LA FRASE

"NO ES TAN DIFÍCIL DE ENTENDER: ESTELA DE CARLOTTO ES GOLPISTA Y EL GENERAL VIDELA LO ÚNICO QUE HIZO FUE COMBATIR AL TERRORISMO." (VICTORIA VILLARRUEL)

miércoles, 24 de febrero de 2016

"HAY QUE"


Antes que nada, aclaremos que nos parece muy bien que el secretario general de la CGT Caló se de una vuelta por Santa Fe para ocuparse de las empresas en las que hay peligro de que se pierdan puestos de trabajo, aunque sea solo en aquéllas en que los trabajadores están afiliados a la UOM que es su sindicato: era hora de que se sacaran las telarañas los muchachos, y empiecen a mover un poco las cachas.

Como también nos parece muy bien que el gobernador de la provincia se haya hecho un tiempo en su agenda para recibirlo junto con los empresarios del sector, y se comprometiera a acompañarlo en las gestiones que hagan ante el gobierno nacional para reclamar medidas para evitar los despidos. 

Hace bien el gobernador en preocuparse, porque las balas están picando cerca: a los casos ya conocidos de Paraná Metal y la curtiembre SADESA de Las Toscas (donde su gobierno prometió aportar una solución que no llega) se sumaron en los últimos días los de Vassalli en Firmat, las suspensiones de Acindar en Villa Constitución, la crisis del sector tambero y la paralización de Ar-Zinc en Fray Luis Beltrán; casos todos que ponen en juego salarios y puestos de trabajo.  

Lo que no está tan bueno es que no explique que va a poner de parte de su gobierno -además de la buena voluntad y predisposición al diálogo- para resolver los problemas. ¿O acaso no tiene en su gabinete un ministerio de la Producción, o está para la foto nada más?

En la entrevista con sindicalistas y empresarios Lifschitz se quejó -insólitamente- del aumento de lo costos de producción de las industrias metalmecánicas como consecuencia del aumento de las tarifas de la electricidad, cuando Santa Fe tiene la tercera energía más cara del país, la más cara por lejos de la región centro y pampeana y está aplicando desde el 1º de enero (es decir, antes del tarifazo nacional) un aumento de la EPE del 27 % en promedio, al que se sumará desde el mes que viene otro 50 % adicional, por la baja de los subsidios nacionales.

Pero lo más insólito es que no exista la más mínima autocrítica del gobernador por la actitud del socialismo de cara al balotaje de la elección presidencial: todas las cartas estaban echadas sobre la mesa, se dijo que esto iba a pasar si se aplicaban determinadas medidas, Macri las aplicó y lo que se dijo que iba a pasar, pasó. Y peor aun que lo advertido.

Ante una disyuntiva clara como pocas veces en nuestra historia reciente, el partido de Lifchitz y él mismo optaron por lavarse las manos, y "dejar en libertad de acción a sus votantes".

Sin perjuicio de reclamar alguna medidas -como el levantamiento del "cepo" o la eliminación de las retenciones- que Macri terminó tomando, provocando los efectos que ahora le preocupan.

Está claro que "hay que" defender la producción, el empleo y los salarios. El tema es que "hay que" hacerlo siempre, y en especial cuando las circunstancias exigen ser claros, y actuar sin medias tintas ni ambigüedades. 

No cuando lo único que queda por hacer -al menos hasta acá no se sabe que el gobierno provincial haya ensayado otro curso de acción concreto- es llorar sobre la leche derramada. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué se puede esperar de los pusilánimes -o acomodaticios sin pelotas- ¨socialistas¨. Va entre comillas porque hace rato que estos pseudosocialistas tiraron por la borda cualquier atisbo de progresismo y equidad.