Cuando los primeros rayos del sol de hoy iluminen la plaza histórica donde ya no estarán las vallas que separaban la calle del palacio, ya habrá allí miles de compañeros y compañeras de todo el país, esperando celebrar el día tan ansiado.
Ese sol va a iluminar por igual a todos, los que nunca dejaron de creer que volvíamos, los que dudaban y los que estaban seguros que nunca más lo haríamos. Y dentro de estos, los que auguraban una larga hegemonía macrista en el país, sin importar de que lado de la grieta estuvieran.
Hoy es el día en el que derrotamos a la derrota, y a los derrotistas, y la jornada de fiesta popular que se va a vivir (porque será eso: una fiesta) marcará un hito, y tiene bien ganado un lugar en el calendario de días memorables del campo nacional y popular.
Contra todo y todos, con todo en contra y contra nuestros propios errores y miserias, volvimos. Pusimos de nuevo en la Rosada a quienes van a defender los intereses de las grandes mayorías nacionales, después de cuatro años de oprobio de un país atendido por sus propios dueños.
Y volvimos como corresponde, como siempre lo hizo el peronismo en toda su historia: con la fuerza arrolladora de las urnas repletas de votos. Sin tanques ni helicóptero, sin darles atajos ni coartadas para que se victimicen, y reescriban la historia como acostumbran, absolviéndose de culpa y cargo.
Sí, eso que hoy ellos se atribuyen como un mérito ("el primer gobierno peronista que termina su mandato en 91 años"), en realidad es mérito nuestro: de nuestra tolerancia y paciencia no exenta de rabia y bronca, y de nuestra tosudez por darle a la Argentina una salida de la crisis que ellos crearon, por la vía democrática. Algo que en el actual contexto regional, no es para despreciar ni mucho menos.
Volvimos como consecuencia natural (aunque algunos intentaran negarla, oscurecerla o minimizarla hasta el final, tapando el sol con la mano) de que tenemos un liderazgo sólido, el de Cristina; en torno al cual. con paciencia y generosidad, se construyó una coalición amplia en la que no todos pensamos igual, pero en la que sí todos queríamos lo mismo: barrer en las urnas y del gobierno a la derecha cuya representación electoral contingente asumió Macri, con el respaldo de los poderes permanentes. Y lo conseguimos, y acá estamos: volvimos.
Claro que volvimos con un país hecho bolsa, con problemas por todos lados y con mucha gente (mucha más que en el 2015, cuando nos fuimos) con las necesidades más básicas sin satisfacer, como comer más de una vez todos los días. Y en un país con las instituciones y el estado de derecho degradados por el gobierno con menos calidad democrática de todos cuantos tuvimos desde el 83' para acá.
Para que seguir, sería sobreabundar repasar la -esta sí que- pesada herencia que dejan Macri y su banda de salteadores del Estado y el país. Pero precisamente por eso volvimos, y por eso el pueblo argentino los echó tras cuatro años, cuando muchos hablaban de "la brutal eficacia de la nueva derecha moderna y democrática", y la "rápida agonía de la Argentina kirchnerista".
Hoy empieza el enorme desafío de poner de nuevo al país de pie como en el 2003, en un contexto incluso mucho más adverso y complejo que el de entonces, por muchos factores. Pero está bien que empiece con una fiesta popular, porque nos merecemos celebrar lo que logramos, que no es poco.
La "revolución de la alegría" se va tras cuatro años en los que no le dieron una alegría a casi nadie, salvo a los que nunca tuvieron tristeza. Nos toca a nosotros devolverle la sonrisa al pueblo argentino, en forma de dignidad y derechos.
La "revolución de la alegría" se va tras cuatro años en los que no le dieron una alegría a casi nadie, salvo a los que nunca tuvieron tristeza. Nos toca a nosotros devolverle la sonrisa al pueblo argentino, en forma de dignidad y derechos.
Pero ya habrá tiempo desde el miércoles para atender las cuestiones más urgentes. Hoy es tiempo de esperanza, alivio y alegría, mucha alegría. Que así sea entonces.
1 comentario:
Yendo a la plaza desde Tandil compañeros, no pegué un ojo en toda la noche. Nos vemos allá. Abrazo Nac&Pop
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