LA FRASE

"HABÍA DOS BOTONES, UNO VERDE Y OTRO ROJO, Y YO PENSÉ "EL ROJO DEBE SER PARA VOTAR A FAVOR DE CUBA"." (DIANA MONDINO)

jueves, 23 de mayo de 2013

SOBRE TSUNAMIS Y BRUTALES PRIVATIZACIONES


Leemos en Infobae al ex ministro de Educación de Macri, planteando que "el aumento de alumnos en escuelas privadas después del 2003 se da en una magnitud nunca vista en la historia escolar argentina, a los que se suma que, por primera vez en la historia, las escuelas públicas directamente pierden alumnos...", lo que califica como un "tsunami privatizador", o una "brutal privatización de la educación".

Y luego de descalificar la eficacia que pueden haber tenido las leyes dictadas en la última década para fortalecer el funcionamiento del sistema (como la ley de educación nacional o la de financiamiento educativo", sostiene que fueron inocuas porque "desde 2003, otras áreas sociales aumentaron su financiamiento aun en una magnitud mayor que la educación sin necesitar de leyes. Y, lo más cruel, el gobierno nacional -que fue quien propuso la ley y se adjudicó el éxito de su sanción- fue el estamento que menor esfuerzo financiero hizo, aumentando el presupuesto educativo en apenas un punto porcentual, recayendo todo el esfuerzo en las provincias.".

Nos deja huérfanos sobre su propio diagnóstico respecto a las causas del fenómeno que apunta, y se limita a decir que descree que responda al aumento del poder adquisitivo de ciertos segmentos de la población, que al mejorar su situación económica optarían por enviar a sus hijos a la escuela privada; apelando (contrafácticamente) al ejemplo inverso de décadas pasadas, concretamente la Argentina de los años 60', o anterior.

Obvio resultaría señalar que ese país que Nadorosky añora (donde la escuela pública tenía un prestigio y predicamento social enorme) hace rato no existe ya, precisamente como consecuencia de la implementación de políticas sí que devastadoras de lo público y lo estatal en general; que el proyecto político del cual el propio columnista fue parte en la CABA intenta replicar en pequeña escala, así como desde el 2003 para acá se intenta recomponer lo destruido, en una marcha no exenta de errores, pero con innegables aciertos.

Y pese a que, cuando refiere a "otras áreas sociales" que crecieron en la asignación de recursos sin necesidad de leyes se autoexime de mayores precisiones, es inevitable pensar en la seguridad social, que se lleva hoy por hoy entre el 35 y el 40 % del total del gasto del Estado nacional: se llega a esa impresionante cifra como consecuencia del plan de inclusión previsional (Ley 25.994), del régimen de movilidad de los haberes (Ley 26.417) y de la Asignación Universal por Hijo (DNU 1602/09, ratificado por el Congreso); es decir, por leyes; además de -claro- la firme voluntad política de cumplirlas.

En el caso de la Ley 26.075 de financiamiento educativo vuelve a errar el ex ministro de Macri: la Nación aportó el 40 % del esfuerzo financiero para alcanzar la meta de invertir el 6 % del PBI en educación (hoy sobrepasada al 6,51 %), siendo que gestiona el 22 % del total de la matrícula del país, a través de las universidades públicas; con lo que su compromiso con la meta trazada fue mayor a sus responsabilidades institucionales.

Pero queda por analizar lo que Nadorosky dejó trunco, y que son las causas por las que parte de la matrícula escolar migra de la escuela pública a la privada, incluso sin cuestionar sus cifras de las que no cita fuente. 

Aun así, es curioso que no las desagregue de modo de -por ejemplo- medir el impacto de la AUH a partir del 2009, dado que afirma que la escuela primaria pública no aumentó su matrícula, y la media lo hizo sostenida en un 40 % por el aumento de alumnos de la escuela privada de ese nivel; lo que así dicho, parece poco serio.

Que ciertos sectores de la clase media (a medida que se depauperizaron en la última década, y pudieron retomar ciertas pautas de gasto y consumo antes vedadas por la crisis) prefieren enviar a sus hijos a la escuela privada, es un dato sociológico objetivo que cualquiera puede corroborar, con ejemplos concretos y cercanos en su círculo de relaciones sociales.

E incluso lo propio hacen algunos sectores populares: recordemos la polémica aquí en Santa Fe cuando se dieron de baja beneficiarios de la AUH porque concurrían a escuelas privadas que cobraban cuotas más bajas. 

