"Aquélla noche de septiembre de 1955, mientras los doctores, hacendados y escritores festejábamos ruidosamente en la sala la caída del tirano, en un rincón de la antecocina ví como las dos indias que allí trabajaban tenían los ojos empapados de lágrimas.
Y aunque en todos aquéllos años yo había meditado en la trágica dualidad que escindía al pueblo argentino, en ese momento se me apareció en su forma más conmovedora. Pues, ¿qué más nítida caracterización del drama de nuestra patria que aquella doble escena casi ejemplar?
Muchos millones de desposeídos y de trabajadores derramaban lágrimas en aquellos instantes, para ellos sombríos.
Grandes multides de compatriotas humildes estaban simbolizadas en aquellas dos muchachas indígenas que lloraban en una cocina de Salta."
ERNESTO SÁBATO (1911-2011), "El otro rostro del peronismo"
5 comentarios:
Sábato jamás entendió que cuando es el pueblo el que llora, las palabras sobran...
1955?
Sí, ahí lo corregimos
gran carta
NO FUE RESENTIMIENTO, FUE ESPERANZA
"No, amigo Sábato. Lo que movilizó las masa hacia Perón no fué el resentimiento, fué la esperanza.Recuerde Ud. aquellas multitudes de octubre del 45, dueñas de la ciudad durante dos días, que no rompieron una vidriera y cuyo mayor crimen fué lavarse los pies en la Plaza de Mayo, provocando la indignación de la señora de Oyuela, rodeada de artefactos sanitarios."
Justamente Manfred,esa carta de Jauretche fue en respuesta al libro de Sábato citad en el post.Pero quisimos destacar a quien combatió al peronismo, pero tuvo la nobleza (infrecuente en aquéllos años y aun hoy) de reconocer que dejó su huella en la historia argentina; a su modo claro. Sábato fue un intelectual que además eraq hombre, desgarrado y en lucha consigo mismo muchas veces, pero al que no hay que desconocerle nobleza en el intento. No un pavo real al estilo Vargas Llosa por ejemplo.
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