LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

viernes, 30 de marzo de 2018

EL GRAN BONETE DE LOS TARIFAZOS


Tal como da cuenta el tuit de apertura, la Secretaría de Energía de la provincia y Corral se prendieron en un contrapunto en el que -como sueles suceder- los dos tienen la razón, o si bien se mira, los dos están equivocados y son unos perfectos caraduras.

Tiene razón Geese cuando dice que Corral es un vende humo al plantear que hay que discutir las tarifas de la EPE, siendo que banca los tarifazos de Macri y Aranguren con la quita de los subdisios; y tiene razón Corral cuando dice que hay que discutir las tarifas de la EPE.

El tema es que ni uno ni otro dicen lo que realmente sucede con las tarifas de luz, o porque se bajaron los subsidios y se aumentaron las tarifas, sin ningún compromiso concreto de mayores inversiones por parte de las empresas.

En el caso de la Secretaría de Energía, trasladándose toda la responsabilidad al gobierno nacional por la quita de los subsidios que incrementa el precio de compra de la energía en el mercado mayorista (la EPE es distribuidora, no generadora), omite explicar como entre 2007 y 2015 (es decir, durante los ,mandatos de Binner y Bonfatti coincidentes con los dos de Cristina) la empresa provincial aumentó 16 veces las tarifas de luz, pese a que no hubo rebaja o quita de los subsidios nacionales a la electricidad.

En el mismo nivel de caradurez incurre hoy el propio gobernador Lifschitz, cargándole además la responsabilidad de los tarifazos en forma personal a Aranguren, como si el tipo se mandara solo y fuera por su cuenta, y no obedeciendo a la política fijada por Macri, que dicho sea de paso, salió a respaldarlo explícitamente por si hiciera falta:



Para que se entiende un poco mejor de lo que hablamos, apelemos a una comparación tomando como base las propias cifras oficiales, comparando en términos porcentuales (para facilitar la comprensión) como distribuía sus gastos la EPE el último año antes de la llegada al gobierno del Frente Progresista (2007) y con plena vigencia de los subsidios, y éste año en el cual la administración provincial tiene el mismo signo político, pero se sacaron los subsidios nacionales.

En el 2007 (de acuerdo con la Cuenta de Inversión del ejercicio presentada por el Ejecutivo a la Legislatura) la EPE gastó el 49,08 % de su presupuesto en la compra de electricidad a CAMMESA (la administradora del mercado mayorista), otro 24,33 % en “Personal” (los salarios de sus empleados) y 8,22 % en “Bienes de Uso”, que son los gastos de capital que comprenden “Construcciones”(es decir, obras públicas para mejorar el servicio) y “Maquinarias y Equipo”.

En éste 2018 (de acuerdo con las cifras contenidas en el presupuesto provincial aprobado por la Legislatura) la distribuidora provincial de energía gastaría el 40,78 % de su presupuesto en comprar electricidad, el 23,62 % en los sueldos de su personal y un 6,56 % en “Bienes de Uso”.

Tenemos entonces que sobre la base de un gasto en sueldos más o menos constante, y siendo que el argumento de los aumentos de tarifas es hacer posibles las inversiones necesarias para sostener y mejorar el servicio, vemos que en el 2007 (con subsidios y sin aumentos de tarifas) la inversión o gasto de capital era mayor en términos porcentuales que ahora, cuando no hay subsidios (o mermaron) y las tarifas subieron astronómicamente (antes y después de la baja de subsidios).

Y si la participación porcentual de la compra de electricidad (el principal gasto de la EPE) bajó más de 8 puntos del 2007 al 2018 es porque -precisamente- lo que creció exponencialmente fueron los recursos de la empresa distribuidora provincial, por los aumentos de tarifas. Tanto que como dijimos en varias oportunidades, si hace 11 años la EPE obtenía 1,89 pesos de tarifas de sus clientes por cada peso que gastaba en comprar la electricidad en el mercado mayorista (que ahora subió su precio, por la baja de los subsidios), ahora la relación es de 2,27 a 1.

Frente a este aparente contrasentido (que se explica justamente por la decisión del socialismo de venir aumentando ininterrumpidamente la luz desde el 2007, con o sin subsidios) cabe preguntarse donde está el “agujero negro” en los números de la EPE que amerita discutir sus aumentos de tarifas.

Y en ese sentido, hemos dicho varias veces que la respuesta hay que buscarla por el lado de lo que paga la empresa en concepto de “Impuestos y Derechos”; que era el 7,60 % de sus gastos en el 2007, y sería el 19,29 % éste caso, o sea casi tres veces más; y así como hace 11 años era menos que lo invertidos en gastos de capital (obras, maquinaria y equipo), este año sería casi el triple de ese rubro.

Dentro de esos impuestos, hay algunos específicamente provinciales: Ingresos Brutos, Impuesto a la Energía y la Cuota de Alumbrado Público (CAP) que se transfiere a los municipios, que “engordan” la boleta que deben pagar los usuarios; pero al mismo tiempo financian a la provincia por otra vía (a lo apuntado hay que sumarle que la luz paga IVA, que se coparticipa), que no es precisamente para hacer inversiones en la EPE, y constituye una “doble caja” que crece a medida que crecen la facturación, cuando aumentan las tarifas.

Es decir entonces que más allá de la discusión sobre la caída de los subsidios nacionales (que hay que darla), lo que hay que encarar es el debate sobre la estructura de gastos de la EPE, y lo que la provincia puede aportar desde allí para que en Santa Fe no paguemos la tercera electricidad más cara del país, después de Tierra del Fuego y Río Negro.

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