Adelantándose para no quedar escrachados en la revisión anual de pronósticos fallidos que hace Alfredo Zaiat, los econochantas de la city empiezan a recoger el barrilete de sus pronósticos apocalípticos sobre el dólar y las reservas.
Al respecto, leemos en Ambito: "Significa que todos creemos que no va a haber devaluación. Concretamente, que en el corto plazo el Banco Central logró torcerle el brazo al mercado", se sinceró ayer un economista que, no hace mucho, pronosticaba para el último día de 2014 un tipo de cambio de dos dígitos.
Lo mismo sucede en estos días en Nueva York, donde se negocian los contratos a futuro sin intervenciones del Banco Central: los inversores que apostaban por una paridad de $ 10,10 a fin de diciembre prevén ahora que la paridad cambiaria se ubicará en los $ 8,86.
Esperábamos que la caída de reservas fuera mayor; que iba a haber un acuerdo con los holdouts antes y que se iban a pagar los intereses de deuda que hoy no se están pagando. Tampoco estaba en los planes el swap con China y por esto dábamos a fin de año u$s 24.000 millones de reservas. Afortunadamente, el Gobierno logró un puente hasta fin de año. Pero habrá que preguntarse si es sostenible...", comentó a este diario el economista de Ferreres & Asociados, Fausto Spotorno." (las negritas son nuestras)
Nadie (empezando por estos chantas) puede saber lo que va a pasar en el futuro, ni con el dólar, ni con la economía ni con -casi- nada en general; eso es algo que cualquiera sabe.
Y sin embargo estos chantas presumen a diario de lo contrario, y los consultan y son fuente "autorizada" de opinión y asesoramiento; y no son pocos los que deciden en que invertir su plata en base a los "consejos" de estos muñecos.
Chantas de toda chantitud que -por ejemplo- dicen ahora que "no esperaban" el swap con China, cuando se anunció hace meses y lo que en realidad hicieron fue minimizarlo; cuando no sanatear sobre su funcionamiento, porque no entendían un pomo de lo que estaban hablando.
Chantas que en realidad de economistas tienen poco, y de traficantes de humo con intereses y negocios bien concretos, bastante, como que a eso se dedican: a traficar profecías que esperan que sean autocumplidas (como la de una nueva devaluación); para llenarles los bolisllos a los grupos económicos que los esponsorizan, y de paso llenar también los propios. Tan simple y sencillo como eso.
El problema está con los que les prestan el oído a sus "opiniones", incluyendo no pocos dirigentes políticos, algunos con aspiraciones presidenciales.
(*) La denominación "econochantas" le corresponde originariamente al compañero y amigo Musgrave.
1 comentario:
Los gurúes mediáticos están haciendo la misma tarea desde hace muchos años y desde bastante antes de 2003. Pero no son estúpidos. Son caraduras y desvergonzados. A su selecta clientela le deben cantar la justa y no creo que la guíen a callejones sin salida lo que haría que sus estudios se quedaran sin clientela. Pero delante de las cámaras y los micrófonos, sólo cumplen con el ritual de expresar los deseos del poder real: el gobierno es corrupto, no sirve para nada y pronostican un fin de ciclo que, por supuesto, nunca llega.
Desde los cambios de autoridades en el área financiera y de control, todo se les ha hecho mucho más difícil, de ahí que sus mentiras queden en evidencia al cuarto de hora de haberlas publicado.
Se podría escribir un libro sobre pronósticos fallidos en el área económica. Fallidos siempre para el mismo lado, en contra de nuestro país. Cuando estos delincuentes aplaudían el sendero de la economía y las finanzas, chocamos contra un paredón de cemento y nos prendimos fuego.
MEMORIA. Sólo MEMORIA. No hace falta mucho más.
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