LA FRASE

"JUGADOR QUE ME GUSTA MUCHO ES ESE LAMIÉNDOLA DE ALDOSIVI." (LUIS MAJUL)

domingo, 10 de julio de 2011

NUNCA HABRÁ


Pongámonos de acuerdo en algo: no existe la más mínima posibilidad de que el diario La Nación elogie alguna medida que adopte el gobierno de Cristina, sea cual sea ésta.

Y ese es un pacto no escrito del diario con sus lectores: si lo rompiera y elogiara al gobierno -aunque sea mínimamente- alguna vez, estos se lo reprocharían y probablemente dejarían de leerlo.

Dicho esto, podrían pensar en el diario de los Mitre que otros lo leen y les gustaría -por decir algo- que hasta la elemental dosis de información -no opinión, no editorialización: información- llegara correcta y sin deformaciones; incluso sin entrar a discutir cual se publica y cual no. Eso se lo dejamos al diario.

La imagen del post está tomada del diario de ayer, y corresponde a esta nota, donde -como podrán ver- el título es distinto, y la noticia es que Cristina envió al Congreso 83 pliegos de jueces y funcionarios del Poder Judicial de la nación.

Como vemos, entre el título y la nota se les cayó un juez (eran 83 y quedaron 82), y Cristina pasó de "nombrarlos" a "elegirlos"; o sea: rectifican el error, pero a medias y sin ganas.

¿Por qué error? (obviamente ex profeso)

Primero porque Cristina no "nombra" jueces así como así: la Constitución dice (artículo 99 inciso 4.) que el presidente "Nombra los demás jueces de los tribunales federales inferiores en base a una propuesta vinculante en terna del Consejo de la Magistratura, con acuerdo del Senado, en sesión pública, en la que se tendrá en cuenta la idoneidad de los candidatos." .

Y para llegar a esa "propuesta en terna vinculante" (o sea: el presidente no puede elegir a uno que no esté en la terna) son seleccionados mediante concursos públicos realizados por el Consejo de la Magistratura (artículo 114 C.N.).

Es decir que en el caso de estos 83 jueces, se realizaron los concursos, se armaron las ternas y ahora Cristina eligió postulantes (no jueces, como dice la nota) y mandó los pliegos al Senado, para que los discuta y en su caso los apruebe. Si eso sucede, recién entonces los nombrará.

Pero observen que la nota arranca con una queja (demoró ocho meses en mandar los pliegos), sigue con otra (ahora manda muchos juntos), engancha con una tercera (el procedimiento se demora más porque ¡interviene el Senado!) y termina con una última: todavía le faltan otros 60 cargos de jueces federales por cubrir.

Resumiendo: si demora porque demora, si manda porque manda, si manda 83 porque le faltan 60; o sea nunca habrá.

Tratándose del gobierno nacional, nunca habrá una poronga que a La Nación le venga bien.

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