LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

viernes, 27 de enero de 2017

ARMANDO Y DESARMANDO


Imaginemos por un momento si el kirchnerismo metía cuchara en el fútbol del modo en que lo está haciendo desembozadamente el gobierno desde que asumió Macri, y con los mismos resultados (que esté cada vez peor): no es muy difícil suponer que los medios hasta pedirían que la FIFA nos mandara los marines; y pondrían el grito en el cielo porque nos quedaríamos afuera de los mundiales y todas las competencias internacionales, o algo por el estilo.

Va de suyo que no fue así simplemente porque el que mete cuchara es Macri, que se ocupa del tema bastante más que de otros -como la educación y la salud, ponéle- que deberían ser prioritarios para su gestión, según el mismo se encarga de repetir cada vez que puede, para justificar el final del "Fútbol Para Todos". 

A propósito: ¿habrá comenzado ya la construcción de los 300 jardines de infantes que se podrían hacer con esa plata ahora que no se gasta en el fútbol, o son 3000 o coso?

Parte de la brillante gestión macrista en el fútbol argentino (que en 14 meses cuenta más meses sin jugar y discutiendo como y cuando se juega, que jugando) fue designar la "comisión normalizadora" (¿cómo sería si la hubieran nombrado para hacer quilombo?) con Armando Pérez al frente. Los resultados están a la vista.

En el video de apertura (sacado de la cuenta de Télam) Pérez dice que es factible que el fútbol arranaque, y que el gobierno les puso dos condiciones para pagarle a la AFA lo que aun adeuda del FPT: que se haga la asamblea reformando los estatutos (para que los clubes puedan ser sociedades anónimas) y que se lance la "superliga"; para que puedan negociar de a uno los derechos de televisación (lo que les interesa particularmente a Boca y Ríver), sin ingerencia de la asociación.

Las dos metas que se puso Macri desde el principio para su intromisión en el fútbol argentino, y que en el caso de las "sociedades anónimas deportivas" quiso imponer ya en 1995, cuando era presidente de Boca, y fracasó. Allí está toda la razón de ser del conflicto que lleva más de un año, y no la prioridad de los jardines de infantes sobre el fútbol televisado.  

Pero alguien debe haber advertido que no quedaba bien que el gobierno apareciera tan explícitamente alineado con los intereses del presidente y sus socios en los negocios del fútbol (como Arribas, el de la AFI, por ejemplo), o que quedaba feo que apareciera como extorsionando a la AFA para pagarle una deuda que -al fin y al cabo- le debe pagar porque firmó un contrato y debe cumplirlo.

Por eso es que vemos pocas horas más tarde al mismo Pérez (¿será parte del "mejor equipo de los últimos 50 años") diciendo exactamente lo contrario a lo que había dicho antes: el gobierno no les puso ninguna condición, pero ve muy difícil que arranque el torneo.

Porque la mayoría de los clubes no quieren cumplir la condición que Pérez primero dijo que el gobierno (Macri, bah) les puso, y luego que no: que se transformen en sociedades anónimas.

Una pena que no hayan podido blanquear del todo a Fernando Niembro, otra de las luminarias que está participando en las sombras en nombre de Macri en todo este enjuague, que amenaza con quitarnos el fútbol por tiempo indeterminado.

¿Se bancará el gobierno que no haya fútbol en un año de elecciones? Porque como viene la mano tal parece que lo necesitan más ellos, que nosotros.


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