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Macri empezó la semana con el pie
izquierdo. (¿Leyó encuestas de provincia de Buenos Aires, o los números de
la economía?) Lo que había imaginado como su primera gran victoria en la
batalla para mejorar la calidad del sistema judicial argentino, (¿El decretazo
nombrando a dos jueces de la Corte?) terminó con un empate sobre la hora.
El camarista Eduardo Freiler, un juez al que el oficialismo siempre consideró
corrupto y cooptado por lo peor del kirchnerismo, (Ah, el problema era ése,
los otros corruptos que cooptó él en cambio, le chupan un huevo) impresentable
por su enriquecimiento personal, su conducta profesional y por el contenido de
sus fallos, (O sea, los que no salieron como quería el gobierno. Porque la
independencia judicial y coso. Ocurre Luis que de los fallos del tipo no se
habló nunca en el jury, justamente porque no se puede blanquear eso) no
podrá ser suspendido de inmediato. Y tampoco se le iniciará juicio político. Al
menos por ahora.
Macri
estaba contrariado. (No es para menos: se afanó dos bancas en el Consejo de
la Magistratura, al reverendo pedo) Sus hombres de confianza le habían
asegurado que el voto del cristinista Daniel Candis, que iba a definir si la
avanzada contra Freiler prosperaba o no, estaba garantizado. (Sería
interesante saber en que se basaron ¿No te dio por investigar?) ¿Quién lo
había dado por hecho? ¿Pablo Tonelli, titular del Consejo de la Magistratura?
¿El ministro de Justicia, Germán Garavano? ¿El multiasesor Fabián Pepín
Rodríguez Simón, o Daniel Angelici, su histórico operador en Comodoro Py? Poco
importa ya. (Claro, son todos iguales de inútiles, digamos. Venden humo) Lo
que importa es que Macri volvió a tomar conciencia de que su administración no
es efectiva en un asunto crucial para la propia superviviencia de su gobierno:
el de su vínculo con la Justicia que pesa de verdad. (No tenemos en claro si
sos plenamente conciente de lo que acabás de escribir, y las interpretaciones
que tiene, que quizás se te escapen: no habría mejor confirmación que estamos
gobernados por una banda de facinerosos, que necesitan contactos en la justicia
para zafar)
Ya
había experimentado esa percepción de batalla perdida. Con la decisión de
nombrar por decreto en la Corte a Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti, que se
vio obligado a revisar. (Sí, re perdida la batalla: rosqueó con Pichetto, y
se los nombraron igual) Con la información falsa de que los aumentos de
tarifas no serían frenados en el escritorio de ningún juez. (Claro, por eso
las tarifas están igual que en diciembre del 2015) Con la falta de apoyo de
Elisa Carrió a su idea de tumbar a la procuradora Alejandra Gils Carbó por la
vía administrativa. (“Vía administrativa”: DNU para rajar a un funcionario
al cual la Constitución le da autonomía funcional y la ley inamovilidad en el
cargo. Que linda es la república) Con la andanada de imputaciones y
procesamientos a él mismo y sus funcionarios de confianza, coronada con la
acusación de la fiscal Gabriela Boquin, quien terminó de configurar la idea de
que Macri era tan corrupto como todos al convalidar un arreglo espectacular
para los dueños del Correo y ruinoso para el Estado. (Otra vez Luis, mandále
las columnas a Marquitos antes de publicarlas, no es conveniente que quede por
escrito que esas son las verdaderas razones por las que Macri quiere rajar a
Gils Carbó: para que no lo investiguen a él ni a ninguno de sus funcionarios, y
poder seguir atendiendo tranquilo los negocios familiares desde el Estado)
¿Cuál
es el mejor camino para desarmar el combo de impunidad e ineficiencia en que se
está transformando una buena parte de Comodoro Py? (Que “Cambiemos” pierda
las elecciones, así le dejan de cajonear las causas a Macri y sobreseerlos a él
y sus funcionarios en tiempo récord en todas las causas) ¿Por dónde seguir
si todavía no pudo ni comenzar? A los principales fiscales y jueces, el
Presidente, en diciembre de 2015, les había mandado un mensaje a través de
Angelici: esta administración no le piensa pagar a nadie a cambio de
protección. (Lo del Correo dejó en claro que si hay algo que los Macri no
piensan hacer jamás, es pagar. Es más, por tradición cultural y familiar, están
más acostumbrados a cobrar por protección) Pero Carrió pulverizó al
presidente de Boca y empezó a "presionar" a fiscales y jueces con
métodos públicos y probados. (Apretan a funcionarios de la justicia en
público para que hagan lo que ellos quieren. Que hermosa es la Republiquita) Mencionándolos
