El video de apertura corresponde a imágenes de la represión policial desatada por el gobierno de Gerardo Morales contra los trabajadores del ingenio Ledesma que reclamaban por aumento de salarios y mejora de las condiciones de trabajo.
Como consecuencia de la feroz represión, quedó un salvo provisorio de más de 80 trabajadores heridos con balazos de goma, y varios con afecciones respiratorias por los gases lacrimógenos.
A pocos días de un nuevo aniversarios del apagón de la dictadura, el Estado vuelve a colocar la fuerza pública al servicio de la empresa de los Blaquier, y en contra de trabajadores que reclaman por sus derechos. Como si estuviéramos en los tiempos de la Semana Trágica o la Patagonia rebelde.
El suceso implica una escalada más en la violencia institucional que el gobierno de Morales viene desplegando en la provincia desde que asumió, y cuyas víctimas principales han sido Milagro Sala y los miembros de su organización, la Tupac Amaru.
En el video de abajo Raúl Noro (el esposo de Milagro) habla sobre su inminente detención en otra causa armadas por Morales y su gobierno, que se concretaría minutos después, con lo que ya son 11 los detenidos de la organización, incluida Milagro.
Con la total anuencia del gobierno de Macri, Morales viene desplegando una ofensiva sin pausa sobre toda forma de resistencia organizada de los sectores populares, sea a su gobierno, o a los intereses de los verdaderos dueños del poder, como los Blaquier; que además gracias a ese poder que detentan vienen zafando en la justicia de sus responsabilidades por la causa del apagón.
Al mejor estilo de Menem en los 90' (y como trató de hacer Macri por decreto, luego con el acuerdo opositor en el Senado) Morales armó entre gallos y medianoche una Corte Suprema de Justicia a su medida, y domina desde allí todo el Poder Judicial de la provincia, convertido en una agencia de persecución política de los blancos elegidos por su gobierno. Cualquiera parecido con la fuerza de tareas macrista de Comodoro Py, no sería casualidad.
Otro tanto sucede con el Ministerio Público, donde ha logrado lo que Macri intenta hasta ahora infructuosamente al empujar a Gils Carbó a renunciar: controlar a los fiscales, para manejar desde el poder político que causas avanzan, y cuáles son cajoneadas.
La persecución a los militantes políticos y sociales funciona aceitadamente a partir de un sistema que no se basa exclusivamente en vulgares delaciones armadas, que bastan para disparar la artillería judicial contra los perseguidos.
Y que no se diga que se trata de un asunto estrictamente provincial, al que el gobierno nacional es ajeno: cada vez que pudo aquí y en el exterior Macri respaldó simbólica y efectivamente a Morales; y no hubo hasta acá una sola expresión de repudio o condena del presidente o funcionario alguno de su gobierno contra la violencia institucional sistemática del gobernador radical.
Cuando Milagro Sala fue detenida Macri viajó a Jujuy en su primera visita al interior como presidente, cuando el Papa le envió el rosario a la líder de la Tupac, recibió a Morales en la Casa Rosada. Y eligió Jujuy para regresar al país para los festejos del bicentenario, una zona liberada de protestas molestas por el régimen de Morales; que entendió mejor que nadie el concepto de "Actos Cuidados", para aislar al presidente del reclamo social.
Demasiadas coincidencias como para no suponer que la provincia norteña se está convirtiendo en una especie de globo de ensayo de lo que puede pasar en la Argentina, con un gobierno que ayer -mientras se producían en todo el país las protestas contra el tarifazo- en un brote de paranoia y aduciendo una amenaza de bomba en la Casa Rosada vallaba la Plaza de Mayo; como ya había hecho en los festejos del 25 de mayo.
Algo parecido al famoso "ensayo y error" de los tarifazos: si pasa, pasa. Y como si todo eso fuera poco, terminaron el día recibiendo al partido de Biondini en la Rosada.
El suceso implica una escalada más en la violencia institucional que el gobierno de Morales viene desplegando en la provincia desde que asumió, y cuyas víctimas principales han sido Milagro Sala y los miembros de su organización, la Tupac Amaru.
En el video de abajo Raúl Noro (el esposo de Milagro) habla sobre su inminente detención en otra causa armadas por Morales y su gobierno, que se concretaría minutos después, con lo que ya son 11 los detenidos de la organización, incluida Milagro.
Con la total anuencia del gobierno de Macri, Morales viene desplegando una ofensiva sin pausa sobre toda forma de resistencia organizada de los sectores populares, sea a su gobierno, o a los intereses de los verdaderos dueños del poder, como los Blaquier; que además gracias a ese poder que detentan vienen zafando en la justicia de sus responsabilidades por la causa del apagón.
Al mejor estilo de Menem en los 90' (y como trató de hacer Macri por decreto, luego con el acuerdo opositor en el Senado) Morales armó entre gallos y medianoche una Corte Suprema de Justicia a su medida, y domina desde allí todo el Poder Judicial de la provincia, convertido en una agencia de persecución política de los blancos elegidos por su gobierno. Cualquiera parecido con la fuerza de tareas macrista de Comodoro Py, no sería casualidad.
Otro tanto sucede con el Ministerio Público, donde ha logrado lo que Macri intenta hasta ahora infructuosamente al empujar a Gils Carbó a renunciar: controlar a los fiscales, para manejar desde el poder político que causas avanzan, y cuáles son cajoneadas.
La persecución a los militantes políticos y sociales funciona aceitadamente a partir de un sistema que no se basa exclusivamente en vulgares delaciones armadas, que bastan para disparar la artillería judicial contra los perseguidos.
Y que no se diga que se trata de un asunto estrictamente provincial, al que el gobierno nacional es ajeno: cada vez que pudo aquí y en el exterior Macri respaldó simbólica y efectivamente a Morales; y no hubo hasta acá una sola expresión de repudio o condena del presidente o funcionario alguno de su gobierno contra la violencia institucional sistemática del gobernador radical.
Cuando Milagro Sala fue detenida Macri viajó a Jujuy en su primera visita al interior como presidente, cuando el Papa le envió el rosario a la líder de la Tupac, recibió a Morales en la Casa Rosada. Y eligió Jujuy para regresar al país para los festejos del bicentenario, una zona liberada de protestas molestas por el régimen de Morales; que entendió mejor que nadie el concepto de "Actos Cuidados", para aislar al presidente del reclamo social.
Demasiadas coincidencias como para no suponer que la provincia norteña se está convirtiendo en una especie de globo de ensayo de lo que puede pasar en la Argentina, con un gobierno que ayer -mientras se producían en todo el país las protestas contra el tarifazo- en un brote de paranoia y aduciendo una amenaza de bomba en la Casa Rosada vallaba la Plaza de Mayo; como ya había hecho en los festejos del 25 de mayo.
Algo parecido al famoso "ensayo y error" de los tarifazos: si pasa, pasa. Y como si todo eso fuera poco, terminaron el día recibiendo al partido de Biondini en la Rosada.
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