Por Víctor Astesiano
Qué escribir de Néstor, de Cristina, del gobierno, de la catarata de votos, de la militancia, de los pibes…?
Qué decir de todo lo que se ha escrito y se escribirá. Qué analizar si no soy analista, ni comentarista?
El domingo a la noche la Corriente Kirchnerista se reunió para festejar y compartir los pareceres entre todos. Se sumaron otros amigos, y cayeron Sergio, Diego, Valeria, Romina, Gustavo, Rubén, Viviana y otros con quienes entrecruzamos cientos y cientos de palabras que no podían significar el momento que se vivía.
Y la felicidad se reflejaba en los rostros triunfales, no de una elección sino de la consecuencia, de la consecuencia de nuestras vidas con nuestras ideas y de la apuesta por un gobierno que puso los puntos sobre las ies desnudas de utopías.
Pero ES LA HORA DE LOS DERROTADOS.
Sí, en este momento pienso en ellos. No en Duhalde, Alfonsín, Binner, etc. No, los derrotados son ellos, los integrantes de aquellos que llamamos el poder real, el grupo hegemónico, el establishment o como quieran nominarlos.
Hicieron todo lo que pudieron para que la voluntad popular se expresara en el sentido que ellos guiaban. Utilizaron todos los medios de comunicación a su alcance, o sea casi todos, y se valieron de personeros que en otros tiempos caían como simpáticos, honestos, positivos, etc.
Y así desfilaron Jorge, Ernesto, Nelson, Pepito, que se mezclaban con los cuaternarios Mariano y la concheta de barrio Norte de Continental, o los mercaderes como Luisito. Y fogoneaban a políticos de poca monta como Pino o Ricardito, por mencionar algunos, igualándolos a siniestros como Lilita o el Cabezón.
Sí, ES LA HORA DE LOS DERROTADOS. Allí los tenemos: Magnetto, Biolcatti, los Roca, Noble, Mitre y todos los doble apellidos que quieran poner. Esas caras tenemos que mirar y no olvidar. El sacudón les va a durar unos días, pero ya van a volver a planificar estrategias destituyentes.
Porque Cristina es la piedra en el zapato que querrán sacarse lo antes posible. Y allí estaremos, los militantes, poniendo el cuero en la parada, por la fuerza del amor que anida en nuestros corazones desde que tenemos uso de razón.
Es la hora de uds., y saben por qué? Porque anoche me acordé de Ana María, a quien le arrancaron la vida de sus dieciséis años, hace ya treinta y cinco. Por ella y por todas las Ana María, Cristina les asestó el golpe que hoy lloran en silencio, para que no nos enteremos.
4 comentarios:
Ana Maria, aunque no figure en el padrón, también votó el domingo.
Y por eso ganamos.
El Colo.
Disculpe Astesiano. Me quedé pensando en la piba que Ud. recuerda, y me olvidé de felicitarlo por la nota.
El Colo
Gracias compañero, sobre todo por pensar en Ana María. Fonseca era su apellido. Era de Santo Tomé y le gustaban las muñecas. Ella era uno de los monstruos subversivo. Todavía me duele.
Gracias compañero, por pensar en Ana María. Fonseca era su apellido, tenía 16 años, vivía en Santo Tomé y le gustaban las muñecas. A su hermano también lo mataron. Su papá era empleado bancario y estuvo preso con la mamá. Esos eran los "monstruos" que subvertían el orden establecido. Todavía duele.
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