SERÁ JABÓN, PERO TIENE GUSTO A QUESO

 

Vemos en Infobae las conclusiones de un estudio sobre las previsiones de un grupo de empresas líderes sobre los aumentos salariales que tendrán que otorgar en las paritarias de este año: un 24,6 % promedio (algunas calculan por encima de esa cifra), una cifra muy cercana -como dice el artículo- a los pedidos de los sindicatos, que por ahora son informales, porque todavía no empezaron las negociaciones.

La tapa de Clarín de este domingo anunciaba el virtual estallido de la guerra civil en el país, por la "sideral" diferencia del 5 % entre lo pedido por los gremios, y una supuesta "pauta oficial", para negociar aumentos en las paritarias; como dijimos acá; pero parece que por ahora -y para disgusto del diario de Magnetto- la sangre no llegaría al río.

La misma noticia está reflejada en el suplemento económico del GDA de hoy, como vemos acá:

 

El copete de la nota -a cargo del hermanito de Altamira, Ismael Bermúdez- dice que la pauta de aumento calculada por las empresas es "similar a la inflación real que calcularon las provincias y los consultores privados para todo 2011"; pero omite un dato esencial -si aclarado en Infobae-: se acerca a lo que pedirían los gremios.

Tanto que la misma nota dice: "los empresarios estiman que los gremios pedirán aumentos que, en promedio, llegarían a 26,4%, casi 3 puntos por encima de lo que presupuestaron." .

Tremendo: los cinco puntos de diferencia que motivaron el título catátrofe del domingo (preanunciando poco menos que el estallido social), reducidos a "casi tres" según las conclusiones del estudio empresario, apenas dieron para una línea perdida en el medio de una nota en el suplemento económico del jueves.

Ni la Guerra de los Seis Días duró tan poco.

Pero Clarín no se rinde, por algún lado tiene que estallar el conflicto: leyendo la nota de Bermúdez uno llega a la conclusión de que el culpable sería -para variar- el gobierno, que insistiría en el cepo del 18 % de aumento para todo el mundo.

Que cosa che esta Cristina: no los deja a los empresarios dar un 24 % de aumento, y así contribuir a profundizar la redistribución del ingreso, y evitar que el país se incendie.

Es curioso el argumento, porque en la misma nota Ernesto Kritz (uno de los autores del informe) dice que "el año pasado, las empresas habían presupuestado porcentajes salariales del 24%, los pedidos salariales fueron mayores y finalmente muchas paritarias se terminaron firmando por más del 30%.".

Que es lo que nosotros decíamos en la entrada anterior cuando hablábamos de la dinámica de la negociación colectiva; pero Bermúdez (y Clarín) no se rinden: eso pasó porque el año pasado era electoral, y el gobierno impulsaba el ciclo expansivo y por eso no le interesaba contener las demandas salariales, cosa que ahora no sucedería.

Clarín está como el cuento del gallego que mascaba un pan de jabón Federal creyendo que era  queso, y cuando se lo hacían notar decía "no será del bueno, pero es queso".