En realidad el título original del post iba por otro lado, pero nos ganó de mano Gerardo acá, y tuvimos que cambiar.
Más o menos lo que él apunta es la lectura de lo que pasó en Diputados con las leyes tratadas esta semana que surge de ésta nota de Clarín y de la tapa, en la que más o menos dice que el gobierno avanza, porque en la oposición son una manga de pelotudos, o cosa por el estilo.
Lectura con la que se resisten a tomar nota de que fracasaron todos los pronósticos -que ellos mismos revolearon a granel en las últimas semanas- sobre las dificultades que el gobierno tendría para avanzar con los proyectos.
Más o menos lo que él apunta es la lectura de lo que pasó en Diputados con las leyes tratadas esta semana que surge de ésta nota de Clarín y de la tapa, en la que más o menos dice que el gobierno avanza, porque en la oposición son una manga de pelotudos, o cosa por el estilo.
Lectura con la que se resisten a tomar nota de que fracasaron todos los pronósticos -que ellos mismos revolearon a granel en las últimas semanas- sobre las dificultades que el gobierno tendría para avanzar con los proyectos.
Cosa que no es nueva, y ya se vio en otras circunstancias, incluso cuando el FPV obtenía resultados electorales que generaban otro clima político distinto al actual, post PASO.
No se trata de descartar de plano la posibilidad de que, luego del 27 de octubre y según sean los resultados, puedan existir fugas en el oficialismo legislativo que compliquen la gobernabilidad en el último tramo del mandato de Cristina, sino de apuntar -y acá a lo mejor en algo coincidimos con la corneta- que la oposición sigue siendo un cambalache, aunque gane circunstancialmente elecciones.
Y esa constatación tiene ciertamente un valor pedagógico, aunque preocupante, de cara al futuro; cuando Cristina ya no esté en la Casa Rosada.
Porque si esta dispersión del mapa opositor hoy es anecdótica justamente porque son opositores, si el día de mañana fueran gobierno se volvería un problema institucional, y grave.
El análisis puntual que hace Clarín de la actitud de un puñado puntual de diputados es ciertamente risible porque omite el dato central: el gobierno pudo avanzar con la aprobación de leyes claves para la gestión porque -en primer lugar y como pre-requisito fundamental- mantuvo la cohesión en la propia tropa y en sus aliados de siempre; el núcleo que le permite ser (aun con los resultados de las PASO) la primera minoría política del país, a considerable distancia de una segunda, que además está en permanente reconfiguración (en el 2011 era el FAP, hoy podría serlo el massismo).
Y hablando de massismo, si las condiciones de sustentabilidad política del espacio son las que se demostraron en la discusión de Diputados, queda más claro aun que un triunfo electoral, el apoyo mediático o un súbito ascenso en las encuestas no garantizan por sí, la viabilidad de un proyecto político: si el certificado de pureza para pertenecer o no al espacio, te lo da Amadeo (transfugueado al massismo con la campaña en marcha, bajando una candidatura electoralmente risible), a futuro estás en problemas.
Es curioso además que se impugne que el gobierno haga política y teja acuerdos para lograr apoyos en el Congreso, como por ejemplo en el caso de los Rodríguez Saá, a cambio de obras postergadas en San Luis: ¿no es acaso eso lo que le exigen todo el tiempo al kirchnerismo, que dialogue?
Muy probablemente el clima pre y post electoral (a mitad de camino entre una y otra elección) no sea el más propicio para ahondar en esta línea de análisis; y casi con certeza la mayoría de la gente no lo haga, de modo de cambiar en octubre sus preferencias electorales de agosto.
Sin embargo a futuro y en un repaso objetivo del período kirchnerista, se advertirá que, ante todo y con su propio estilo y agenda, el proyecto político iniciado el 25 de mayo del 2003 supo garantizarle gobernabilidad al país, luego del terremoto institucional del 2001.
Subyace por allí la idea de que la gente se cansó de nosotros y demanda un cambio, aunque no está tan claro cuanto de continuidad y ruptura demanda de cara al futuro; tanto sea en cuestiones de estilo como en materia de políticas públicas concretas.
En ese marco, el asunto -no menor- de quien sea capaz de garantizar la gobernabilidad sin sobresaltos institucionales, más temprano que tarde deberá ingresar en el análisis político, y -sobre todo- en la percepción ciudadana.
A menos que mucha gente esté añorando la época de los cinco presidentes en una semana, o la aprobación de las leyes mediante la Banelco, que es el camino que se termina recorriendo cuando la fragmentación política convierte al Congreso en un ámbito ideal para el filibusterismo y los microemprendimientos personales.
3 comentarios:
Cristina HABRIA anticipado que el napia no va a seguir....100% periodismo el del diario fundado por el filonazi Noble...otra, seria bueno un post sobre Pablo Llonto y la persona al que llaman Felipe Herrera Noble....matias
Dejame hacer una pequeña acotación: la oposición no ganó circunstancialmente ninguna elección, al menos a nivel nacional. Quiero decir, sí, sacó Massa en la interna abierta mas votos que el candidato del FPV y posiblemente gane las elecciones de octubre en la PBA, también "ganaría" (si eso es factible en elecciones legislativas) la oposición en varias otras provincias y ganó gobernaciones como la de Colombi, pero no es nada nuevo porque Colombi ya era gobernador de Corrientes. Es decir, ellos alimentan el mito de que ganaron algo cuando en realidad, a nivel nacional, la primera minoría sigue siendo el FPV.
Digo esto porque ellos nos han forzado a asumir una derrota que no es tal, sino que depende con el cristal de dónde se lo mire, no es una elección presidencial.
Saludos.
Con todo respeto compañeros, dejaron pasar la notable columna de anticipación de sobrecito Bonelli, e donde nos adelanta que rajaron a Moreno.
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