LA FRASE

"QUE DESDE LA VICEPRESIDENCIA SE SOSTENGA UNA AGENDA QUE NO SEA LA DEL GOBIERNO ES ALGO QUE NUNCA SE HA VISTO." (JULIO COBOS)

sábado, 22 de octubre de 2016

MAJUL ESTÁ EMPEZANDO A ABRIR EL PARAGUAS


(*)

Si fuera por el presidente Mauricio Macri, ya habría mandado a los ‘gordos’ de la CGT a ‘la miércoles’. (pero prefiere no hacerlo, porque se quedaría sin pata sindical) Y lo mismo habría hecho con los formadores de precios que siempre tienen un argumento a flor de labios para remarcar. (si no fuera porque allí están todos su amigos, parientes y contactos) Y les hubiera cantado ‘las cuarenta’ y unas cuántas más a los hombres de negocios que lo aplaudieron en el coloquio de IDEA pero no fueron capaces de enfrentar ni a Néstor Kirchner ni a Cristina Fernández ni a Guillermo Moreno en el momento en que lo tenían que hacer. (se lo vio tenso, incómodo, como aguantándose de no mandarlos a la mierda a todos y proclamar el socialismo nacional) Son los mismos que ahora sostienen que, para invertir, es decir, para sacar dinero de su propio bolsillo (¿y quién te dijo que eso es lo que el empresario argentino promedio entiende por “invertir”?) a la espera de obtener algo de rentabilidad en el mediano o el largo plazo, necesitan, todavía, más señales concretas. ¿Qué señales? Como mínimo, un nuevo triunfo de Cambiemos en las elecciones legislativas del año que viene. (ah, o sea que hasta octubre del año que viene, ni hablemos de “lluvia de inversiones” ni “brotes verdes”) O una garantía de que los legisladores del Frente para la Victoria, el peronismo no kirchnerista y el Frente Renovador no van a volver a impulsar leyes ‘antiempresarias’ o ‘antiinversión’. (salvo en el caso del FPV, en los demás no tendrían por que tener temores al respecto, a juzgar por las votaciones de éste año en el Congreso)
Macri los conoce demasiado bien. (y, uno es el padre, el otro es el primo, el otro el “hermano de la vida”, y el resto está en el gabinete, o puso un empleado) Les pide que se sumen ‘al cambio’ pero sabe que son ‘parte del problema’. (un diagnóstico que compartiría con el kirchnerismo entonces, inesperada coincidencia) Por un momento el jefe de Estado pensó que iban a apostar fuerte a favor de su Gobierno. (claro, trayendo la plata que tenían afuera ponéle, o cerrando las sociedades off shore en paraísos fiscales. Ah, no, pará...) Supuso que su sola presencia iba a ser garantía para la construcción de un modelo ‘del siglo XXI’. (ahí estuvo el error: el modelo que él plantea es más bien onda siglo XIX, como el de la Generación del 80’, digamos) Pero, a poco de andar, confirmó lo que había sospechado: los dirigentes empresarios argentinos no son una burguesía de negocios, como en Brasil o Australia, (¿vos decís que se dio cuenta que son una manga de sanguijuelas que le chupan la teta al Estado y fugan capitales? Capaz que leyó tu libro “Los dueños de la Argentina”, Luis) sino una corporación más que, al igual que los dirigentes sindicales eternos, apuestan más al ‘salvase quien pueda’ que al futuro del país. (dolor corporativo, mueren millones de pandas ante la triste comprobación) "El principal error que cometí desde que asumí como Presidente es el de querer hacerlo todo de un tirón, (en realidad el primer error fue asumir, de ahí vinieron todos los demás) como si la sociedad estuviera preparada para asimilarlo, comprenderlo y apoyarlo", dijo a un hombre de su confianza. El aumento de tarifas es el ejemplo más evidente, pero no el único. El jefe de gabinete, Marcos Peña, (el “hombre de confianza” del párrafo anterior) tiene un diagnóstico más psicoanalítico: (¿quiere competir con Nelson Castro, que diganostica a todo el mundo?) reconoce a Macri como un presidente muy ansioso; como alguien demasiado entusiasmado por acortar el camino del desarrollo y el crecimiento, (viene de familia: lo acortaron por el lado de los curros, en lugar de trabajar honestamente para conseguirlo) por más que el tránsito sea doloroso e impopular. (o sea doloroso, pero para otros) Cuando Mauricio regrese de Roma, le volverá a pasar lo mismo que cada vez que vuelve de un viaje fuera de la Argentina (¿el jet lag?) desde países donde los negocios globales son moneda corriente. En Italia, como en Estados Unidos, en Alemania o en China, los líderes del mundo y los hombres de negocios le endulzan los oídos. (no es para menos: nadie en todo el mundo les ha sobado tanto la quena, ni abierto los cantos con tanta generosidad, sin pedir nada a cambio) Lo consideran el Presidente de la región más moderno y menos contaminado por el virus del populismo. El populismo de izquierda y el de derecha. El de Nicolás Maduro en Venezuela y el de Donald Trump