LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

miércoles, 4 de mayo de 2016

EL PODER DE CAGARNOS DE HAMBRE ESTÁ EN NUESTRAS MANOS


Tenés que ser realmente muy garca para sobresalir como garca en un gobierno que está lleno de garcas, empezando por el propio presidente.

Pero el tipo se esmera y lo consigue: cada vez que asoma el hocico es para explicarte que te cagó, pero es por tu bien. Y con argumentos esmerados, como se puede ver.

Disgresión: si decís que tenés "problemas de comunicación" y lo mandás a intentar explicar una medida impopular -si las hay- como el aumento de la nafta a Aranguren, da la impresión de que nos estás tomando por boludos.

Pero volvamos al especialista en derechos del consumidor Aranguren: al fin y al cabo lo que está diciendo no está muy lejos de las "dos pizzas" de Prat Gay para referirse al aumento de la luz, o el "en plata no es tanto" de Dietrich para justificar el del transporte. 

Barbaridades que salen natural y espontáneamente de gente que nació y vivió (y vive) con todo resuelto, y que seguramente nunca ha pasado estrecheces en su vida, ni tuvo que preocuparse por ver si llegaba a fin de mes, o por achicar gastos o priorizar uno sobre otro, porque no le daban los números.

Tipos que están tan alejados del sentir y las preocupaciones diarias del hombre común, como un habitante de Saturno podría estarlo de la especie humana; y que no tienen registro histórico en su memoria de haberla pasado mal, como para saber de que se trata, y como se siente uno en esas circunstancias.

Está de más explicarle al ex CEO y actual accionista de Shell (que siempre vio los aumentos del combustible en términos de "clinck, caja") que se trata de un producto inelástico a la demanda, del que no se puede prescindir tan fácilmente. 

A menos que nos esté sugiriendo que a los autos los empujemos, hasta que los precios de la nafta bajen, o se acomoden. En tal caso le faltó agregar un "caminen, chicos, caminen", remedando a Lita de Lázzari.

Menos tiene sentido explicarle a éste energúmeno que hay tipos que usan el auto para ir a trabajar, o como herramienta de laburo (y ahora hasta les están cerrando el atajo de ponerle GNC, porque también los sacudieron con un aumento en el gas); o que un aumento de la nafta trae aparejado de inmediato y en cascada, una ola de aumentos en todos los artículos de primera necesidad.

Es inútil, tiempo perdido: el tipo lo sabe, o lo intuye, y le chupa un huevo. 

Desde la sensibilidad de un témpano te "recomiendan" soluciones pensadas para una sociedad perfecta -que no es ésta- donde el consumidor de a pie tiene en sus manos el mismo poder que los formadores de precios; mientras te avisan que la solución del problema "ahora y desde siempre, está en tus manos nene": dicho en criolo, ni en pedo esperés que el Estado te tienda una mano.

Imaginemos por un momento la "doctrina Aranguren" aplicada al pan, la carne, la leche, los remedios, el tren o el colectivo; como si un movimiento de "resistencia civil pacífica" de cada consumidor individual o de muchos agrupados pudiera lograr que los precios de todos esos bienes esenciales (y por ende, de los que no podemos prescindir) se fueran acomodando al bolsillo de cada uno.  

El exabrupto del ex Shell -que, repetimos, no desentona dentro de la tónica general del gobierno- debe servirnos para tener en claro no solo la visión ideológica, del Estado o de la economía de la banda que nos gobierna, sino su posición ante la vida, en general.

Tanto como para entender que para estos tipos ajustarnos (a nosotros, no ajustarse ellos) no es ni podrá ser nunca "doloroso" o "difícil", como nos quiere hacer creer Macri poniendo cara de sufrimiento, como si lo atravesara un desgarramiento interno cuando te sacuden con un tarifazo, o toman una medida impopular (a propósito: ¿en algún momento toman otras?).

Y para entender también que no podemos esperar de éste gobierno lo que los yanquis llamaban en su momento "conservadurismo con compasión", ni nada que se la parezca remotamente.

A menos que nos hayamos equivocado y en lugar de un conjunto de CEO'S y ejecutivos de grandes empresas que nos prometían "un país donde cada uno sienta que cada día progresa un poco más", nos estén gobernando guerrilleros que bajaron de la Sierra Maestra, y nos están exigiendo sacrificios para lograr el triunfo de la revolución.

¿Se vendrán los cupones de racionamiento, en tal caso?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El exterminador Aranguren, fue muy bien definido por Guillermo Moreno en el programa "Intragables", cuando dijo que éste era solo un vendedor de petróleo a distintos gobiernos, siempre que favorecieran a su empresa (Shell)y que no sabía hacer otra cosa porque no entendía nada más que eso.
Por los subsidios otorgados recientemente, queda evidenciado que éste y el exterminador mayor Mau, gobiernan por y para los poderosos. El pueblo que se limite solamente a pagar como sea.
Son demasiado provocadores y como decía el General Perón, el pueblo es manso pero no es tonto, y cuando se cansa hace tronar el escarmiento.
En la Rosada ya hay sordos ruidos de aspas y rotores.

Anónimo dijo...

Que bien utilizada la palabra ¨energúmeno¨. Por no decir HDRMP.
Ojalá se viniera una revolución -de izquierda- y el paredón para todas estas lacras. Lástima que este pueblo argentino es tan manso o tan retrógrado..