CACEROLOS SANTAFESINOS AGREDIERON Y AMENAZARON A PERIODISTAS

Todos los medios destacaron que los cacerolazos de anoche transcurrieron en calma, y al parecer fue así en la mayoría del país; lo que sería totalmente cierto si no hubieran existido consignas y cantitos francamente deplorables que desmienten esa imagen de familia Ingalls que nos quieren vender, pero esa es otra historia.

Sin embargo como vemos, acá en Santa Fe los cacerolos estuvieron un poco más activos y pasados de rosca, y contaron con la anuencia de la policía provincial para desalojar presencias molestas en la plaza; en éste caso de una periodista de FM Chalet que (aclarémoslo, porque nada tiene de malo) también tiene militancia política en el kirchnerismo: hasta ahora y que se sepa, eso no es delito en éste país, aunque a muchos no les guste.

A la piba se la llevaron a la comisaría por "sacar fotos en actitud sopechosa", la subieron a un patrullero y una vez en la comisaría, la tuvieron que atender por una lesión en el hombro causada por el empujón de uno de los caceroleros, y le tomaron declaración: un absurdo.

Acá les dejamos el audio del reportaje que le hicieron hoy a Josefina Campana (la periodista agredida) en el programa "Entre el ruido" por Radio Nacional Santa Fe:

Pero la cosa no terminó ahí, por intermedio del Facebook de Pedro Bayúgar (Secretario General del SADOP Santa Fe) nos enteramos también que anoche agredieron y amenazaron de muerte a Guillermo Suárez, Secretario de Prensa del sindicato y militante kirchnerista: 

Esto son los cacerolos que protestan porque vivimos en una dictadura, en un clima de crispación, y que dicen que la presidenta los quiere intimidar.

Y esa es la policía santafesina que el socialismo deja que siga siendo atendida por sus propios dueños, deteniendo gente "por las dudas"; pese a que desde 1997 no tiene más la atribución de detener por la famosa "averiguación de antecedentes", y si lo hace con alguien sospechoso de estar cometiendo algún delito (lo que no es el caso de ninguno de los periodistas que estaban cubriendo el cacerolazo), debe dar cuenta a un juez.

Por el contrario no se sabe que hasta ahora esa misma policía haya puesto el mismo empeño en dar con los agresores, incluyendo los que habrían amenazado de muerte a Suárez. 

Así como es dable esperar y reclamar que la justicia haga lo suyo, también reclamamos que el gobierno provincial aclare debidamente la actuación que le cupo en éste caso a la fuerza de seguridad que en teoría debería controlar. 

A menos que para protestar contra la dictadura kirchnerista haya habido zona liberada para agredir impunemente.