"Lo que resulta de esto es una (aparente) paradoja: el "populista" Kicillof no hace promesas alocadas que no podrá cumplir, y advierte los riesgos que se corren, y el "republicano" Larreta, por contraste, dice todo lo que su voluble electorado quiere oír, aun cuando no sea lo que aconsejan las circunstancias. Es difícil medir hoy -sin elecciones a la vista- los costos y beneficios políticos que ambas actitudes reportarán, sobre todo porque las decisiones del voto nunca son monocausales. Y en circunstancias complejas: gobernando un distrito inmenso territorialmente, muy poblado, con realidades heterógeneas y perjudicado (el más) en el reparto de los recursos de la coparticipación. Y sin embargo Axel va, sin quejarse mucho, con su propio estilo; que en gran medida reivindica a la "vieja" política.".
"Va subestimado por buena parte de la política "tradicional", y combatido por los medios hegemónicos, por su cercanía e identificación con Cristina. Tal como lo subestimaron y lo combatieron cuando, termo y mate en mano, ponía la cara con la gente en los parques y las plazas en los tiempos en los que la hegemonía macrista parecía incontestable y no pocos desde la propia oposición, la auguraban prolongada.".
"En esos mismos tiempos denunciaba (cuando había que hacerlo, no cuando el desastre ya era inocultable) todos u cada uno de los estropicios de la derecha "moderna y democrática" gestionando, desde el arreglo con los fondos buitres y el blanqueo, hasta el desguace de la ANSES, los PPP o el acuerdo con el FMI. Ninguna de esas discusiones, además, lo contó entre los "dadores voluntarios" de gobernabilidad", actitud que a la larga le terminó rindiendo sus frutos.".
Proyectando las reflexiones al tiempo actual (sin dejar de hacer notar lo que le pasó desde entonces a Larreta, que al igual que Vidal venía a comerse la cancha), Kicillof está en el mismo punto, frente al ensayo de otro experimento neoliberal; pero su rol actual excede la discusión por el recambio de liderazgos en el peronismo, para ir más allá: el gobernador de Buenos Aires condensa -como pocos otros- la defensa de la política democrática en el sentido tradicional de vocación por la representación, frente al obsceno espectáculo de un gobierno de trastornados que no están a la altura de las responsabilidades que les confirió el voto ciudadano, y son fácil vehículo instrumental de los designios del poder real, nacional y extranjero.
Un aspecto del asunto que ni parecen advertir los que lo critican a Kicillof en nombre de vaya uno a saber que vaporosas esencias pseudo doctrinarias, en lugar de cerrar filas juntos a él, que es lo que correspondería, y para peor aun, lo hacen en nombre del peronismo. En sus tiempos, Perón les dedicó un par de frases para definirlos, y no con amabilidad. Tuit relacionado:
El que no entienda que Axel Kicillof representa la línea de defensa de la política pensada en clave democrática, y del peronismo como expresión política de identidad de las mayorías populares frente a la barbarie autocrática que nos gobierna juega para el enemigo. Corta la bocha.
— La Corriente K (@lacorrientek) March 19, 2024
2 comentarios:
Perfecta la nota. Hoy, el patético Moreno lo denosta..Antes, cuando casi solito él, como candidato y después como gobernador hacía peronismo: quiénes de los "nuestros" daban "gobernabilidad" ?
Los opositores internos a Kicillof son todos topadoras electorales que tienen millones de votos propios. Lideres de masas.
El Colo.
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