La Política On Line es un sitio web de noticias del diario La Nación que funciona como una especie de Alter ego" de la "tribuna de doctrina, en el que se suelen decir con más impudicia cosas que en el diario se ocultan, o se disfrazan de indignación republicana.
Pero como extremo "sincericida" de LN que es, LPO extrema también la doble vara con que mide la realidad, las operaciones políticas que arma todo el tiempo, el grosero maniqueísmo para acomodar la realidad a sus deseos.
Un par de ejemplos:
Cuando el Estado reclama participación en los directorios de las empresas en las que la ANSES tiene acciones, y distribución de los dividendos que le corresponden (los que irían a engrosar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, y por ende el respaldo financiero del pago de las jubilaciones), LPO nos dice que hay un deseo del gobierno de dar otro "manotazo" a una caja importante, en pleno año electoral.
En cambio cuando el Grupo Techint (el principal protagonista del establihsment que encabeza la resistencia contra la ingerencia estatal en las empresas en las que tiene accionistas) se apresta a cerrar un negocio multimillonario con el gobierno de Mauricio Macri, nos lo pinta con absoluta naturalidad; pero no ya en el rol de conglomerado empresario que puede -en el marco de su política de negocios- contratar con el Estado.
El portal va más allá: naturaliza con impudicia la pretensión del gigante siderúrgico de influir en los gobiernos, mencionando incluso nombres de dirigentes políticos que estarían a su servicio (no somos ingenuos, sabemos que eso existe: lo vemos a diario en la televisión), y hasta candidaturas presidenciales gestadas en su propio seno.
¿No reclaman los empresarios que la política no conspire contra el "clima de negocios" generando turbulencias?, ¿resulta que ahora también juegan y se mueven en ese ámbito, y hemos de aceptarlo como natural?
Con el otro socio importante de la AEA, el Grupo Clarín (socio del diario de Mitre en Expoagro y Papel Prensa), sucede algo parecido: la pretensión del gobierno de que el multimedios acepte incluir en su grilla al canal Paka Paka tiene una finalidad oculta y perversa. Hasta se toma el trabajo de validar las inverosímiles explicaciones de Cablevisión al respecto.
Pero cuando el Grupo que comanda Magnetto encara negocios multimillonarios con el gobierno de Macri en condiciones cuasi delictivas, ni siquiera se toma ese trabajo: se llama directamente a silencio.
Pensemos por un momento que pasaría si eso se diera en una contratación encarada por De Vido, por ejemplo.
Por eso parece que para algunos todo es según del color del cristal con que se mire.
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