LA FRASE

"DE MI ASCENSO A SECRETARIO DE ESTADO SOLO DIRÉ QUE SI UNO ES BUENO EN LO SUYO, EL RECONOCIMIENTO SIEMPRE LLEGA." (MANUEL ADORNI)

domingo, 1 de agosto de 2021

EL CAMPO ES LA PATRIA

 


Leíamos el viernes en Página 12 que Larreta le pagó más de 29 millones de pesos a la Sociedad Rural por la "cesión" del predio de Palermo como vacunatorio, en sucesivas contrataciones directas; y lo mismo hizo con el estadio construído en Villa Crespo por los dueños de La Nación (o sea, los Saguier y ahora también Macri).

En el caso de los agrogarcas, publicitaron la medida como una "cesión" (ver tuit al pie del post), como si fuera gratis, en un acto generoso de su parte, colaborando con la vacunación de la población ante el COVID; cuando en realidad se trató de un alquiler, que incluyó hasta el cobro de los consumos del personal afectado al operativo de vacunación, en el restaurant del predio. 

El predio de Palermo del que hablamos es, por supuesto, el que no pertenece a todos los argentinos y les fue vendido a precio vil por Menem y Cavallo en los 90', dando lugar a una causa judicial en la que eso quedó palmariamente demostrado; a punto tal que hace más de dos años la justicia condenó a ambos por peculado. 

En esa oportunidad en ésta entrada recordábamos nosotros que en su segundo mandato Cristina dictó el Decreto 2552/12, por el que anulaba la venta y disponía la restitución del predio al Estado nacional; basada en otro fallo judicial que había condenado también por el delito cometido a los directivos de entonces de la Sociedad Rural. 

Como no podía ser de otra manera, el decreto fue judicializado por la Rural con la correspondiente cautelar para suspender su ejecución, y la causa está dormida desde el año 2013 en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. 8 años para pronunciarse sobre la validez de algo basado en los fallos de la propia justicia, que determinaron que la venta fue fraudulenta, un negociado en perjuicio del Estado nacional.

Solo esa causa bastaría por sí para pedir el juicio político de los jueces de la Corte, por incumplimiento de los deberes de su cargo, y su morosidad deliberada le permite a la Rural seguir usufructuando el predio que es nuestro, y hacer con él pingües negocios, como por ejemplo alquilárselo a Larreta para que allí se vacune.

Eso sí: tenemos que oír que se indignen porque "se robaron vacunas", o que calculen cuantas vacunas se podrían comprar con lo que el campo paga de retenciones, como si el único gasto que el Estado tuviera que atender fuera esa. La solidaridad de la buena gente del campo, que le dicen.  

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