Como nos enteramos por los medios, Cristina dictó tres decretos reglamentarios de la Ley 26.571, denominada de "Democratización de la representación política, la transparencia y la equidad electoral"; vulgarmente conocida como la reforma política, que el Congreso sancionara a fines del 2009.
Por el primero de ellos, el 443, sobre la conformación de las juntas electorales (con un representante de cada lista que compita), la validación de los avales, la oficialización de las listas que competirán en las internas, las listas de adhesión (las famosas "colectoras" de las que tanto se habla), los colores a reservar por cada lista, los modelos de boletas, la distribución de los fondos de campaña (en base al monto máximo que determine la Cámara Nacional Electoral) y el aporte del Estado para la impresión de boletas (en partes iguales para todas las listas de un mismo partido o alianza).
Por el Decreto 444, se establecen otras especificaciones de las boletas, como las fotos de los candidatos.
Por el Decreto 444, se establecen otras especificaciones de las boletas, como las fotos de los candidatos.
Y por último, por el 445, se establecen las pautas para la publicidad de campaña en los medios audiovisuales sobre las bases ya fijadas en la ley: prohibición de la contratación privada de publicidad por los partidos (sólo podrán usar los espacios asignados por la AFSCA y la Dirección Nacional Electoral al efecto), la obligatoriedad para los medios de destinar el 10 % de su programación a esos fines, las bandas horarias en que se difundirán los mensajes, su duración y reparto equitativo entre las diferentes fuerzas políticas participantes de la el elección (en forma igualitaria, con proporción en las diferentes bandas horarias y por sorteo llevado a cabo por la justicia electoral), la duración máxima de los spots y las sanciones a quienes pauten y contraten o difundan publicidad de otro modo, sean partidos o licenciatarios de medios; todo conforme a lo que ya preveía la ley.
Con estas disposiciones, queda prácticamente definido todo el marco legal que regirá las elecciones primarias de agosto y las generales de octubre, a más de cuatro meses de las primeras y de seis meses de las segundas.
Hace no mucho tiempo, los opositores a coro denunciaban infinidad de males como consecuencia de la no reglamentación de la ley, desde una presunta discriminación en la asignación de publicidad hasta las infaltables denuncias de fraude y "traje a medida" de los candidatos oficialistas (antes Néstor, hoy Cristina), o lo exiguo del cronograma electoral, que es muchísimo más extenso, por ejemplo, que el que se aplicará en las elecciones provinciales de Santa Fe.
Una vez conocidos los decretos, el coro de lamentos sigue, poniendo excusas donde debe haber política: no importaría tanto cuantas "listas" de adhesión tuviese Cristina, si no existiesen millones de argentinos dispuestos a votarla.
Habría que decirles a los muchachos de la oposición -que depara un nuevo papelón todos los días- que el tiempo de las excusa ya se acabó, y ahora como dicen: aceite verde y a la cancha.
Hace no mucho tiempo, los opositores a coro denunciaban infinidad de males como consecuencia de la no reglamentación de la ley, desde una presunta discriminación en la asignación de publicidad hasta las infaltables denuncias de fraude y "traje a medida" de los candidatos oficialistas (antes Néstor, hoy Cristina), o lo exiguo del cronograma electoral, que es muchísimo más extenso, por ejemplo, que el que se aplicará en las elecciones provinciales de Santa Fe.
Una vez conocidos los decretos, el coro de lamentos sigue, poniendo excusas donde debe haber política: no importaría tanto cuantas "listas" de adhesión tuviese Cristina, si no existiesen millones de argentinos dispuestos a votarla.
Habría que decirles a los muchachos de la oposición -que depara un nuevo papelón todos los días- que el tiempo de las excusa ya se acabó, y ahora como dicen: aceite verde y a la cancha.
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