Es un fenómeno complejo y que puede obedecer a muchas causas, entre las que se deben mencionar (porque así es percibido por los padres, a la hora de sopesar los motivos a la hora de decidir a que escuela enviar a sus hijos) el mayor grado de conflictividad sindical de la docencia en la escuela pública, que en los establecimientos privados y ciertas prácticas sindicales arraigadas, que muchas veces impiden imaginar herramientas alternativas para conjugar la defensa de los intereses profesionales, con la de la escuela pública.

Y esa mayor conflictividad sindical de la escuela pública no tiene tanto que ver con  la mayor combatividad de la dirigencia gremial del sector, sino con las diferentes condiciones en las que la fuerza laboral docente discute salarios y condiciones de trabajo: mientras la docencia pública goza de una paritaria nacional (precisamente establecida por la ley de financiamiento educativo) y de estabilidad en el empleo (protegida constitucionalmente), los docentes privados siguen siendo de los pocos sectores excluidos en la Argentina del derecho de participar en la discusión en paritarias con sus patrones (aunque puedan hacerlo en algunas provincias, como Santa Fe, y limitados a lo salarial), y el SADOP impulsa una ley nacional contra los despidos arbitrarios.

De modo que la menor conflictividad gremial de la escuela privada (factor gravitante sin dudas en las decisiones de los padres sobre la escuela que eligen para sus hijos) obedece más a factores de disciplinamiento de los reclamos de los trabajadores -de los que la escuela pública carece-, que a diferencias objetivas entre uno y otro subsistema.   

Por no descartar (para intentar explicar la migración de matrícula a la escuela privada) pautas culturales y creencias arraigadas respecto al status social que confiere enviar los hijos a la escuela privada y que estos egresen de allí, a la hora de buscar trabajo; pautas que funcionan también sobre las suposición de que la educación que allí se imparte, es de mejor calidad: un aserto desmentido tanto por los operativos de evaluación de la calidad educativa (que arrojan deficiencias en todo el sistema, con prescindencia de su modalidad de gestión), como por el desempeño de los egresados del propio sistema privado.

Y si no veamos lo que sucede con el gobierno del PRO en Buenos Aires (del que Nadorosky fue parte), lleno de egresados del Cardenal Newman y universidades privadas; comenzando por el propio Macri.  

Y finalmente Nadorosky omite un elemento central para comprender todo esto asunto (insólitamente, porque habla del gasto de las provincias en educación), que es el régimen de subsidios estatales a la educación privada; que es de exclusiva responsabilidad de las provincias, y respecto al cual nada tiene que ver el gobierno nacional, sus leyes o sus políticas.

Un sistema profundamente injusto e inequitativo, por el cual el Estado subsidia la escolarización privada de las clases medias, incluyendo buena parte de ellas que podrían sostenerla con sus propios recursos; y que se lleva anualmente una importantísima cantidad de recursos de los Estados provinciales, tal como demostráramos con cifras acá en el análisis comparativo de caso de los casos de Santa Fe y la provincia de Buenos Aires. 

Sistema que no existe por ejemplo en el nivel universitario (del cual nada dice Nadorosky), y que hace que familias que envian a sus hijos a la escuela primaria y secundaria privada (pagando a veces altas cuotas, pero que no cubren el costo educativo total, fundamentalmente subsidiado por el Estado), luego los envían a las unversidades públicas, porque no pueden (o no quieren) costear totalmente la educación de sus hijos en ese nivel, de sus propios bolsillos.

9 comentarios:

Daniel dijo...

Macri llegó a la CABA para hacer pelota la educación pública y aumentar sustancialmente los subsidios a la privada. Exactamente lo mismo que hace en Salud.
El PROcesado Narodosky cumplió el libreto, ni más ni menos. Además, de tan buen alumno, cumplió horas extras para darle protección a Ciro James y otros rufianes.

Anónimo dijo...

Ojo, acá en la CABA ahora aestan planteando un recorte sobre el subsidio presupuestado. Parece que hicieron mal las cuentas y ahora se viene un nuevo ajuste de cuotas (aprox 17%).

La Corriente Kirchnerista de Santa Fe dijo...

Pero si el subsidio baja porque aumentan las cuotas no está mal: el que lo manda a la escuela privada, que lo pague de su bolsillo

Anónimo dijo...

