¿Se acuerdan cuándo
se inició -en tiempos kirchneristas- la discusión por la famosa “autonomía del
Banco Central”?
Cuando Redrado se
atrincheró resistiendo el DNU de Cristina que mandaba pagar con las reservas
los vencimientos de la deuda externa allá por el 2010, entregándole al banco a
cambio de los dólares una letra del Tesoro intransferible, con una tasa de
interés igual a la tasa Libro anual, menos un punto.
Para eso se
modificó la Ley 23.928 (la de la Convertibilidad) creando la categoría de las
“reservas de libre disponibilidad”, que se podían afectar al pago de la deuda.
Desde la entonces
oposición -hoy oficialismo- se cuestionaba que de ese modo se perjudicaba
patrimonialmente al Banco Central porque “se lo llenaba de papeles”, y se
debilitaba su poder de fuego para contener eventuales corridas cambiarias
propiciando una devaluación del peso, porque contaría con menos reservas
líquidas y disponibles.
De cómo evolucionó
desde entonces la cuestión de la famosa “autonomía” dan cuenta los “amables” pedidos
de Macri y sus funcionarios a Vanoli y el anterior directorio del Banco Central
(que tenían mandato vigente, con acuerdo del Senado) a que renunciaran a sus
cargos, para dar caso a la exitosísima gestión de Federico Stuzenegger, esta sí
si no autónoma, bien consustanciada con el gobierno, y con la política que
debía seguirse desde el BCRA.
También el hecho de
que esos “papelitos” que no servían para nada (las letras del Tesoro entregadas
por el pago de deuda con las reservas) fueron usados por la flamante conducción
del Central para garantizar la deuda por más de 5000 millones de dólares
contraída con un grupo de bancos extranjeros (los mismos que -oh sorpresa-
luego colocarían la nueva deuda emitida para pagarles a los fondos buitres) por
el “repo” que sirvió para (ejem) “fortalecer las reservas”.
Un préstamo que el
Central tiene que devolver con sus intereses (que suman otros 350 millones de
dólares) antes de diciembre de éste año, apelando para ello a las reservas
“recompuestas”.
Y encima ahora leíamos en el Boletín Oficialde ayer (enlace) el Decreto 834, por el cual el gobierno resolvió cancelar 3952
millones de dólares con organismos internacionales y otras deudas bilaterales
con vencimiento en el mismo ejercicio (en el que se están emitiendo Letes en
dólares a lo pavote)...con las reservas “de libre disponibilidad del Banco
Central”; al cual se le entrega a cambio una Letra del Tesoro intransferible a
10 años, que pagará el interés anual de la Tasa Libor, menos un punto
porcentual.
Es decir, exactamente igual que como lo hacía
el gobierno de Cristina, y ellos criticaban cuando eran opositores.
No sólo eso: el
texto del decreto dice expresamente que: “...dicha política (pagar la deuda con las
reservas del BCRA, aclaramos) se ha revelado eficaz para disminuir los
costos de endeudamiento público...”.
Dejada de lado ya la “autonomía del Banco Central”
¿se terminarán las quejas por “la pesada
herencia recibida”?
1 comentario:
De que mierda se ríe Abal Medina?
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