YA INTENTARON TODO

Corridas con el dólar y los depósitos, y mil y una maniobras para fugar capitales.

Cadenas de mails alarmando con un nuevo corralito, la incautación de las cajas de seguridad y rumores de devaluación.

Cacerolazos "espontáneos" organizados por las redes sociales, en todo el país.

La conferencia de prensa "espontánea" de los estudiantes en Harvard.

Bloqueos a las plantas de combustibles. 

Autoacuartalemiento de Gendarmería y Prefectura, invitando a plegarse a las fuerzas armadas.

Paro nacional con piquetes para impedir los acceso a la Capital de los que querían ir a trabajar.

Lanzamiento de la candidatura presidencial del presidente de la Corte, mientras se discute en los tribunales la ley de medios y se cuestiona el rol de la justicia.

Festejaron las andanzas de los fondos buitres, el fallo de Griesa y el embargo de la fragata.

Compraron jueces para tenerlos en la palma de la mano, y que saquen cautelares a lo pavote para defender sus negocios.

Marchas a la Plaza, varias.

Emprenderla a piedrazos con cualquier excusa (valedera o no) para provocar que los repriman, y cargarle un muerto a Cristina.

Y ahora -no podían faltar- los saqueos, justo el 20 de diciembre: casualidad pura.

No se trata de caer en la paranoia de creer que todo obedece a una mano única, o a una mente maestra; sino de acotar que al gobierno de Cristina, en apenas un año, le han tirado con todo.

Y de que cada vez que uno de ustedes (sindicalista, cacerolero, empresario, lúmpen, gendarme, dirigente opositor, lo que fuera) prendía una mecha, por pequeña que fuera, saltaban al unísono todos los demás, a prenderse.

Sin preguntar que pasaba, que se reclamaba, si antes habían estado o no de acuerdo,  nada. 

El asunto es prenderse en cualquiera, con tal de pegarle al gobierno; con la ilusión de que esa mecha fuera el estallido final, que haga volar todo por los aires.

Y de lograr que Cristina se vaya, porque no se la bancan, es así de sencillo; no demos tantas vueltas.

Ni a ella ni a todos nosotros, no se bancan más que -cada vez que el pueblo vota- les revienta las urnas, y otras cosas.    

Se indignan si les dicen golpistas o desestabilizadores, pero eso es lo que son, en esencia: no se bancan ni el debate democrático, ni el resultado de las elecciones.

Y fueron probando todo, o prendiéndose en todas las que probaban otros.

Pero acá estamos, ella y nosotros.

Aunque sigan imaginando todo el tiempo por donde nos puede entrar la bala, para que se produzca de una buena vez ese final que vienen anunciando desde el 2003, desde el pliego de Escribano a Kirchner. 

Y vamos a seguir, hasta el 2015 por lo menos; y nos van a tener que aguantar.

Así que harían bien en ir haciéndose a la idea.