El amigazo de la foto es Nelvar Raffín, el presidente de la Sociedad Rural de Reconquista y candidato a diputado nacional por la Coalición Cívica de Carrió para las próximas elecciones.
Un auténtico dinosaurio, representativo de los sectores más cerriles de las entidades ruralistas, opositor frontal al gobierno nacional no sólo en las políticas agropecuarias, como que sobresale por frecuentes declaraciones donde incursiona con impunidad en los más variados asuntos políticos.
Como muchos de estos personajes, se disfrazan de dirigentes sectoriales o corporativos, para desde allí ejercer en realidad una oposición de contenido político al gobierno nacional, que en la asonada del 2008 asumió decididos tintes golpistas.
Leemos acá declaraciones suyas sobre el excelente momento que está pasando la producción algodonera (rubro que es muy importante en el norte de Santa Fe), al punto que la rentabilidad del cultivo está en los niveles de la de la soja. Curioso: uno del campo que reconoce que algo le va bien.
Pero puesto a identificar las causas del éxito, el amigo Raffín dice enigmático que son "varios", pero enumera dos: los precios internacionales y el apoyo recibido del Ministerio de la Producción de la provincia, que habría ayudado a los productores con subsidios. Parece entonces que cuando vienen de Binner, los subsidios o compensaciones no son malas.
El problema es que lo que Raffín no sabe (o sabe y no lo dice), es que la provincia de Santa fe no pone un peso en apoyar a la producción algodonera; sino que todo el dinero que se destina a esos fines (más de 3 millones de pesos el año pasado), provienen del Ministerio de Agricultura de la Nación, a través del Fondo de Compensación de Ingresos para la Producción Algodonera creado en el 2005 (gobierno de Néstor Kirchner) por la Ley 26.060, a la que la provincia adhiriera el año siguiente (2006, gobierno de Obeid) por la Ley 12.548.
Ese mismo Fondo posibilitó el empujón inicial para la producción algodonera en el Chaco (donde también registra un momento excepcional), luego acelerado por el crecimiento de la demanda no sólo externa (que se refleja en la evolución de los precios que apunta Raffín), sino también interna, por la reactivación de la industria textil argentina.
Reactivación que fue posible por las medidas de restricción de las importaciones (cupos, licencias no automáticas, precios de referencia para evitar el dúmping) adoptadas por el gobierno nacional; tanto en el mandato de Néstor como en el de Cristina.
Medidas que gente como Raffín cuestionan postulando el retorno a políticas de apertura comercial indiscriminada, que en otras épocas llevaron -entre otras cosas- a la destrucción de la producción algodonera.
Como sea, si hay alguien que no hizo absolutamente nada para que el sector mejorara (si por "algo" entendemos poner plata, no discursos), fue el gobierno de Binner y su Ministerio de la Producción, pero eso Raffín no lo sabe (o miente a sabiendas).
Los dinosaurios nunca fueron bichos muy inteligentes, por eso se extinguieron.
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