LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

miércoles, 5 de octubre de 2016

LA NUEVA ESTAFA ELECTORAL YA ESTÁ EN MARCHA


Todavía hoy se discute si en campaña Macri mintió sobre lo que iba a hacer en el caso de llegar al gobierno, o dijo exactamente lo que luego haría; cuando lo real es que hubo un poco de cada cosa: después del ajustado triunfo del PRO en las elecciones porteñas dio un giro “kirchnerista” y empezó a bancar ciertas políticas (incluyendo el “Fútbol Para Todos” y la recuperación de Aerolíneas e YPF), intentando disfrazarse de lo que no era; tanto que en el debate previo al balotaje fingió indignación ante las advertencias de Scioli sobre sus eventuales medidas, advertencias que por entonces se colocaron bajo el rótulo de “campaña del miedo”.

Y también es cierto que siendo quien es y representando lo que representa, muchos lo votaron para que hiciera lo que está haciendo, sin necesidad de que lo explicitara tan claramente en campaña; porque además en el caso de haberlo hecho, piantaba votos: puesto en espejo con Menem, hubo bastante de aquello de “si decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie”.

Y hablando de comparar a Macri con Menem: éste posteo de Abel Fernández señalando las diferencias entre ambos y -especialmente- de los contextos en los que le tocó a cada uno desplegar sus políticas es particularmente ilustrativo para entender que aun cuando Macri se propusiera replicar exactamente el menemato, no necesariamente podría conseguirlo, lo que no implica que no intente maniobrar políticamente con habilidad para generar otro ciclo largo del neoliberalismo en el poder.

Precisamente apuntando a eso y a otra comparación frecuente que le hacen a Macri (en éste caso con De la Rúa y su viaje final en helicóptero), bien señala acá Ricardo que es un grave error político partir de la suposición que estamos a las puertas de un estallido como el del 2001, y obran en consecuencia con esa lectura: es justamente la “pesada herencia” recibida del kirchnerismo la que le da a Macri cierto margen de maniobra para seguir avanzando en sus políticas de reestructuración económica y social, sin llegar aun a esos extremos.

Mientras tanto recibe “fuego amigo”, algunos talibanes de las patrullas perdidas del neoliberalismo imaginario como Espert o Milei lo critican por “populista”, “keynesiano” o “kirchnerista light” porque no se decide a ajustar más, y porque a caballo de los compromisos políticos adquiridos con el “peronismo gobernante” y de la necesidad de ganar las elecciones del año que viene, soltaría la mano del gasto en la reparación histórica de los jubilados o el plan de obras públicas; postergando las metas del equilibrio fiscal y macroeconómico. Si hasta tuvo que posponer la rebaja en las retenciones a la soja, para no quedar pagando con los sectores sindicales que reclaman el cumplimiento de la promesa de eliminar Ganancias.

Con insistencia en el foro del “mini Davos” y con más crudeza cada vez que sale del país (como hace poco en su viaje a Nueva York) los inversores lo ametrallan a preguntas más sobre la consistencia política de su programa de reformas, que sobre su viabilidad económica: a cada generosa bajada de lienzos del macrismo entregando algo (el mercado interno, la obra pública, el mercado de capitales, las empresas nacionales) a cambio de la “lluvia de dólares” le responden con una sonrisa, mientras le preguntan si está en condiciones políticas de garantizar sus promesas.

Como reflejo de esa preocupación de los “mercados”, en los medios de prensa extranjeros crecen los interrogantes sobre la viabilidad electoral del macrismo a futuro; en tanto toman nota de su impopularidad creciente (mucho más que en sus contrapartes locales, gestoras del blindaje presidencial ante la opinión pública) y se preguntan cuanto durarán en ese marco sus alianzas tácticas con la “oposición responsable” encarnada en el massismo, en parte del sindicalismo y en el peronismo “competitivo, moderno y funcional” (a Macri).

En respuesta a los interrogantes, las propias fuentes del gobierno dejan trascender que tienen en claro la importancia de las elecciones del año que viene en términos de la consolidación o crisis del gobierno de Macri, y que por eso están dispuestos a poner toda la carne en el asador para ganarlas y aumentar la fuerza propia en el Congreso; de modo de no depender tanto de apoyos prestados.

Le están diciendo claramente a los inversores y gurúes económicos del país y el extranjero (y estos lo replican abiertamente en algunos casos) que el éxito de las reformas, su continuidad en el tiempo y la posibilidad de profundizarlas estriba exclusivamente en que “Cambiemos” gane el año que viene. Lo que no les dicen es que si pierden, la cosa entra en el terreno del tembladeral, pero quizás no sea necesario: justamente a ese temor responde la insistencia en las preguntas.

Como sea, lo que está en claro es que están montando una nueva estafa electoral, peor aun que la del año pasado pues lo que por entonces pudo ser para algunos un crédito abierto a Macri por el desgaste del kirchnerismo y la idea de “cambiar”, hoy tiene a la mano la constatación de lo que es el macrismo gobernando, para sopesar la decisión electoral. Queda poco margen para seguir diciendo “yo no sabía que iba a ser así”.

Y la estafa consiste en que intentarán disfrazarse de “kirchnero-populistas” para ganar las elecciones, y una vez ganadas, pasarnos por arriba con las “reformas de segunda generación”, empezando por la flexibilidad laboral, y siguiendo por cambios en el sistema jubilatorio o la “reconversión industrial”; sin agotar la lista.

Otro capítulo más del “gané y cambié”, u otra vuelta de tuerca sobre el remanido “si decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie”: no pueden prometer ajuste porque espanta votos y no sirve para ganar elecciones, pero quieren ganarlas para profundizar el ajuste con el resultado puesto, legitimados por él y sin otra cita electoral por dos años por delante.

Y lo más curioso del caso es que -si se los sabe leer- lo están diciendo, casi con todas las letras: "necesitamos que nos votés, para cagarte".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A PARTE DE TI Y TU MENTIROSA BOCA
TU GABINETE DELARUISTA QUE ES POCA COSA
ODIO TU FORMA DE DECRETAR
CUANDO DAS UN PASO PARA ATRAS
ESO A MI ME PROVOCA
VERTE RETROCEDER EN LOS DERECHOS
Y LA ECONOMIA NACIONAL
CHAN CHAN CHAN

Anónimo dijo...

COMO YA INVENTO OTRA???????

SI LA VIEJA TODAVIA LA ESTA USANDO Y ANDA BASTANTE BIEN.

CHEEEE!!!!!