobierno con las LEBASC's, y la deuda creció exponencialmente para financiar no el desarrollo del país o su infraestructura, sino la fuga de capitales, una especie de lluvia hacia afuera. Tanto creció que ya se tornó impagable, y asoma el fantasma del default.

La idea de que había que levantar el cepo para que cualquiera comprara todos los dólares que quiera porque total iban a sobrar, mientras se eximía a los exportadores de la obligación de liquidar las divisas en el país para transmitirles confianza, podía fallar, y falló: la restricción externa y el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos se han agravado drásticamente, y los dólares que entran cada vez son menos, mientras que los que se van son cada vez más.

La idea de desregular los movimientos de capitales para que vengan y se vayan cuando quieran, y de ese modo atraerlos, pudo fallar y falló: la única política"atractiva" que el gobierno creó para que vengan capitales fueron las LEBAC's, y se vio obligada a desarmarlas porque había creado una bomba insostenible; claro que al hacerlo activó tres o cuatro bombas iguales, o peores.

La idea de liberar por completo el mercado cambiario porque la devaluación no se traslada a precios, ya que la inflación es un problema estrictamente monetario que se corrige con la suba de la tasa de interés, podía fallar, y falló: la devaluación brutal, sumada a la dolarización de los combustibles, la energía y el precio de los alimentos han llevado la inflación a un nivel aun más alto que el del kirchnerismo, las tasas de interés lo único que consiguen es recesión, y la puja distributiva cuya existencia negaban se resolvió con la derrota total del salario, única ancla real (y fracasada) contra la suba de los precios.

La idea de que debíamos abrir nuestro mercados para que los demás nos abrieran los suyos en reciprocidad, y que alentar la importación bajaría la inflación podía fallar, y falló: no hay casi ningún país en el mundo que tenga nuestro nivel de apertura de su mercado interno, el déficit de la balanza comercial es récord histórico, los precios no bajaron por la avalancha de importaciones, el daño social y al tejido productivo resultantes es incomensurable y ni siquiera como reciprocidad de tantas condiciones, el país ha conseguido ampliar mercados para sus exportaciones; sino más bien lo contrario. 

La idea de que los subsidios a las tarifas de los servicios públicos eran un error porque alimentaban la inflación vía el aumento del déficit fiscal, y que "nadie en el mundo subsidia la energía" y "a las cosas hay que pagarlas por lo que valen", podía fallar y falló: se redujeron brutalmente los subsidios, se dolarizaron las tarifas y lo único que se consiguió fue propagar inflación de costos, a toda la cadena de producción y comercialización, sin que la famosa "restricción presupuestaria de los hogares" actuara en sentido contrario.

La idea de que las retenciones eran un impuesto "distorsivo y poco inteligente," que desalentaba las exportaciones y perjudicaba a las economías regionales podía fallar, y falló: se eliminaron todas las retenciones menos las de la soja, que se rebajaron, se creó así un agujero fiscal no compensado con otros ingresos sino con deuda, las economías regionales siguen con los mismos problemas de siempre y el país no exporta más, sino menos. Y ahora hasta el FMI, la UCR y Majul piden reponerlas.

La idea de que los controles o acuerdos de precios no servían para contener o encauzar la inflación y que lo mejor era dejar que el mercado se autoregulara hasta encontrar su punto de equilibrio podía fallar, y falló: era vieja y desacertada ya en el siglo XVIII, ni hablemos ahora; y a las pruebas nos remitimos, conforme lo constatan los propios datos oficiales. Más de un oficialista (Sanz hizo punta hace rato) está diciendo que algunos empresarios se merecen un Guillermo Moreno.

La idea de que haciéndole concesiones eliminando regulaciones y controles como modificar la ley de los mercados de capitales permitiría que nos declararan "mercado emergente" sería bueno para el país porque accederíamos a financiamiento a tasas más bajas y las empresas argentinas aumentarían su valor, podía fallar y falló: nos pusieron en camino de ser "emergentes" y desde entonces subió el riesgo país, y las acciones (y en consecuencia el valor) de las empresas argentinas que cotizan en bolsa y de los bonos y títulos de la deuda pública se fueron estrepitosamente a pique.

La idea de que acordar con el FMI era bueno para el país porque el Fondo cambió, no es el mismo y ya no exige ajuste sino que vela por los más necsitados podía fallar, y falló: es el mismo de siempre, no solo pide ajuste como siempre, sino que es lo único que sabe pedir; y ahora, a cambio de tirarle a Macri el último salvavidas antes de que se hunda definitivamente le pide como única condición...profundizar el ajuste.

La idea de que a un gobierno amigo de los mercados los mercados no lo traicionarían soltándole la mano podía fallar, y falló: a la primera de cambio y cuando no le gustaron las cosas o como venía la mano, no solo le soltaron la mano, sino que le picaron el boleto y lo empujaron al abismo, y ni nos vimos ni nos conocemos.

La idea de que para gobernar tranquilo hay que llevarse bien con Clarín y darle todo lo que pida y más, podía fallar y falló: le dieron todo lo que pedían y más, y como olfatearon y le sintieron un poco de olor a cala y nardo a Macri, ya le están soltando la mano y buscándole reemplazos, porque se convirtió en un estorbo.

Ahora dando vuelta la idea de que el verdadero problema del país es el gasto público y el déficit fiscal, y por eso no hay otra solución que ajustar para llegar al "déficit cero": si nos atenemos a los antecedentes históricos en la materia (2001, sobre todo), todo indica que puede volver a fallar.

Pensándolo bien, el título del post no es del todo justo: al fin y al cabo Tu Sam se atajaba, y antes de cada uno de sus trucos advertía que podían fallar; cosa que Macri, su gobierno, sus sostenedores y no pocos "analistas" nunca hicieron. Siempre dijeron que iban por el camino correcto, que no había otro y que al final de ese camino esperaba el éxito seguro. Puede fallar. Tuits relacionados:

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