La imagen de apertura corresponde a esta nota de El Cronista que da cuenta que las dos nuevas líneas del PROCREAR para la compra de terrenos y viviendas terminadas (*) implicarán inyectar 10.000 millones de pesos al mercado de la construcción, y a la reactivación del mercado inmobiliario.
En la misma nota se señala que la banca pública (sumando al Banco Nación, el Provincia de Buenos Aires, el de la ciudad de Buenos Aires y el Hipotecario, que administra el PROCREAR) aporta casi el 75 % de los créditos hipotecarios para vivienda a largo plazo, a través de diferentes operatorias; mientras que la banca privada prefiere concentrarse (como en los últimos años) en los préstamos de corto plazo para el consumo, que son más rentables como negocio financiero.
También se apunta en el artículo que la actividad de la construcción registra una suba interanual del 10.2 % en agosto, y una mejora acumulada del 4,2 % en los primeros ocho meses del año, atribuible fundamentalmente a la obra pública propiamente dicha (hay excepciones, claro), y a los planes de vivienda financiados por el Estado, sobre todo el PROCREAR.
Al mismo tiempo nos enteramos hoy también que el gobierno decidió prorrogar por tres meses el blanqueo de capitales, que hasta acá fue un fracaso; fundamentalmente a pedido del sector inmobiliario que supone que en los meses venideros aumentará el uso de los CEDIN en el segmento dolarizado del mercado.
El déficit de vivienda es sin dudas uno de los problemas sociales más serios, y su solución no es sencilla porque requiere del concurso del Estado, y que se junten las disponibilidades de crédito para financiar la compra o construcción de una vivienda, con los muchos necesitados de tenerla, y los pocos (o menos) inversores que la ven como un instrumento de renta.
Es allí entonces donde el rol del Estado se vuelve decisivo, porque está muy claro que si hay un problema donde queda en evidencia que el mercado no puede resolverlo nada por sí solo, es éste; el de la vivienda.
Lo que está pasando hoy en torno al tema (con un Estado que trata de remontar una larga cuesta, aportando financiación accesible para la clase media y ciertos sectores de trabajadores, construyendo directamente viviendas en otros casos para los sectores más humildes) muestra con claridad cual es el camino correcto; aunque siempre se pueden perfeccionar los instrumentos.
(*) Para los interesados en las nuevas líneas de préstamos, acá pueden acceder a la información sobre los que están destinados a compra de terrenos; y acá para los que están destinados a la compra de viviendas ya terminadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario