Estaba más o menos claro que la sesión especial impulsada por la oposición para hoy fracasaba en lo tocante a los cambios en Ganancias, fuera porque se enfrascaba en una discusión reglamentaria sobre si eran o no necesarios los dos tercios de los votos para tratar los proyectos que tenían dictamen de comisión, o porque tenía que conseguir el milagro de armonizar en pleno recinto los más de 15 proyectos existentes sobre el tema; entre los que -por cierto- no se encontraba ninguno de Massa, que lo presentó en los medios pero no en la Cámara, donde corresponde.
También estaba estaba claro que la "emergencia social" -como se dijo acá- debía tener cambios incluyendo el financiamiento, lo que la devolvía al Senado y dificultaba la sanción antes del final del período ordinario de sesiones.
Sin embargo ambos proyectos provocaron alguna reacción del gobierno: apuró un proyecto por Ganancias que era intragable porque empeora la situación en lugar de mejorarla, y puso a Carolina Stanley a negociar con los "movimientos sociales" para tumbar la emergencia social votada por el Senado, cosa que consiguió: vemos acá en Ambito Financiero que en el proyecto acordado entre las organizaciones y el gobierno no está el aumento de emergencia para los beneficiarios de la AUH que se reclama, y del millón de puestos de trabajo reclamados se pasó a un aumento progresivo de 210.000 beneficiarios de "Argentina Trabaja": ¿la versión para los pobres del millón de créditos hipotecarios para vivienda prometidos en campaña?
Ni hablemos que la extensión de la emergencia social hasta el final del gobierno de Macri (que se votaría en extraordinarias, si se cumplen los acuerdos) implicará un refuerzo de partidas por 30.000 millones de pesos hasta entonces: si se lo tamiza por la inflación futura, y se lo divide por la cantidad de trabajadores informales, el "esfuerzo" del gobierno parece como todos los esfuerzos de Macri: poco.
Lo que nos lleva a reiterar lo dicho: "...visto desde acá (nos podemos equivocar, como cualquiera), parece que toda la movida tiene otros propósitos, que no son estrictamente los de atender la situación apremiante de los más castigados por las políticas de Macri: ...Desde el resto de las organizaciones convocantes de la protesta e impulsoras del proyecto, vaya uno a saber cual es la idea: quizás presionar al gobierno para terminar de cerrar algunos acuerdos, u obtener que se abra alguna billetera, con la promesa de tener unas fiestas en paz. En todo caso, nada que parezca que el macrismo no pueda tolerar, ni digerir tranquilo; en tanto sigue avanzando con sus políticas de exclusión."
Macri decidió cortar por lo sano y cerrar la caja de Pandora de un Congreso con temario abierto hasta fin de año (si hubiera prorrogado las sesiones), y convocó a extraordinarias, pero en la convocatoria metió de todo: según el Decreto 1194 (completo acá cen el Bolet{in Oficial) entran las modificaciones a Ganancias (tomando como base el Mensaje que él mismo envió al Congreso), el "Régimen de Emergencia
Social y de las Organizaciones de la Economía Popular" (¿acaso con algún reparto de chapas de nombre extraño?), el Presupuesto, el voto electrónico, las reformas a la Ley 26.831 de Mercado de Capitales y todos sus "chiches" anexos (un auténtico caballo de Troya que deroga los delitos contra el orden económico y flexibiliza las normas anti-lavado), los cambios al régimen sobre Riesgos del Trabajo (Ley 24.557), la ley del "emprendorismo" (una mezcla flexibilización laboral y offshorización encubiertas), el régimen de publicidad oficial y los acuerdos pendientes para designar funcionarios, entre ellos los miembros del directorio del Banco Central.
Paréntesis sobre el voto electrónico: la genial muñeca política de Marcos Peña endilgándole a Cristina la exclusividad de la oposición al voto electrónico logró el milagro de la rebelión del bloque de senadores contra Pichetto, que pone al proyecto oficial al borde de caerse. A menos que se piense que todos los senadores (Perotti y Abal Medina incluidos, entre otros) decidieron de golpe realinearse con Cristina.
Acaso la amplitud del temario de extraordinarias fijado por Macri sea otra vuelta de tuerca sobre aquélla metáfora del modo de ocultar un elefante, o el modo de asegurarse de que en definitivas no se trate nada, o solo lo que le interesa al gobierno, y a las apuradas.
La nueva
“emergencia social” es a los que la impulsaron lo que el bono navideño para la CGT: el
ansiolítico que pretende calmar los reclamos, al tiempo que revalida su rol como
interlocutores privilegiados del gobierno para la administración del conflicto social: una especie de seguros anti-saqueos, digamos.
En la misma línea los empresarios firmaron el pacto anti-despidos hasta marzo (lo que visto de otro lado supone que a partir de entonces, tienen piedra libre), exactamente igual al que ya incumplieron antes, pero ahora con la firma de la CGT que no había querido firmar el anterior, por su poca seriedad. Habrá que ver si los que le vendieron paz social al gobierno pueden cumplir con su parte del contrato.
La caída a pique de
la economía, el cuestionamiento al modelo de Macri y sus políticas, la recesión y sus
consecuencias en el empleo, el salario, la distribución del ingreso y el entramado productivo, el rol de la oposición y la conformación de una alternativa en serio al desastre que nos gobierna, todas esas te las debo; como diría el presidente.
Que mientras tanto gana tiempo y sigue firme aunque el Titanic siga directo hacia el iceberg (ver su discurso en la UIA), aunque alguno dirá que hay que valorar que supo hacer autocrítica.
1 comentario:
¡A los botes! ¡A los botes!
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