Mientras señala en sus informes públicos las
inconsistencias del plan económico que ellos mismo monitorean, el FMI dice en
público que el gobierno de Macri que lo aplica va por el rumbo correcto, y que
el plan ya está dando sus frutos. Claro que no especifican de que frutos están
hablando porque los que conocemos, son envenenados: ellos mismos acaban de
revisar sus pronósticos de inflación y de caída de la economía para este año, a
la alza en ambos casos: dicen que habrá más inflación de la prevista, y que la
economía caerá más de lo que pensaron.
Para los años
venideros la cosa no mejora: ellos mismos recortaron a la mitad su pobre
previsión de crecimiento del PBI para 2020 (del 2,2 al 1,1 %, partiendo de una
base muy deprimida), y puntualizan que el país afrontará problemas de empleo
por lo menos hasta el 2024, o sea cuando ya haya concluido el mandato del
presidente que suceda a Macri.
Y hablando de
sucesiones: nos contaba ayer Burgueño en esta nota de Ambito Financiero que hubo otro informe de la misión del FMI en el país, en éste caso
reservado a los miembros del buró (directorio) del organismo. En el explican
por qué consideran que el país está expuesto a un “alto riesgo político” por la
“incertidumbre electoral”.
O sea, descubrieron
que la Argentina vive bajo un sistema democrático, que este año vota para
elegir presidente, y que la cosa está polarizada entre Macri y Alberto
Fernández, y que gane quien gane, habrá dificultades políticas para imponer las
reformas que el Fmi juzga imprescindible hacer en el país (respectivamente,
laboral, previsional y tributaria), sin las cuáles no accederían a modificar
los términos del acuerdo que firmaron con el gobierno de Macri, para
reprogramar los vencimientos del préstamos otorgado.
En el caso de ganar
Macri, suponen que enfrentará un Congreso adverso en el que le costará hacer
aprobar esas reformas, pero en el caso de ganar la fórmula Fernández-Fernández
ven la cosa más peliaguda aun: con realismo consideran que en ese caso esas
reformas son una utopía. Bien por ellos, que advirtieron lo evidente para
cualquiera, a menos que uno sea trosco.
De hecho,
deberíamos utilizar el dato en nuestra campaña: “Con nosotros no habrá reforma
laboral flexibilizadora, ni reforma previsional contra los derechos de los jubilados.
Para eso tienen que votarlo a Macri”.
Ayer también y en
La Nación, Willy Kohan explicaba en ésta otra nota las razones de la
cautela que ha empezado a ganar a “los mercados” tras la euforia alcista (del
MERVAL, los bonos y los ADR’s) y bajista (del dólar, la inflación y el riesgo
país). Y las razones tienen que ver con lo que decíamos ayer nomás en esta
entrada (enlace): crece la polarización en las preferencias electorales, y con
eso crecen las chances de que la elección se resuelva en primera vuelta, porque
una fórmula alcance el 45 % de los votos válidos afirmativos (los blancos
también son válidos, Willy), o sea los que se inclinan por alguno de los
candidatos.
Pero en la misma
columna Kohan dice más cosas: que la presunta recuperación económica es frágil
y el optimismo de los mercados fue exagerado, que la inflación baja pero sigue
siendo alta pese a que le están tirando con todo para bajarla (apretón
monetario, tasas altas, baja del dólar, recesión) y que el consumo sigue
cayendo, sin visos de repuntar.
Y también habla de
política: señala que no desapareció el riesgo de que los Fernández ganen la
elección, que aun cuando se piense que Macri viene repuntando todas las
encuestas lo siguen dando abajo, y que los contextos de las elecciones
anteriores son irrepetibles: no hay división del voto peronista en especial en
la provincia de Buenos Aires porque Massa está en el “Frente de Todos” y
Randazzo está desaparecido (con lo cual además confirma que Vidal dejó de ser
la topadora electoral que pensaban), Alberto y Cristina miden en Córdoba (clave
en el triunfo de Macri) el doble de lo que obtuvo Scioli en el 2015 y, por el
contrario, hay división del voto oficialista con las candidaturas de Espert y
Lavagna.
No lo dice pero se
infiere de lo que sí dice: si todas las encuestas dan arriba a la fórmula FF y
la polarización hace que alguna de las fórmulas pueda llegar al 45 %, la
fórmula opositora es la que -en este contexto- tiene todos los boletos para
ganar en primera vuelta. De lo contrario no se entiende la “cautela” de los
mercados de la que habla el título de la nota. Para el pánico ya habrá tiempo,
con los resultados de las PASO a la vista.
Es decir entonces
que el FMI por su lado, y Willy Kohan por el otro, han descubierto que el agua
moja, el agujero del mate y la pólvora: están diciendo lo que muchos venimos
advirtiendo desde hace meses pero ellos prefirieron ignorar, para operar a
favor del gobierno; con plata y fierros mediáticos, según el caso. Pero cuando
vamos llegando -como dijo alguien- al momento de los tejidos grasos, empiezan a
abrir el paraguas. Tuit relacionado:
Leyendo la nota de Willy Kohan en La Nación y la de Burgueño en Ámbito sobre el informe reservado de la misión del FMI al directorio, no necesitás leer ninguna encuesta para saber quien gana las elecciones.— La Corriente K (@lacorrientek) 18 de julio de 2019
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