Cuando Cristina habló en Tecnópolis de titulares y suplentes muchos se enojaron, porque al ningunear a la oposición política estaba -dicen- bajándole el precio al sistema institucional, o minimizando el resultado de las elecciones.
Sin embargo dijimos acá que apuntaba a otra cosa: sentado que hay disconformidad de muchos con la marcha del gobierno (como lo mostrarían los resultados de las PASO), hay que sincerar los términos del debate político, saliendo de las chicanas de campaña para ponerle nombre y apellidos a las cosas, reclamos incluidos: que cada uno se haga cargo de decir claramente lo que plantea, en nombre de quien, y como lo haría.
Y más importante aun, cerró de antemano la puerta a todo planteo que implique un cambio de rumbo macroeconómico en términos estructurales; al dejar en claro que no contaran con ella para devaluar, ajustar o volver al ciclo de endeudamiento.
En ese marco se fue a la reunión de Río Gallegos con empresarios y sindicalistas, mientras algunos comenzaban a hablar de transición, y nacía (y moría en pocos días) el globo de ensayo opositor de ir por la presidencia de la Cámara de Diputados; demostrando en tanto que buen parte de los opositores -como diría Saadi- siguen en las nubes de Ubeda.
Llegados los invitados a Santa Cruz, y aun sabiendo que era un primer tanteo, alguno podría pensar que los "titulares" aprovecharían para desenrollar su pliego de reclamos (ver lo dicho acá), pero hubo sólo atisbos, como si a los muchachos de golpe, les hubieran comido la lengua los ratones.
Claro que no faltará el que diga que eso pasa porque Cristina monologa, o porque si los reclamos son muy fuertes, el gobierno les mandará la AFIP en represalia.
Y otros optarán por enojarse con los popes empresarios: acá Bonelli en Clarín se indigna porque no plantearon la modificación del artículo 20 de la ley de regulación de los mercados de capitales (que le permite a la CNV intervenir en las empresas, a pedido de los accionistas minoritarios), aunque tiene que reconocer que, invitados a hablar por Cristina, la mayoría de los presentes se quedó en silencio.
Cosa que enfureció sobremanera a la tribuna de doctrina, que en el editorial de hoy directamente sube la temperatura: la reunión fue apenas una excusa para blanquear la escandalosa adjudicación de las represas de Santa Cruz (que lo es igual al parecer, aunque Lázaro Báez haya perdido la licitación), y todos los empresarios que asistieron son cómplices de la corrupción k.
Es el precio de que Méndez y Brito hayan olvidado recitar el de memoria el papper de AEA (incluyendo la cuestión del artículo 20, vinculada a Papel Prensa y el Grupo Clarín), cuya ausencia (junto con la de la Mesa de Enlace) en la reunión lamenta La Nación.
Casi en paralelo con la reunión de Río Gallegos, se hizo la del Council Of The Américas, por la que desfiló toda la dirigencia política: desde oficialistas como Scioli y Capitanich, hasta opositores como Bonfatti, Stolbizer, Macri, De Narváez y Massa.
Un torneo de buenos modales en el que todos convienen en hablar generalidades gratas al oído de los anfitriones (ver acá la crónica en La Nación), y que parece de una dimensión paralela a la competencia política propia del año electoral.
Lo que nos permite volver al inicio, a lo de titulares y suplentes: la campaña transcurre agitada en discusiones poco relevantes, y en los ámbitos extrainstitucionales (como el Council, o la reunión de empresarios a la que asistió Massa días antes de las elecciones) nadie patea el tablero, y el auditorio también está en silencio, como muchos de los que fueron a Río Gallegos.
Van a escuchar, a cerciorarse de que los invitados repiten exactamente las frases esperadas y que tranquilizan: dejar de mirar hacia atrás y pensar en el futuro, generar un clima de confianza para las inversiones, romper el aislamiento con el mundo, generar amplios consensos y dejar atrás los enfrentamientos y la crispación: casi un cónclave evangelista por momentos.
En el que algunos despistados como Macri (que siempre deja la impresión de no entender lo que pasa) instan a los empresarios a romper el silencio, y decir lo que verdaderamente piensan: ay Mauricio, ahí está el secreto corazón: lo que verdaderamente piensan (y sobre todo quieren) no lo pueden decir.
Ese es el secreto de la relación entre el poder económico y las instituciones en -por lo menos- los últimos 40 años: el modo en que el primero logra hacer entrismo en las segundas para colar sus demandas sin que se note; de modo que sean las instituciones (el poder político, los partidos) los que absorban el costo que demanda cumplirlas.
Y no es que lo digamos nosotros: acá Ambito Financiero toma nota que en la propia reunión del Council Of The Américas había más interés en saber que había pasado en Río Gallegos, que en lo que iban a decir los dirigentes opositores y oficialistas que desfilaron por el encuentro.
Porque la movida (a la que se anticipó Cristina en Tecnópolis) es y seguirá siendo que la famosa "transición" consista en que el gobierno actual despeje el camino al que lo suceda, haciendo el trabajo sucio de "poner en cauce" la economía: dólar, controles de capitales, tarifas de servicios públicos, salarios, gasto público, distribución de utilidades.
Todo eso de lo que eligieron no hablar los que fueron a Río Gallegos, como si los ratones les hubieran comido la lengua.
Porque cuando hablan meten la pata, o se les ven las patas a la sota; como Méndez de la UIA que dijo que estaba de acuerdo con modificar el impuesto a las Ganancias para los trabajadores siempre que lo pague el Estado y no los empresarios, o Brito de ADEBA (el apuntado directamente por Cristina en su discurso de Tecnópolis), que salió rápido a oponerse a los intentos de gravar las rentas financieras exentas, como la compraventa de acciones o la distribución de dividendos societarios.
Probablemente el desafío de Cristina, que dio lugar al cónclave en el sur, no tenga mayor incidencia en la campaña electoral de acá a octubre (en todo caso es un desafío para el kirchnerismo ponerlo en el tapete, de un modo que lo comprenda la gente común); como también es probable que la campaña siga transcurriendo por los canales en que transitó en las PASO.
Pero no es menos cierto que es interesante reflexionar sobre el porque de algunos silencios: en campaña, el de los opositores (recordando lo dicho acá), y ahora el de los empresarios.
Porque en esos silencios está el verdadero debate.
4 comentarios:
La verdad que sorprendía la buena onda de los empresarios al final de la reunión en Río Gallegos.
aca hay uno que quiere hablar inge:
http://www.lacapital.com.ar/politica/Bonfatti-pidio-que-el-dialogo-sea-un-hecho-y-apunto-a-los-que-buscan-apurar-el-final-del-ciclo-de-Cristina-20130823-0049.html
dejan de hacer lobby por lan un rato y enseguida le tiran a cristina
muchachos, para la frase del mes:
http://www.lacapital.com.ar/politica/Ramos-dijo-que-el-socialismo-tambien-hizo-una-muy-mala-eleccion-en-Santa-Fe-20130823-0051.html
así negando la realidad nos está yendo bien
"Nos", ajá.
Publicar un comentario