Por A.C.
Se puede leer lo siguiente en el diario “La Nación” : “Los contratistas de cosecha son un eslabón muy importante en la producción agropecuaria, dado que cosechan aproximadamente el 80% de la producción de granos de cultivos extensivos.”
“Una de las realidades que afrontan los contratistas es que la inflación y el dólar les aumenta los precios de los repuestos y, a su vez, como la mayoría de los productores y empresas les paga en cheques hasta 90 días o más, la inflación los hace menos rentables. En el momento que se pactaron los precios de cosecha de este año 2018 el dólar estaba a 19 pesos y cuando se terminó la cosecha el precio del dólar se encontraba por arriba de los 28 pesos o más.”
“Cuando tenga que reparar la máquina y compre los repuestos estos serán más de un 45% más caros que cuando puso el precio a su cosecha. A esto se le suma que en el momento de decidir la cosecha la inflación proyectada era de 15% y hoy está por arribad el 30%. En este contexto se puede decir que el contratista tiene que hacer magia para que le cierren los números y obtener una ganancia mínima con su trabajo y esto sin tener en cuenta el aumento del combustible que es el insumo que más consumen las cosechadoras diariamente.”
“Se comienzan a ver muchos contratistas que achican su negocio vendiendo algunas máquinas dado que ven que no tienen ganancias.”
“Bajo estas condiciones se puede predecir un futuro muy complicado para los contratistas de cosecha que hoy atraviesan grandes problemas en sus negocios y la realidad es que si ellos no son conscientes de sus costos y aplican una tarifa que los proteja terminarán desapareciendo.”
Contratistas junto a los productores pequeños y medianos, durante los 12 años de gobierno kirchnerista tuvieron una rentabilidad muy alta en algunos períodos, y en otros, una más que razonable ganancia en su actividad. Pero nunca trabajaron a pérdida, como les ocurre ahora a muchos de ellos. Cuestión que confirma La Nación, un medio del que no puede sospecharse que sufra de nostalgia “populista”.
De este universo de contratistas y productores, no sería una exageración afirmar que más de un 70% de ellos votaron a Macri. Un sector de la población que en el interior del país conocemos bien, sector en donde abundan integrantes que tienen una soberbia tan grande como su ignorancia sobre aspectos elementales de la economía, y con mucha frecuencia, la tilinguería de razonar como si fueran accionistas mayoritarios de Monsanto.
Muchos de ellos, muchos, eran los que abrazados a la Sociedad Rural cortaban las rutas en el 2008, mientras hacían declaraciones públicas golpistas por cuanto medio periodístico se les pusiera al alcance.
Cortes de rutas llenos de costosas maquinarias y camionetas Hilux, y que tenían consecuencias sociales muy graves como el desabastecimiento, y que incluían actitudes injustificables, condenables, como impedir la circulación de ambulancias, conducta que por ejemplo en la Provincia de Córdoba, ocasionó la muerte de una persona que era trasladada de urgencia, como reflejaban entonces los medios.
En el panorama sombrío de esta desastrosa economía macrista, además de todo lo relatado por el diario La Nación, las astronómicas tasas de interés están haciendo el resto, con una situación de endeudamiento que se profundiza tanto con la banca privada como con las mutuales y cooperativas. Porque los créditos a tasa subsidiada para la producción a través de bancos oficiales, se terminaron en el 2015 junto al anterior gobierno “enemigo” del campo. ¿La Sociedad Rural no les ofrece hoy ayuda financiera a los productores y contratistas que atraviesan problemas económicos?
Ante las actuales dificultades, no faltará quien argumentará que por ejemplo, no es lo mismo la situación del contratista que la del productor, que son otros costos, otras características de la actividad y de sus márgenes. Y claro, ese razonamiento proviene, como decíamos, de la ignorancia sobre aspectos elementales de la economía. Están en el mismo barco.
En éste cuadro preocupante, que para muchos es una situación límite, uno se pregunta si volverán los cortes de ruta, o si los antes tan combativos “somos el campo”, ahora esperarán mansamente que le coloquen la bandera de remate en sus máquinas o en sus propiedades. Frente a ésta realidad ¿seguirán todavía razonando como un propietario de miles de hectáreas o como los Ceos de los pooles sojeros?
1 comentario:
Que se fundan todos. Contratistas y el resto de los giles que porque tienen 50 o 100 hectáreas razonan como si fueran accionistas mayoritarios de Monsanto.
¿Porqué no salen ahora a cortar las rutas y a desasbastecer al país como en el 2008?
Ignorantes y soberbios,actuaron como golpistas contra el gobierno kirchnerista que los salvó del martillero y que les dió márgenes de rentabilidad excelentes. ¿El 70% de estos cabezas de termo votó a Macri? Que se jodan y se fundan.
Cuando les rematen la maquinaria o los campitos, que le pidan plata a Buzzi o a Etchevehere.Voy a ir a los remates a reirme.
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