LA DURA COMPETENCIA POR SER EL EMPLEADO DEL MES

Preocupado por el centimetraje en el Gran Diario Argentino y -sobre todo- cuota de pantalla en TN asignados a la nueva esperanza blanca, Binner, Ricardito anda por España y dio un reportaje al diario El País, que acá extracta el clarinete. 

Bah, extracta es un decir, este es el reportaje completo y no hay mucho más que lo bajado por el GDA, y podrán ver que lo central es la tajante promesa contenida en éste párrafo: "Yo anularé todas aquellas normas que le dan al Gobierno la facultad de influir indebidamente en la concesión de las licencias a los medios. Y cualquier norma que conspire contra la posibilidad de ejercer la libertad de prensa la derogaría. Por supuesto", dice el hijo de la democracia.   

Claro que al entrevistador le interesa el tema, como que es propiedad del grupo Prisa, dueño entre otros medios de Radio Continental, y eventualmente afectado por la plena vigencia de la ley de medios.

Porque de la ley de medios está hablando Ricardito, para que lo escuchen claro los que lo tienen que escuchar: los grupos económicos dueños de los medios, a los que la oposición argentina (no ya la UCR) ha decidido atar su suerte política y electoral.

¿Binner promete bajar retenciones o liberar el dólar?

El no será menos, derogará él solito ("anulará" dice) la ley de medios sancionada por el Congreso; todo un ejemplo de calidad institucional.

Claro que la promesa la hace lejos, tirando la piedra allá y escondiendo la mano acá; por las dudas si queda todavía algún nabo que cree que este coso es "progresista".

Dicho esto -que pinta de cuerpo entero al títere, pero sobre todo a los que mueven los hilos- no tiene sentido detenerse a analizar el increíble compendio de zonceras y lugares comunes que se ingenia para decir en el escueto reportaje: que la calidad institucional, que el aislamiento del mundo, que estrechemos relaciones con tales o cuáles países y alejémonos de otros, todo lo sabido.

Lo mismo que podrían decir Macri, Duhalde, López Murphy o Binner, lo mismo da.

Lo que queda claro es que, conforme avance la campaña, la competencia por ser el empleado del mes -o del año, o de la década- de Magnetto y compañía, se pone cada vez más difícil.

Lo que está un poco más fácil parece, es la elección presidencial.