...ahora menos, por el contrario hay que tomarlo en serio.
No porque creamos que tiene chances de ganar las elecciones, o porque su postulación sea algo políticamente serio, sino porque el ensayo general de la derecha encarnada en el Pro que se lleva adelante en Buenos Aires nos enseña algo: bajo los rostros amables y descontracturados de los imitadores de Freddie Mercury, o de la bailarina en silla de ruedas (hoy un poco más ajados por el estrepitoso fracaso de su gestión) no hay una "nueva" derecha.
Por el contrario, es el mascarón de proa usado por la vieja (y peor) derecha argentina, la que encarnó en las dictaduras y en los experimentos conservadores y neoliberales que nos asolaron a lo largo de nuestra historia. El propio Miguelito (lejos del gesto adusto de un Abel Posse por ejemplo) no oculta en la nota sus simpatías por el menemismo, y su reivindicación de los 90'.
Ve ganadores y perdedores y no lo entiende, al punto de quejarse por un "derrame" que nunca se produce; pero de ese derrame espontáneo no hablaba Néstor ni habla Cristina: era la imagen consoladora que utilizaba Cavallo para que muchos se resignaran al vendaval que él y Menem desataron sobre el pueblo argentino, en los tiempos que Del Sel añora.
Pero no estará solo en su intento de gobernar Santa Fe: lo acompañará la gente de la Fundación Creer y Crecer (usina de los cerebros que hoy destruyen Buenos Aires) y la Fundación Libertad, que nuclea a lo más rancio del neoliberalismo conservador de la Argentina, con contactos con entidades similares de América Latina y el resto del mundo.
No creemos que esos muchachos elaboren planes de gobierno para que los pobres dejen de serlo, o los negritos de las villas se puedan bañar con agua caliente, como le gusta decir a Miguelito.
Por eso insistimos en un punto: nunca nos hizo reír. Ahora tampoco.
1 comentario:
A ustedes no los habrá hecho reir. A mí sí, una vez que dijo que se iba a rodear de profes porque son gente buena...Me empecé a reir como loco. Después claro, cuando me dí cuenta que lo decía en serio, paré de reirme. Pero al principio me reí (ELABAS)
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