en los Estados Unidos. (ma sí, ponéle “populismo” a todo y listo, que vas a andar diferenciando) Depositan en él expectativas desmesuradas. (como la mitad de sus votantes, por lo menos. Espero que no se desilusionen tanto) Le hablan de Vaca Muerta, del potencial de las energías renovables, la minería y todos los recursos naturales del país. (¿y necesita salir del país y que los extranjeros se lo cuenten para saber eso?) Pero cuando llega y comprueba que la Argentina es el país más atrasado de Latinoamérica en infraestructura (¿más que Haití incluso Luis, está chequeado esto?) y va camino a transformarse en uno de las peores naciones en calidad de educación, (y, son los efectos de 10 meses de Bullrich, los chorizos, la campaña del desierto y los planes sociales para comprar balas. No se podía esperar otra cosa) con una pobreza estructural que no desaparecerá de la noche a la mañana, (una pena que no lo aclararan en campaña, cuando prometían “pobreza cero”) se siente más agobiado que de costumbre. Y a veces, cuando el cansancio le gana al optimismo, se pregunta: (“¿dónde hay una cama para echarse una siesta?” se pregunta) ¿Se puede gobernar en estas condiciones un país como la Argentina? (no te merecemos Mau, no estamos a tu altura, andáte y déjanos librados a nuestra suerte) En estas condiciones, significa: con un nivel de pobreza e inseguridad tan altos, con una clase dirigente que solo se mira el ombligo (algunos ni eso puede, como Carrió) y con una opinión pública tan volátil que parece estar perdiendo la paciencia demasiado rápido, (epa: ¿no era que “La gente comprende” Luis?) y demanda en cinco minutos las soluciones sobre problemas que el gobierno anterior alimentó metódicamente durante los últimos doce años. (las proporciones estarían un poco exageradas, pero que se yo) Pero entonces, como buen ingeniero, vuelve a mirar para atrás y para adelante. (¿los contadores, médicos, arquitectos, miran para costado solamente? Ojalá no te toque un ingeniero manejando un auto que te cruces en la bocacalle entonces, porque seguro te lleva puesto) Revisa el camino recorrido y la fecha límite de octubre del año que viene. (¿por qué “fecha límite” Luis, para entonces están pensando en el helicóptero?) Llama a sus ministros y pregunta, contrariado. "¿Por qué siguen hablando de los brotes verdes y todavía ni aparecen los datos duros del crecimiento? (porque te están escribiendo el diario de Yrigoyen, Mau. Y encima los radicales te hacen homenajearlo) ¿Por qué cada tanto me llaman mis amigos para decirme que tenga cuidado con un nuevo rebote de los precios al consumidor?". (porque tus amigos son los que aumentan los precios, Mau: es aquél famoso “el que avisa no es traidor”) El Presidente no cuenta con un superministro de Economía (más bien el que tiene tira a superinútil) porque, igual que Néstor Kirchner, el verdadero ministro de Economía es él. (perfecto, se confirmó lo que sospechábamos: él es el responsable máximo del estropicio) Macri no tiene problemas en escuchar, en persona, a economistas de centroizquierda ni de centroderecha. (que los entienda es otra cuestión, pero escuchar los escucha. El tema es que hay algunos que tienen problemas con ir a que él los escuche, porque parece que los únicos que tienen llegada son los de derecha) Tampoco tiene inconvenientes en escuchar a alguien a quien, en algún momento, pensó como su propio ministro de Economía, como Roberto Lavagna. (dato crucial) De hecho, el propio Lavagna tiene una opinión muy elogiosa del Presidente. (lo cual confirma que Lavagna podrá saber algo de economía, pero no entiende un choto de política) El ex ministro no tiene empacho (a este paso y con la mishiadura que hay, nadie tendrá empacho, Majul) en admitir, por ejemplo, que el jefe de Estado no solo escucha con atención. (segundo dato crucial) También hace caso a algunas de sus sugerencias. (¿cuáles por ejemplo, Luis, aumentar las tarifas como quiso hacer cuando Kirchner lo rajó de una patada en el culo?) Lavagna cree, de hecho, que Macri no compra ‘cualquier idea’. (Por supuesto: si no es neoliberal y de derecha ni mira el prospecto) Y que el principal problema de su política económica no es él, sino el presunto dogmatismo de quienes manejan, desde sus respectivos ministerios, algunas de las variables de la economía. ¿Se estará refiriendo al ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, al presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger; al ministro Francisco ‘Pancho’ Cabrera; al de Transporte, Guillermo Dietrich, o al de Interior, Rodolfo Frigerio? (¿en qué momento esto que era una nota sobre lo que piensa Macri se transformó en otra sobre lo que piensa Lavagna?)


