LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

lunes, 29 de agosto de 2016

UNA PERLA EN EL BARRO


La sentencia del tribunal cordobés del jueves pasado en la mega-causa de "La Perla" tuvo en sí misma una obvia trascendencia histórica: cuatro años de audiencias, cientos de testigos desfilando, cientos de represores acusados, 28 condenas a cadena perpetua por las atrocidades cometidas en el mayo campo de concentración del interior del país, y junto con la ESMA quizás los mayores símbolos del genocidio dictatorial.

Pero no menos impactante fue el contexto político y social en el que se conoció el fallo: en medio de una movilización popular con más de 10.000 personas esperando el fallo en la Córdoba que le dio a Macri un 71 % en el balotaje de noviembre pasado, y un aporte decisivo para su triunfo nacional.

Es cierto que en buena medida eso obedece a que así como la Córdoba de la Reforma es también la de Libertadora, la de "La Perla" (que invitaba a Menéndez a los actos oficiales, aun en democracia) se empezó a gestar como reacción brutal al "Cordobazo", con el preludio del "Navarrazo": una ciudad y una provincia que reproducen -agigantadas- las contradicciones de nuestra sociedad. 

Como fuere, el fallo llega como una bocanada de aire fresco en medio de un clima denso, donde a la creciente tensión política y las dificultades económicas y sociales se le suman retrocesos objetivos en las políticas de derechos humanos, tanto en clave actual como miradas desde la perspectiva de la búsqueda de memoria, verdad y justicia. 

El fallo de "La Perla" -que condenó delitos de lesa humanidad cometidos por agentes del Estado, aun en democracia y antes del golpe- llega como una bofetada para un presidente que habla de "guerra sucia" y practica el negacionismo sobre el número de desaparecidos; como su secretario de Derechos Humanos, que en el afán de contentar a los votantes de "Cambiemos" llegó a cometer el exabrupto de relativizar los números del Holocausto.

Un gobierno que desmantela los programas de derechos humanos y desiste de las querellas en las causas en las que se investigan las responsabilidades de los civiles que orquestaron la dictadura y se beneficiaron con ella, o de apelar las prisiones domiciliarias de los genocidas, como Echecolatz; aunque luego deban ceder a la presión de los organsimos para decir que "pedirán revisarla".

Pero también un gobierno que agita el fantasma de la desestabilización para desarticular la protesta social y la disidencia política, mientras reprime una e intenta acorralar judicialmente a la otra con la complicidad de los desbocados servicios de inteligencia, los medios hegemónicos y una fracción del partido judicial.  

El fallo llega con Milagro Sala Presa y la violencia institucional desatada sin freno en Jujuy y en muchos puntos del país, mientras los Massot, los Blaquier, los Mitre, los Herrera de Noble y los Magnetto siguen moviendo las palancas que controlan en el engangrenado aparato judicial para zafar de ir presos, como debieran; porque se lo merecen tanto como Menéndez o Barreiro. 

La sentencia es una ventana abierta para que entre un poco de aire fresco en el país en el que Garavano recibe a Pando que intercede "por los presos políticos", y en el que quisieron meter presa a Hebe de Bonafini yéndola a buscar con un parafernalia de milicos y gendarmes.

El país en el que los juicios -como el de la mega-causa "La Perla"- se sostienen exclusivamente por la lucha de los organismo, como era antes del 2003; y en el que los pañuelos blancos de la dignidad nos siguen marcando el camino, como en la dictadura y como en los 90'.

Pero ahora acompañados -como en Córdoba al leerse el fallo- por los pibes y los chicos de las escuelas, y mucha gente de a pie. Lo que es una buenísima noticia, en estos tiempos tan difíciles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Guarda que Macri y la Pando -patrocinados por Garavano- no apelen ésta sentencia dictada contra inocentes presos políticos de la dictadura K.
El Colo.