con nombre y apellido. Para apurarlos. Para elogiarlos. (¿Y cómo te
presionaría que alguien te elogie, jeño?) O para denunciarlos sin más. (Sin
más...que la denuncia. El método Carrió de siempre, bah) Macri, por un
momento, supuso que el dedo levantado de Lilita lo terminaría ayudando a
separar la paja del trigo en el fuero federal. (Lo cual confirma lo que
sabíamos: que los enojos morales de la gordi están pautados con los pucheritos
inmorales del presidente) Pero el ataque de Carrió al presidente de la
Corte Suprema de Justicia lo volvió a poner en una situación incómoda y
laberíntica: entre la indignación de su aliada y el pedido lógico de
Lorenzetti, quien le explicó que es una anomalía institucional que una diputada
acuse de ladrón y mafioso, una vez cada 15 días, a la máxima autoridad judicial
por los medios sin aportar las pruebas para corroborarlo. (Claro, en cambio
cuando hacía lo mismo contra los presidentes de la república los 12 años
anteriores estaba perfecto, y cumplía una función indispensable para consolidar
las instituciones de la república)
"Si
no somos capaces de sacar de la Justicia a un juez como éste, ¿quién nos va a
creer capaces de cambiar algo de verdad?", (Nadie, Majul, a esta altura
ya ni los que lo votaron. Y no precisamente por el asunto de los jueces. A
menos que reemplacemos “cambiar” por “hacer mierda”, en cuyo caso la conclusión
es muy distinta) se preguntó Macri, en referencia a Freiler, este fin de
semana. Quizá quienes lo asesoraron para esta embestida, y hasta él mismo,
subestimaron la situación. Tal vez creyeron que peleaban contra lo más
impresentable y lo peor del cristinismo, como el consejero Rodolfo Tailhade (El
que descubrió que el año pasado te dieron pauta oficial por 24 palos, como la
seguís teniendo adentro, eh) y las otras caras visibles de la defensa
pública de Freiler. (¿Quiénes, Luis?) Pero no contaron con el cinismo de
Candis, (¿Por qué cinismo, si el tipo dijo que lo bancaba a Freiler y eso
hizo?) ni con la enorme capacidad de presión que todavía esgrimen la ex
presidenta y sus operadores más oscuros. (Ahí está, volvió el temible
aparato de recontraespionaje del kirchnerismo que es inútil porque los mandan a
espiar y tocan el timbre, pero menos inútil que los operadores judiciales de
Macri. ¿Es así o nos perdimos algo?)
Quizá los hombres del Presidente pensaron que los demás fiscales jueces
y camaristas verían con agrado el reemplazo de Freiler por otro colega más
honesto. (Seguro, un Ercollini, un Bonadío, un Moldes, un Marijuan, ponéle.
O sea, cualquiera de ellos mismos) Pero Comodoro Py, en términos generales,
no funciona así. Funciona más parecido al veterano sindicalismo argentino. (Es
verdad, de hecho muchos sindicalistas aprendieron a ser mafiosos de los jueces,
fijáte. Lo único que les envidian es que no pagan Ganancias) Con esta
lógica: si tocan a uno nos tocan a todos. (Justamente en eso se basa que no
paguen Ganancias) Durante muchos años, el propio Norberto Oyarbide continuó
aferrado a su juzgado gracias a esa lógica corporativa. Conocía como pocos los
entresijos del sistema. (Y los de Espartacus, ni te cuento) Una mezcla
de lealtades, timing, olfato político y manejo de la técnica de los
expedientes judiciales y los códigos penal y procesal que no es para
cualquiera. (Depende, Bonadío demostraría lo contrario) Ahora "la
corpo" judicial le acaba de mandar al Presidente otro mensaje sin firma:
"con nosotros, no". Macri jura a quien quiera escucharlo que esto no
va a quedar así. (Y los juramentos de los calabreses son para tener miedo,
se sabe) Tiene plan B: rescatar a los mejores e iluminar a los peores. (¡Ja,
ja, ja, ja, ja, sos insuperable Majul, no te mueras nunca!) Dice que es una
cuestión de tiempo y paciencia. Mucha paciencia. (Sobre todo para filmarlos
en un prostíbulos o grabarlos pidiendo una coima, a través de la AFI. Te tenés
que comer horas embolantes de seguimientos y escuchas hasta conseguir algo)
4 comentarios:
Cuando la Historia juzgue al Régimen Macri, Luis Majul va a ser el testigo estrella.
O estrellado.
Bueno, aunque el talento diferencial de luisito sea siempre una evidencia al leer un renglón, esta vez, capaz que sea una ilusión pero ¿no tienen la impresión de que el panqueque empezó a volar para, al final, darse vuelta?. Por ahora, esa sería mi impresión....
Quien sabe si tanto, pero la nota es claramente autoincriminatoria. Para el gobierno
Se burlan de majul pero es el único q esta haciendo algo para q no baje el consumo de leche
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