Puesto a descontaminarse de su "giro kirchnerista", ayer Macri en reunión con parte de lo más granado del "círculo rojo" pidió públicamente la renuncia de Alejandro Vanoli a la presidencia del Banco Central, y de Alejandra Gils Carbó a la Procuración General.
Yendo más lejos, amenazó con "usar a la gente" para que los presione a dejar sus cargos si fuera presidente, o pedirle al Congreso que tome cartas en el asunto, sin advertir que exactamente eso hizo Néstor Kirchner con la Corte menemista; cuando utilizó la cadena nacional para responder al intento de extorsión de Nazareno, y dar el paso inicial para el proceso de destitución de la mayoría automática menemista.
Vanoli tiene acuerdo del Congreso y mandato hasta diciembre de 2019, y Gils Carbó también lo obtuvo en su momento (con 63 votos a favor, ninguno en contra y 3 abstenciones); y tiene inamovilidad: sólo puede ser removida mediante juicio político (artículo 18 de la Ley 24.946), como consecuencia de la independencia funcional que le otorga el artículo 120 de la Constitución, incorporado por Alfonsín en el pacto de Olivos.
En el caso del presidente del Central, puede ser removido por el presidente "cuando mediare mala conducta o incumplimiento de los deberes de funcionario público", previo dictamen de la Comisión Bicameral creada por el artículo 9 de la Ley 24.144.
Todos recordamos el culebrón de Redrado atrincherado como "okupa" en el Banco Central y la cerrada defensa que hizo entonces la oposición de la "autonomía" del Banco Central; un auténtico oxímoron heredado de los tiempos de Cavallo, el neoliberalismo y las políticas derivadas del Consenso de Washington: una zoncera mayúscula analizada en su momento acá en detalle, opuesta incluso al texto mismo de la Constitución.
En aquél entonces el propio Macri y el PRO (junto con el grueso de la oposición) cruzaron lanzas en defensa del entonces presidente del BCRA, porque se oponía frontalmente a una decisión política del gobierno: pagar la deuda externa con las reservas del Central.
Del mismo modo, también se opusieron a la reforma de la Carta Orgánica del BCRA impulsada por Cristina porque entendían que iba en contra de esa idea de la "autonomía"; que tal como dijimos acá, "no consiste en otra cosa que considerar al Central como una especie de "Estado dentro del Estado", coto de caza del neoliberalismo como doctrina económica (una especie de reducto institucional del "pensamiento único"), y de negocios del sistema financiero; que tiene allí gente propia que le responde, ya sea soplándole información confidencial o privilegiada, u obstruyendo la instrumentación de cualquier decisión política que pueda ir en contra de sus intereses.
Un ejemplo del Estado minado y colonizado por intereses sectoriales que nos legó el menemismo (sólo parcialmente revertido en los años kirchneristas); pero en éste caso en particular con una enorme capacidad de daño sobre la economía global, y poder de mellar las "balas de plata" con las que el gobierno puede dispararle al mercado ilegal del dólar.".
Que Macri pida la cabeza de Vanoli porque lo considera "un militante" del proyecto político que gobierna (sin respetar la formalidad de su mandato vigente, con acuerdo del Congreso) es lógico; porque él expresa y encarna otro.
Pero también deja claro que todo el discurso "institucionalista" y "republicano" de respetar las formas, los procedimientos y "las reglas de juego" es apenas eso: un discurso, que se deja de lado cuando se contrapone con los objetivos políticos que se quieren alcanzar.
El presidente del Central es un funcionario político, que debe alinearse con los objetivos de política económica que se trace el gobierno de turno; que tiene la legitimidad para fijarlo que le dan los votos que obtenga en las urnas. Tan sencillo como eso, y nadie le debería objetar a Macri que reclame ese derecho para sí, si gana las elecciones y llega al gobierno.
¿O acaso nos quiere hacer creer que de ser presidente respetaría a pie juntillas "la independencia del Banco Central", y designaría al frente del mismo a algún economista heterodoxo no alineado con su visión económica?
Ni hablar del caso de Gils Carbó: ¿dónde quedan en tal caso las apelaciones a respetar la división de los poderes, y la indepedencia de la justicia?
Por no mencionar que en éste caso en particular Macri tiene sus propios esqueletos en el placard, como que siendo Jefe de Gobierno porteño designó como Procurador General de la ciudad a Martín Ocampo; legislador del PRO y operador judicial todo terreno de Daniel Angelici, el presidente de Boca.
3 comentarios:
Todo bien con exponer al niño cincuenton de Mauri, pero no menos curioso es el que organiza estos encuentros. Habiel entre los mas habiles Erunekian.
El armenio administrador de aeropuertos y otros negocitos con el estado patea con las dos piernas, funge con el Gobierno como 'burguesia nacional' y al mismo tiempo promueve devaluadores y endeudadores seriales para continuar la fuga de (sus) capitales.
Si esta es la burguesia nacional realmente existente, entonces mejor se termine con regalarles negocios, verdaderos monopolios privados. Ya esta demostrado que no juegan con las mismas reglas de juego que nosotros.
Sera que el Ministerio de la Economica Popular, idea central del Evita, arranque con Scioli? Sera que la gestion estatal subira minimos escalones de eficacia? Sera que la reforma tributaria nos alejara de esta estructura actual que impuso el FMI desde el ´76 al 2003 ? Sera que la concentracion economica y financiera seguira gozando la fuerza y enjundia que sigue desplegando por la patria? y siguen los sera....
Primero es lo primero que es un FPV que gane en Octubre, lo sabemos, pero que no insulten nuestra inteligencia.
Fraternalmente
Rojo y Negro
Suponer que un empresario al estilo argentino no patee con las dos (o tres o cuatro) patas, es un tanto ingenuo. Don eurnekian hizo, hace y hará negocios con el Estado, cualquiera sea el presidente (de paso, como papá franco). Lo que viene al caso resaltar ahora es la bobería del mauricio que supone que puede deschavarse sin complejos ante tan "distuinguida" audiencia y que el resto del país, lo va a votar masivamente a partir de un par de discursos mentirosos y mal leídos y que, vamos, nadie, absolutamente nadie, le va a creer ni, menos, se va a suicidar votándolo.
Mauricio huele a nardo.
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