Claro como el agua. Cecilia Todesca, economista y vicejefa de gabinete, anoche en C5N. Excelente descripción de lo que pasó con tu salario en los últimos 18 años y los estragos de las dos pandemias: la del macrismo y la del coronavirus. pic.twitter.com/9Kw2ZJUeGt
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) August 23, 2021
En el acto de los otros días Cristina le pedía a Alberto no enojarse, poner orden donde haya que poner orden y "darle para adelante". Del orden por ahora no tenemos noticias, al menos si nos remitimos a que haya rodado alguna cabeza (hola, Biondi, ¿como andás, todo bien?) por el "cumpleaños-gate".
Es más productivo entonces dedicarnos a pensar como se le "da para adelante". Acá Wainfeld ensaya algunas respuestas en lo político, y acá Zaiat en lo económico, que es donde nos queremos detener; partiendo de la base que para nosotros, no hay dicotomía: la salida política es por el lado de la economía, y si las mejoras en los indicadores de la macroeconomía no se notan en el bolsillo y el bienestar de la gente, el problema es político, y es mayúsculo.
A decir verdad, acierta Cristina (para variar) con el "darle para adelante", porque para nosotros no hay otra dirección posible: para volver para atrás, está la oposición. Empecinados en mantener la campaña en el registro de banalidades por el que está transitando, porque si se corre el velo de las idioteces y se posa la mirada en los problemas reales, se va a advertir que no tienen nada nuevo para ofrecer, sino lo mismo con lo que fracasaron en el gobierno, y más rápido, como dijo en su momento Macri.
Y eso tiene una lógica intrínseca: siguen representando los mismos intereses que representaban cuando gobernaron, y esos intereses siguen reclamando lo mismo que entonces, que es lo mismo que reclaman siempre: libertad en el acceso a las divisas, flexibilización laboral para aumentar la reducción de los costos salariales, eliminación de toda forma de intervención del Estado en la economía, reducción de impuestos, ajuste del gasto público. No hay novedades allí, y no cabe esperar que las haya: no hay un solo opositor (excepción hecha de la izquierda), sea "halcón", "paloma", "libertario" o como se denomine, que no levante ese programa básico.
La novedad entonces, la tenemos que aportar nosotros, aunque la novedad para "darle para adelante" sea, en un punto, volver para atrás: volver a ensayar lo que ya dio resultados, adaptados los instrumentos a las circunstancias y el contexto actual. "Darle para adelante" signifique quizás tender algún puente con determinadas fracciones del capital (como se da cuenta acá que se estaría intentando), pero siendo realistas y sin perder de vista que por muy profundas que puedan o parezcan ser las fracciones de ese capital en función de sus intereses, son mucho más profundas y consistentes sus coincidencias, también de intereses.
Dicho de otro modo, no hay que pedirle peras al olmo, del mismo modo que hay que abandonar definitivamente la idea de que el "darle para adelante" implique además algún nivel de diálogo o entendimiento con una oposición de rasgos psicopáticos: sin ir más lejos, la reiterada invitación del kirchnerismo a debatir que hacer con la deuda, fue respondida por Macri diciendo que su gobierno endeudó menos al país que sus predecesores, sin que nadie en la oposición desmintiera su diagnóstico.
Lo que nos obliga a nosotros a actuar en consecuencia: si la oposición alega demencia pretendiendo que la desastrosa gestión que protagonizaron no existió, nosotros debemos hacer como si esa misma oposición no existiera (en términos de esperar alguna contrapartida de diálogo y entendimiento) y "darle para adelante", en las palabras de Cristina.
Y "darle para adelante" significa, primero que nada y antes que todo, acentuar la recuperación de la economía para que llegue a los bolsillos de la gente, y mejore su nivel de vida, sus condiciones objetivas y materiales de existencia, y proponerles -además- mejores expectativas a futuro.
Para ganar las elecciones y para consolidar así el triunfo del 2019 hay que "darle para adelante" arbitrando políticas que mejoren el salario real y el poder adquisitivo de los sectores populares que viven de ingresos fijos (trabajadores, jubilados) o más o menos fijos; para que esa recuperación empuje el consumo, y dinamice la actividad. Concientes de los riesgos que eso puede traer, como por ejemplo aumentar las importaciones y por ende, la demanda de divisas.
Conforme avance el cronograma electoral hacia las elecciones generales de noviembre, la economía irá teniendo cada vez mayor protagonismo en las decisiones del electorado, al menos del grueso de él, que no suele votar inducido por los efectos del escándalo del momento. De modo que apostar a la recuperación de los salarios (al menos de ese 20 % perdido en el extravío macrista) es apostar a la recuperación más plena e inclusiva de la economía, y a sentar las bases de un triunfo electoral más rotundo, y por ende dador de mayor fortaleza política a futuro.
No se ganan elecciones simplemente estabilizando las variables macroeconómicas o arreglando el problema del endeudamiento externo, aun cuando esas medidas creen las bases para poder crecer. Se ganan poniendo plata en el bolsillo de la gente, para que no tenga que penar para llegar a fin de mes. De hecho, fue la creencia de una mayoría sobre que éramos capaces de garantizar eso (sumado al espanto que causó el macrismo con sus políticas depredatorias del salario y el empleo), lo que nos dio el triunfo en el 2019.
4 comentarios:
Muy buena nota, con contenido bien peronista. Coincido totalmente.
"Combatiendo al capital"
Cacilia Bocco Todesca explicando por que se alimenta a los especuladores con las tasas de LEBAC del "para que no se vayan al dólar".
Profemarcos, monotemático con la deuda cuasifiscal, heredada porsupuesto.
¿Solución concreta profe para desactivar la bomba sin que explote?
Lo escucho. Sin sarasa ni generalidades ambiguas. Lo escucho.
El Colo.
No discutamos fracesitas compañeros, una estrofa de la Marcha. No seamos taaaan finitos, no progreseemos, no troskeemos, no enderechemos. En todo caso, y afondo, peroneemos o kirchnereemos que, desde 2003 a la fecha, es lo mismo. Un fraternal abrazo peronista.-
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