En entradas anteriores veníamos siguiendo el
“misterio” de la “desaparición” del Fondo Federal Solidario (fondo sojero) del
presupuesto nacional: ver acá y acá.
Hoy leemos enAmbito Financiero que hay diez
provincias (entre ellas Santa Fe) que no están recibiendo transferencias
especiales de la nación por no haber logrado todavía que sus respectivas
legislaturas ratifiquen el pacto fiscal firmado con Macri con sus gobernadores;
y entre las partidas retenidas están las del FFS, por lo menos hasta el 31 de
marzo de éste año.
El criterio
extorsivo del gobierno nacional para presionar a las legislaturas reacias a
avalar el “consenso fiscal” (eufemismo por ajuste trasladado a las provincias)
resulta posible no solo por el pacto firmado por los gobernadores, sino por el
artículo 117 de la Ley 27.431 de Presupuesto nacional para éste año (que no
estaba en el texto original y fue agregado después), que establece que “...el
Fondo Federal Solidario, creado por medio del decreto 206/2009, no integra el
Presupuesto de la Administración Nacional 2018. Los recursos del fondo
mencionado se distribuirán entre las jurisdicciones que aprueben y cumplan con
el Consenso Fiscal, sin incluir el Estado nacional, de acuerdo con la
distribución prevista en el régimen general de coparticipación federal.Las jurisdicciones que aprueben el Consenso
Fiscal antes del 1° de abril de 2018 percibirán los recursos devengados
retroactivamente desde el 1° de enero de 2018.”
Además dispone que
“Las jurisdicciones que aprueben y cumplan con el Consenso
Fiscal acrecentarán proporcionalmente su participación sobre la de las demás
jurisdicciones. El acrecentamiento para el primer trimestre se establecerá
teniendo en cuenta las jurisdicciones que hayan aprobado el Consenso Fiscal
(excluyendo el Estado nacional) al 1° de abril de 2018.”, y faculta a la Secretaría de Hacienda a dictar las normas
reglamentarias; lo que hizo a través de la Resolución 9/18 publicada hoy en el
Boletín Oficial (completa acá).
En la misma
resolución se incluye el mecanismo para hacer efectiva la compensación a las
provincias que firmaron el pacto fiscal por la no coparticipación del impuesto
al cheque (cuya recaudación se destinará íntegramente a la ANSES), y por la
modificación del artículo 104 de la ley de impuesto a las Ganancias, por la
cual se le sacó al organismo de seguridad social el 20 % de la recaudación del
tributo. El artículo 116 de la ley de presupuesto establece en relación a estos
fondos lo mismo que para el FFS: no integrarán el presupuesto nacional de este
año, y su transferencia a las provincias dependerá de que ratifiquen el pacto
fiscal y lo cumplan.
Lo interesante del caso es que la Resolución
9 publicada hoy dispone que “La Dirección Nacional de Asuntos Provinciales informará
inmediatamente a la Secretaría de Hacienda sobre incumplimientos del Consenso
Fiscal por parte de alguna jurisdicción o sobre denuncias, indicios o informes
al respecto. En caso de comprobarse esos incumplimientos, la Secretaría de
Hacienda ordenará al Banco de la Nación Argentina la exclusión de esa
jurisdicción de la distribución prevista en el inciso h de la cláusula II del
Consenso Fiscal y en el artículo 117 de la ley 27.431, y dispondrá el
acrecentamiento proporcional de las demás jurisdicciones participantes, según
lo acordado, hasta tanto se regularice la situación de incumplimiento.”
(las negritas son nuestras)
Es decir un mecanismo de “espionaje y
delación” sobre los movimientos financieros de las provincias, que habilita a
la nación a recortar el envío de los fondos; que además no integran el
presupuesto. Una especie de reaseguro de que las provincias ajustarán el gasto
público, acompañando “el esfuerzo” de la nación en ese sentido.
De un esquema en el que los hoy oficialistas
se quejaban de que el kirchnerismo empleaba “el látigo y la chequera para
disciplinar a los díscolos”, y se llegó a amenazar con presentaciones
judiciales (fue el caso de Santa Fe, que luego desistió) para que se
coparticipara la totalidad de la recaudación del impuesto al cheque (tema que
era la principal bandera opositora en el Congreso en los tiempos del “Grupo
A”), a éste otro de “palo y zanahoria”; donde los que venían a recomponer el
federalismo transformaron en discrecional un reparto que era automático (el de
las partidas del Fondo Federal Solidario), aunque se trataba del producido de
parte de los derechos de exportación (vulgo retenciones), que son un recurso
del Tesoro nacional, no coparticipable (artículos 4 y 75 inciso 1) CN).
Y lo que era coparticipación automática
(antes la parte del impuesto al cheque que no se quedaba la nación e iba a las
provincias, ahora ese 20 % de Ganancias que se le sacó a la ANSES) pasó a ser
una “compensación”, sujeta al cumplimiento del requisito de ajustar y bajar
impuestos, como Ingresos Brutos; comprometiendo las finanzas provinciales. La
verdad, unos genios negociando los gobernadores.
Cuando Macri vetó la ley antidespidos firmó un "acuerdo" con los empresarios para que no echaran gente, sin ningún mecanismos para sancionar su incumplimiento, o para coercionarlos jurídicamente a cumplir. Con las provincias, en cambio, se tomó el trabajo de ser más puntilloso; porque plusvalía mata federalismo.
Cuando Macri vetó la ley antidespidos firmó un "acuerdo" con los empresarios para que no echaran gente, sin ningún mecanismos para sancionar su incumplimiento, o para coercionarlos jurídicamente a cumplir. Con las provincias, en cambio, se tomó el trabajo de ser más puntilloso; porque plusvalía mata federalismo.
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