Leemos en la tribuna de doctrina: "Recurrir a la denuncia de supuestos ataques al sistema democrático es antigua en el discurso oficial. Comenzó durante el conflicto con los productores agropecuarios, en el cual el Gobierno y los intelectuales que lo acompañan pretendieron ver un "movimiento destituyente". Esos escritores, y en algunas oportunidades la propia Presidenta, sostienen que América latina está sometida a una extraña oleada de golpismo de nuevo tipo, protagonizado por civiles en lugar de militares. Esas pretendidas asonadas irían desde la destitución de Manuel Zelaya en Honduras hasta la de Fernando Lugo en Paraguay, pasando por el amotinamiento policial que debió doblegar el ecuatoriano Rafael Correa.
La mayoría de las veces se intenta presentar a las empresas de medios de comunicación -Televisa, en México; Globovisión, en Venezuela; O Globo, en Brasil, o Clarín, entre nosotros- como agentes de esos presuntos ataques al sistema institucional "
Pero por favor, a quien se le podría ocurrir que los medios de comunicación podrian estar vinculados de algún modo a los golpes de Estado, y menos en América Latina:
Y sigue en su justa indignación el diario que legara Mitre: "El kirchnerismo cae todo el tiempo en la tentación de identificar sus posiciones políticas con las del sistema o, peor, con las de la Patria. Cae así en una contradicción. Fue esa inclinación a negar el pluralismo y a identificarse con el "ser nacional" la que alimentó, desde 1930 en adelante, el triste ciclo de la inestabilidad institucional en nuestro país."
Tremendo, esa gente que alienta el fantasma del golpismo, identificando sus intereses y deseos con los de la patria misma, negando el pluralismo:
Suerte que tenemos al periodismo independiente para desenmascarar estas burdas maniobras, con editoriales como éste.
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