Al ala política del Gobierno, para colmo, la contagia la ansiedad. (pero se quejan de la gente que pide soluciones en cinco minutos) Desde el Presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, hasta su primo, Jorge Macri, subrayaron la variable de las encuestas que mide las expectativas. Allí, más allá del descenso de la imagen positiva del Gobierno y del propio Presidente, (¿empezamos a abrir el paraguas, Luis?) se empezó a detectar una caída de la idea de que todo tiempo futuro será mejor. (¿vos decís que ya no damos ni para “revolución del optimismo”? que bajón, loco) Ese, que se consideraba el principal capital político de Cambiemos de cara a las elecciones de octubre, es el dato clave que mide la paciencia del elector. (el tiempo pasado denota una sutil apertura de paraguas/sinceramiento) Es decir: el momento justo en que el ciudadano deja de responsabilizar al Gobierno anterior por la herencia recibida para empezar a culpar al Gobierno actual por las cosas que no hace, (que podría ser justamente el momento de las elecciones, tercera apertura de paraguas. ¿Estás buscando bote en el Titanic, Luis, o es una impresión nuestra nomás?) o considera que hace mal. "¿Cuándo se van a terminar de dar vuelta las variables económicas?", pregunta el Presidente a su jefe de gabinete. "Paciencia", le responde Peña. (o sea, traducimos: “no tengo la más puta idea, Mauricio”) "Vamos a llegar bien o muy bien a las elecciones de octubre del año que viene". Macri, que viene de escuchar al Papa Francisco (cuarto dato crucial, en el contexto de la nota) y ruega terminar el año sin un paro nacional, quiere ver para creer. (¿quiere ver si llegan bien, o si llegan?) Sabe que hay un tercio de la Argentina que no lo quiere y no confía. Y la mitad de otro tercio que está a punto de bajarle el pulgar. (acá el paraguas abierto es tan grande como el de Rucci para cubrirlo a Perón. ¿Ya nos pegamos contra el iceberg y no nos avisaron, Luis?)


(*) Las negritas son nuestras, el original acá. 

6 comentarios:

Anónimo dijo...

por favor, nunca, pero nunca, dejen de hacer estas notas comentadas de Majul, son realmente geniales
fernandobbca

Anónimo dijo...

Luisito escribe con las patas.si no fuera por u de. No se le entenderia un choto
Ale

ram dijo...

Por ái, en una de ésas, ustedes tengan una mirada prejuiciosa sobre luisito (14 palitos) y sus talentos expresivo-literarios, entre inexistentes e ilusorios pero siempre onerosos y en ésa, sospecho, está la clave.... luisito es un trabajador (oficio de mierda, claro, pero le pone garra) y justo en tiempos que se habla de paritarias, bono, incentivos, inflación y toda esa música, nadie que no sea luisito piensa en cómo va a llegar luisito a fin de mes.... los 14 palos de antaño suenan a chuchería y nadie, nedie menciona "la pauta", la acostumbrada palabra mágica del alma majuliana.... quizás asistimos a la metamorfosis de nuestro héroe, tal vez en lugar de despertarse cucaracha, esté soñando con lavagna, con massita.... por qué no?, acaso el prócer amarillo tenía exclusividad?, pagó todas las cuotas?.
Y es notable que no hayan reparado en otros detalles, por ejemplo, los movimientos de la esposa de luisito poniendo distancia de su santa patrona, la vice virreyna gaby, la de los billetes afanados-inexplicados.... ¿otra paritaria?, preaviso por salto inminente?..... en fin, no dejen de seguir a luisito, hay premio o joda garantizada...

Adriana dijo...

No entiendo. ¿No tiene un superministro de economía porque el verdadero ministro es él, pero el principal problema de su política económica no es él sino el dogmatismo de sus ministros?
No entiendo el sentido de esta nota. Nadie con dos dedos de frente puede leerlas en serio, aunque comulgue ideológicamente con Luigi.

Adriana dijo...

Creo que ya entendí, era un fresco sobre las contradicciones que alimentan la mente de Lavagna. O de Mau. O de ambos. Simultáneamente. Y todo lo contrario.

Esther dijo...

Adhiero al comentario de fernandobbca ☺☺☺.