El Nabo éste no puede decir nada, al igual que el des-gobierno de la provincia de Santa Fe que intentó hacer pelota las escuelas técnicas.
En cuanto a universidades el gobierno kirchnerista es el que creó 10 nuevas casas de altos estudios e incrementó el presupuesto en educación pública (como uds. bien detallan) como ningún gobierno anterior lo hizo.
Aunque hay una Universidad Nacional del Litoral y otra de Tucumán, que están involucradas en la gran estafa de BOLSAFE VALORES del inefable gurú económico Mario Rossini.
Macri y De la Sota se matan por ser ultraderecha y fachos, entonces quieren destruir la educación pública, mientras el 70% de los argentinos la apoyamos.
Y aguante Cristina.

PIPO dijo...

este atorrante no esta procesado? PERO, CUALQUIERA HABLA, CUALQUIERA DICE CUALQUIER BOLUDEZ Y TODOS LOS DEMAS OPINAMOS?que escala de valores estamos teniendo?

Adriana dijo...

Además de que luego de décadas de machacar con que todo lo estatal es de calidad inferior tiene mucho sentido que los padres, en cuanto tienen dos mangos, manden a los pibes a la escuela privada; me sorprende cómo Narodowsky y otros pasan por alto el detalle de que la gestión pública casi no ofrece escuelas de jornada completa, fundamentalmente en primaria es algo decisivo. Con los dos padres laburando (porque ahora tienen laburo) a muchas familias no les queda opción que mandarlos a escuelas privadas de jornada completa.
Es necesario que el estado cubra esa demanda, para los que no pueden y para los que no queremos mandar a los pibes a las escuelas privadas.

Adriana dijo...

Perdón por la insistencia pero me quedé pensando en el post. No es la primera vez que Narodowsky lanza este "análisis" tan falto de... análisis, digamos. Pero ya he leído respuestas de este lado y la verdad a todos se les pasa el tema por alto: ¿tan acostumbrados están unos y otros a tener personal doméstico, no tienen hijos, no laburan, o qué catzo hacen con los chicos para poder laburar? ¿No conocen familias que no tienen otra opción que mandarlos a un privado porque es la opción más económica de tener a los chicos cuidados en un horario laboral de jornada completa, como el de la mayoría de los mortales?
No es un tema menor y como en otros, los más afectados son los hogares más humildes en los que entre la opción colegio privado, o colegio público + empleado/a, terminan optando por lo más barato, qu ees que la madre se quede en la casa al cuidado de los chicos, o mucho peor, dejar a los chicos solos al cuidado de un hermano mayor, reduciendo así aún más los ingresos familiares o dejando a los chicos en la calle, recurriendo a formas muy invisibilizadas de trabajo reducidas a "gauchadas" (de una madre, un vecino o el hijo mayor que cuidan a los chicos).
En fin, es un tema complejo que da para largo pero en definitiva, es urgente la necesidad de oferta estatal de colegios de jornada completa, y conseguir que por favor alguien le cuente a los pensadores de la educación cómo trabaja la gente normal...

La Corriente Kirchnerista de Santa Fe dijo...

Excelente acotación Adriana, que omitimos en el post: el sistema de subsidios estatales permite a la educación privada "resolver" el principal "costo" que es el laboral (un 70% del promedio de lo que significa gestionar una escuela, si no más), y con lo que cobran de cuotas, mejorar la infraestructura, el equipamiento y la oferta, para competir con la escuela pública en condiciones más ventajosas, por ejemplo ofreciendo jornada completa o extendida. Mientras tanto en la escuela pública (y por responsabilidad fundamental de las provincias, porque reciben de la Nación equipamiento como Conectar Igualdad, o los laboratorios y talleres de las escuelas técnicas, más 1778 escuelas nuevas en todo el país)no se implementa la jornada completa o extendida que está establecida como meta a alcanzar en el 30% de los establecimientos (en especial en zonas con población con mayor porcentaje de NBI) por la propia ley de financiamiento educativo.

Adriana dijo...

Cualquiera que haya estado cerca de los números de una escuela, por ejemplo, por participar en una Asociación Cooperadora, se puede dar cuenta de que teniendo resuelto (subsidiado) el gasto de sueldos, mantener un colegio es un negoción, más cuando hay escuelas privadas con altos porcentajes de subsidio (70 o 100%) que cobran cuotas de más de 500$. Un negocio redondísimo, que pagamos entre todos.
Y otra cosa que olvidé, con respecto a los docentes de escuelas privadas, hay que ver según la zona quién paga el sueldo de los suplentes, en muchos casos los sueldos de suplentes no son cubiertos por el estado, con lo cual la presión no es sólo por no realizar los paros sino por ir a laburar en cualquier estado de salud y sin poder gozar de las licencias estatutarias que les corresponderían.