El peronismo de mausoleo reunido ayer frente a los tribunales porteños para exigir la reapertura de la causa Rucci involucró en una misma postal a Moyano, De Narváez, Busti, De La Sota, Amadeo, el "Momo" Venegas, Cariglino y hasta Luisito Barrionuevo; que si bien no consta en las crónicas que haya estado personalmente, aportó a su muchachada para la juntada.
Todos (excepto quizás Moyano) tienen en común su completa irrelevancia política actual, medida en términos de mover el amperímetro en términos electorales, y hacia el interior del propio peronismo, y en este caso no porque no haya dirigentes que los miren con algo de simpatía; sino porque no mascan vidrio y saben que los votos estuvieron con Cristina en octubre del año pasado, y lo siguen estando hoy.
Dejamos aparte a Moyano porque por un lado es el que puede tener detrás suyo cierta representatividad social genuina (bastante menguada desde que decidió confrontar legitimidades con el 54 % y los 12 millones de votos de Cristina); y porque en estos años al frente de la CGT y acompañando el proceso abierto el 25 de mayo del 2003 (al que originariamente no adhirió, porque bancaba la candidatura de Rodríguez Saá), hizo el esfuerzo de sacudir en el sindicalismo peronista tradicional el maccartismo para abordar la problemática de los derechos humanos, y acercarse incluso a alguno de los organismos como fue el caso de Estela Carlotto y las Abuelas de Plaza de Mayo.
Sin embargo es también cierto que fue Moyano el motor de esta absurda convocatoria (discutir hoy si el crímen de Rucci fue o no de lesa humanidad es ciertamente risible, y los argumentos esgrimidos, poco menos que lamentables, lo que no quita la torpeza política del hecho original), que tienen por exclusivo objeto justamente agitar el espantajo del maccartismo en la esfera pública, justo cuando los cacerolos quieren que se vaya "el gobierno montonero".
No es entonces una convocatoria ingenua ni una desinteresada búsqueda de la justicia y la verdad histórica, y todos los que fueron a dar el presente ayer a tribunales lo saben: lo que quieren hacer es limar a Cristina y al gobierno blandiendo un mohoso y mal calibrado peronómetro, contra el gobierno más genuinamente peronista que hubo en el país desde la muerte del propio Perón.
Y esa es la razón por la que los trabajadores no estuvieron ayer allí, ni acompañan a este peronismo derechoso por convicción, aunque algunos lo disfracen (como De La Sota con el neologismo del "cordobecismo"), y otros lo exhiban sin pudores como Amadeo.
Porque eso es lo otro que tienen en común, además de su irrelevancia electoral y su casi nulo peso político: expresan una versión del peronismo nostálgica de los 70' (tanto que acusan de setentismo al gobierno) pero en clave de Brito Lima, el CDO, la juventud sindical de entonces y el Navarrazo; y se les nota, aunque intenten disimularlo.
Y por que no (aunque de éste cargo corresponda relevarlo a Moyano) también nostálgica del menemismo y su versión de un peronismo que pudiera enamorar a los antiperonistas; como los cacerolos con los que Amadeo pretendió los otros días darse un baño de masas.
Pero dejemos de lado el revisionismo histórico y los muertos en el placard de ésta gente (porque los hay también advenedizos y cultores del peronismo de subastas, como De Narváez), para concentrarnos en lo que representan hoy políticamente, y en la alternativa que ofrecen a futuro, desde su oposición al kirchnerismo.
Y es allí donde Moyano (reiteramos: el único que tiene hoy por hoy algún peso propio relevante) resulta cómico reivindicando el programa de Huerta Grande (y Facundito leyendo y citando al "Bebe" Cooke) rodeado del "Momo" Venegas, Rodríguez Saá, De La Sota y Amadeo.
Con esas compañías, con esos ejes convocantes (la revisión de los 70' en clave maccartosa), ¿a quién quieren convencer de que pueden construir y representar una alternativa al kirchnerismo desde el peronismo, que lo supere con un programa de gobierno que dé cuenta de las principales asignaturas pendientes?
¿Se lo imaginan al "Momo" Venegas peleando en serio por la reconquista de más derechos para los trabajadores, a De Narváez preocupado por sacar de la pobreza y la indigencia a los argentinos que todavía están en esa condición o a De La Sota empeñado por la extranjerización de la economía?
Porque sería la única forma en la cual podrían correrla a Cristina con el peronómetro; y no parece que lo puedan hacer.
3 comentarios:
Y Duhalde, que no está en la foto?. O se vino para Santa Fe ahora que apareció el chupacabras en Santo Domingo que lo ayudó a distraer a los cacerolos en 2002.
Huerta Grande siempre hay en los presidios para que trabajen los "internos". Allí debieran estar todos estos rejuntados
Es curioso como quienes reclaman más república y más independencia del poder judicial, cacareen pidiendo "voluntad política" para reabrir una causa que un Juez decidió declarar prescripta. O sea, como ha sido siempre: los jueces son independientes si y solo si hacen lo que YO quiero. Claro que esa es la excusa "para la gilada" y por eso ds muy bueno el post en cuanto desnuda las verdaderas intenciones del duhaldismo residual o "residuhaldismo" (reclamo para mí este término jejeje)que son las de hostigar al gobierno más peronista que hayan visto estos ojos. LTA!!!
Sigo pensando que una de las tantas virtudes del Kirchnerismo es poder amontonar a los opositores para hacerlos "bien" visibles y saber de qué lado están y con quién estan.
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